Hyundai Accent 1.5 GS 3p

El nuevo Accent supone un importante salto cualitativo frente a la anterior generación, imprescindible para consolidar a la marca coreana en un segmento tan competitivo. Más grande, más amplio y muy mejorado en sus cualidades dinámicas, el Accent puede ahora considerarse un rival mucho más serio

Hyundai Accent 1.5 GS 3p
Hyundai Accent 1.5 GS 3p

El renovado Accent apenas conserva de su predecesor el nombre pues el resto, a excepción de los motores, ha sido revisado en profundidad para ofrecer un modelo mucho más completo, equilibrado y efectivo a todos los niveles. Y aunque exteriormente no resulta muy agraciado —sus líneas angulosas y el diseño de la parrilla le hacen parecer un coche anterior en el tiempo al más redondeado Accent al que sustituye—, conducir el nuevo Accent apenas tiene que ver con el anterior modelo. Para empezar, estrena una nueva plataforma en la que destaca un notable incremento en las cotas, que repercuten directamente en una importante mejora en la estabilidad. Mayor distancia entre ejes (4 centímetros) y mayor anchura de vías permiten diseñar un coche más largo y ancho ofreciendo un aspecto con mucho más empaque. Destaca la nueva parrilla y faros delanteros, ahora con formas trapezoidales. Más asentado No varía el esquema empleado en las suspensiones, pero el tarado de amortiguación ya no es tan blando como antes, evitando en parte el excesivo balanceo que mostraban los anteriores modelos. Junto a ello, se ha incrementado la rigidez estructural, a base de reforzar los pilares centrales y los largueros del subchasis y del techo.A lo largo de toda la prueba, el Accent evidenció unas cualidades dinámicas claramente mejoradas sobre todo tipo de carreteras. Por autovía, el motor 1.5 de 90 CV permite mantener cruceros de 150-160 km/h —incluso más si nos lo proponemos— sin apenas esfuerzo, abordando las curvas más complicadas de una forma mucho más natural que antes. Esto permite mantener el ritmo sin estar tan pendientes del tipo de trazado que afrontamos en cada momento y con un mayor grado de confianza. Sólamente los neumáticos que equipaba de serie nuestra unidad de pruebas, unos Hankook poco recomendables, nos hacen perder algo de confianza, sobre todo si el asfalto se encuentra húmedo y muy frío como en esta época del año.

En carreteras de segundo orden, más reviradas y también más lentas, el Accent muestra una mejor cara todavía. La dirección ha ganado en tacto, aunque sin llegar a la precisión de modelos realmente brillantes en este sentido como pueden ser un Ford Focus o un Seat León, pero indudablemente transmite mejor nuestros deseos sobre el asfalto que antaño. Lástima otra vez de los neumáticos, pues con unos «pata negra» mejoraría ostensiblemente. El aplomo en las curvas es ahora muy superior y las reacciones más nobles y predecibles, aunque sigue mostrando una cierta viveza en el eje trasero ante situaciones delicadas, como una frenada en apoyo. Se puede circular a un ritmo considerablemente superior que con el antiguo Accent, pero tampoco conviene buscar los límites, pues en situaciones complicadas el eje trasero tiende a buscar su propia trayectoria.

En condiciones normales, ninguna pega se le puede achacar al Accent, capaz de proporcionar un rodar consistente, efectivo e incluso agradable. Las suspensiones filtran bien las irregularidades del asfalto y, junto a la mayor batalla, se encargan de mantener al Accent en su sitio si no practicamos una conducción deportiva. Los cambios de asfalto, algo muy habitual por nuestras carreteras, los admite de una forma más natural, sin descomponerse. Buen motor Los frenos han sido también uno de los grandes beneficiados.