Lexus RX300 Premium

El Lexus RX300 ha entrado por la puerta grande en el selecto club de los vehículos todo uso de carácter lujoso. Elegante, con un excelente andar en carretera y dotado de una terminación y equipamiento de primer nivel, ofrece, además, una movilidad razonable fuera del medio asfaltado, gracias a sus suspensiones elevadas y a las ayudas electrónicas a la conducción.

Lexus RX300 Premium
Lexus RX300 Premium

Por lo que se refiere al bastidor, su chasis monocasco y las suspensiones independientes McPherson en las cuatro ruedas conforman un conjunto al que no haría ascos ninguna berlina de alto nivel. Las suspensiones filtran perfectamente las irregularidades de la carretera, mantienen en límites muy aceptables las inclinaciones de la carrocería en curvas y otorgan al coche un comportamiento prácticamente de turismo. Así, en curva rápida, la actitud del RX300 es muy neutra, mientras que en zonas ratoneras presenta un carácter subvirador que aporta seguridad a los conductores menos expertos. Además, el control de estabilidad (VSC) se encarga de cortar de inmediato cualquier derrapada, si nuestra conducción hace que, por descuido u optimismo, se superen los límites de adherencia. Este mismo noble comportamiento puede hacerse extensivo a la utilización del Lexus fuera del asfalto y sobre pista rápida o ligeramente bacheada, donde permite mantener cruceros realmente elevados. En terrenos de firme muy roto, por el contrario, hay que tomar precauciones si se rueda ligero, ya que los recorridos de suspensión muy cortos hacen que resulte fácil realizar topes de suspensión tanto en compresión como en extensión. Frente a zonas muy trialeras, basta echar un vistazo a sus cotas TT para saber inmediatamente que no son, ni mucho menos, el terreno ideal para el desenvolvimiento del Lexus. Es más, la ausencia de reductoras, o de un sistema de control de descensos, hace problemático abordar rampas de gran desnivel, pues la retención del motor es insuficiente para mantener al coche en unas velocidades prudenciales, obligando a utilizar los frenos con mucha frecuencia. Por el contrario y con dos vueltas y media entre topes, hay que alabar la rapidez y precisión de la dirección, así como la potencia y resistencia del equipo de frenos y el funcionamiento del ABS, que ofrece una excelente capacidad de frenada tanto en asfalto como sobre tierra.