Ford Fusion 1.4i 80CV Trend

A Ford le han bastado diez centímetros para transformar completamente su Fiesta. El Fusion no es un SUV, no es un monovolumen y, por supuesto, no es un simple utilitario: es un coche económico capaz de cubrir las necesidades de aquellos que quieren moverse por la ciudad y, en especial, escaparse de ella.

La última frontera
La última frontera

Ford está dispuesto a atravesar la última frontera que le quedan a los utilitarios: la del espacio. El Fusion utiliza la misma plataforma que el Fiesta -sólo supera en diez centímetro el largo de la versión de cinco puertas-, pero entre ambos modelos hay notables diferencias.

Estéticamente, es un modelo de difícil definición. Por dimensiones, se acerca a un pequeño todo terreno (al estilo del Montero iO), pero el Fusion es un urbanita, un coche ideado para la ciudad y, en especial, para escapar de ella.

Aunque su imagen robusta nos puede recordar a los todo terrenos, se trata de un tracción delantera (lo que limita su uso off road). Eso sí, su altura le permite abandonar el asfalto sin complejos y moverse por caminos en mal estado. Además, la carga ya no es un problema. El gran portón y la gran boca del maletero facilitarán dicha tarea y, si plegamos las butacas de los pasajeros traseros y del acompañante, podremos llevar objetos de hasta 2,10 metros de largo: el cochecito del niño, la tabla de surf, los esquís, la tienda de campaña... ¡Todo en un compacto o, como asegura la marca, en el “primer vehículo para actividades urbanas"!

Sin embargo, las virtudes del Fusion han sido copiadas de un segmento de vehículos completamente diferente: el de los monovolumen. Como ya hemos indicado, este modelo supera en 10 centímetros la longitud del Fiesta de cinco puertas y posee 4 centímetros más de anchura y 7 de altura. La diferencia no es tan notable, pero los diseñadores de Ford han sabido aprovechar cada milímetro.

Los pasajeros de las plazas traseras tienen suficiente espacio para las piernas y para los pies (los asientos delanteros van tan altos que permiten cierto desasosiego). El diseño de las puertas permite un fácil acceso a las plazas traseras, incluso a los niños. Los asientos posteriores se pliegan fácilmente, al igual que la butaca del acompañante (que se transforma en una mesa auxiliar) y debajo del asiento delantero encontramos una cubeta para transportar pequeños objetos.

La vida a bordo es sorprendente: pocos coches ofrecen tanta polivalencia en un espacio tan reducido; tendremos que esperar unos cuantos meses para poder ver en el mercado modelos como el Opel Meriva o el Mazda 2, que se sumarán a los recién estrenados Hyundai Getz y Daewoo Kalos, sus rivales más directos.