Nissan X-Trail 2.0i 16v Elegance

A los mandos del X-Trail uno siente que, con un poco más de empeño por parte de Nissan, este coche hubiera sido una maravilla del cuatro por cuatro. Sin embargo, su refinado concepto de SUV compatible con las grandes rutas por carretera lastra decisivamente su comportamiento campero. Eso sí, sobre el asfalto, está entre los mejores. Lástima que le falte el músculo para el duro trabajo del monte. Son servidumbres de la nobleza y la buena educación.

Nissan X-Trail 2.0i 16v Elegance
Nissan X-Trail 2.0i 16v Elegance

Es el X-Trail un todo terreno de líneas muy conservadoras, de esas que no pasan de moda. No hay demasiados derroches de audacia en su estética. Tiene el aspecto robusto de los cuatro por cuatro clásicos, con grandes pasos de rueda y muchas protuberancias.

Bajo esa apariencia de gentleman que rehúye las modas, se oculta un carácter más deportivo de lo que podría parecer. El motor gasolina de dos litros, 140 CV, 187 Nm de par y distribución variable, combinado con un cambio magnífico y un bastidor sorprendente, lo convierten en un rodador de primera línea. Lástima que luego, en el cuatro por cuatro más duro no dé la talla exigida a la tradición off road de Nissan. Lo primero que sorprende cuando se conduce el X-Trail es lo bien que se desenvuelve en carretera. Si aceleramos fuerte en autopistas, mantendremos sin apuros cruceros de 160 km/h. Sobre este terreno, los consumos no son muy altos.

Si salimos a vías secundarias o de montaña, llenas de curvas, todavía nos sorprendemos más. El Nissan ataca los giros con precisión total. Su bastidor responde a las mil maravillas y hay que ir muy a fondo para encontrarle límites. La suspensión, con tarados más bien de carretera que de campo, trabaja realmente bien y la estabilidad y el aplomo en curva hacen olvidar que vamos en un coche de este tamaño. Hemos conducido otros todo terreno que se inclinaban notablemente en cada giro. En este caso los balanceos son tan ligeros que apenas incomodan. En conjunto, parece más un turismo por la facilidad con que encara las curvas. Una dirección muy precisa y directa contribuye a este gran comportamiento. Cabe reseñar en este apartado que, circular a ritmo vivo por carreteras exigentes nos obliga a tocar demasiado el cambio. El motor sólo rinde bien por encima de las 4.000 vueltas, con lo que es necesario tocar mucho la palanca para no perder velocidad. En zonas complicadas, nos veremos bajando mucho a segunda, pues la tercera se hunde con facilidad y le cuesta mucho recuperar el aliento. Por suerte, el tacto de la caja de relaciones es magnífico y muy rápido, con lo que el defecto se hace menos penoso para el conductor. Da la impresión de que el bastidor está mucho más logrado que este motor de gasolina.Lógicamente, acelerar mucho y cambiar tanto trae consecuencias inevitables para el bolsillo del conductor. El consumo se resiente mucho y llega a cotas de 13-14 litros. La media que ha calculado nuestro Centro Técnico está en 8,3 litros a los 100, lo que no está nada mal.

Equipado con control de estabilidad y ABS, se puede circular realmente rápido con este vehículo manteniendo al tiempo un confort de marcha muy elevado. Los frenos, de gran resistencia a la fatiga, están ahí para sacarnos de cualquier problema.