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Con la voluntad de despejar esa duda, probamos ahora el L200 2.5 DiD en su variante Doble Cabina, con el acabado Intense Plus. Es decir, el tope de la gama. Este coche, que cuesta 27.990 euros, tiene mucho más en cuenta a los pasajeros. Tanto, que incluso deja de lado la capacidad de cargar mercancías y, opcionalmente, transforma la caja en una especie de maletero exterior con tapa y todo. Es el extremo contrario al Cabina Club, en el que primaba la caja y se enviaba a los pasajeros de los asientos traseros a unos transportines poco menos que ridículos.Además, el equipamiento de este Doble Cabina Intense Plus no tiene nada que ver con el de sus hermanos de “camada". Aparecen muchos elementos de confort que cambian radicalmente la estancia a bordo de este coche.Claro, lo primero que hay que hacer para tratar mejor a los pasajeros es proporcionarles los medios para que viajen en el L200 con todos los honores. Para esto, lo mejor es montar un asiento trasero de verdad que sustituya a los transportines del Cabina Club. En Mitsubishi se lo han tomado en serio y han instalado un cómodo asiento en el que caben sin problemas tres adultos. Sobra sitio para las piernas y el acceso, gracias a la aparición de las puertas traseras, es más que bueno. Eso sí, la entrada y salida del coche se vuelven complicadas para los niños y las personas de movilidad reducida, pues el “salto" supera de largo el medio metro.En las plazas delanteras, a pesar de sufrir el mismo problema de acceso, se mantiene el mismo esquema, que ya era suficientemente bueno en la variante de media cabina. Hay espacio de sobra, una buena distribución de los mandos y, en esta ocasión, un equipamiento de confort más abundante.
Así, el Intense Plus incluye, por ejemplo, climatizador, radio con lector de CD y MP3, navegador, ordenador de viaje, multitud de huecos para todo tipo de objetos y apertura eléctrica de la ventanilla trasera.
En cuanto a la dotación mecánica, destaca la presencia de los controles de tracción y de estabilidad, que aportan un plus de seguridad en la carretera. También se incluyen en este acabado las llantas de aleación ligera, que engarzan neumáticos en medida 245/65 R 17.
Con todo, lo más llamativo de esta versión del L200 es su caja carrozada opcional. Sobre el compartimento de carga se monta un techo articulado que cubre todo el espacio disponible y que, además, se puede cerrar con llave (una llave distinta a la del coche).
Para abrir la caja, no hay una única puerta, sino que se puede abrir el techo por un lado, elevándolo en compás, y la caja en sí, por otro lado, bajando la portezuela.Desde luego, este techo convierte al L200 en un coche más utilizable como simple vehículo de turismo u ocio. Se pueden llevar equipajes sin miedo a que salgan volando y también se pueden transportar objetos de valor sin que estén a la vista de todo el mundo.
En cuanto a la capacidad, no está mal teniendo en cuenta que llevamos tapa. Ésta se puede desmontar para incrementar las posibilidades y, al hacerlo, descubrimos espacio para cargar un palet estándar. Con ella puesta, el hueco se reduce bastante y se queda en unos 800 litros de capacidad. Lo peor es la altura a la que está situado el plano de carga: 88 centímetros. Aupar hasta la caja objetos muy pesados es una auténtica tortura. Para colmo, nuestra unidad llevaba la caja recubierta con un plástico protector tremendamente resbaladizo, con lo que se complica más la labor de cargar, sobre todo si el coche está en una cuesta.
Eso sí: estando los pick-ups homologados como camiones de caja abierta, es necesario disponer de tarjeta de transporte en vigor para llevar en la caja cualquier cosa. Recomendamos que, antes de comprarlo, te cerciores muy bien de qué requisitos legales tiene este coche para poder circular con carga. Por lo demás, el L200 de Cabina Doble se comporta, básicamente, igual que sus hermanos de cabinas más pequeñas. Cabe señalar la diferencia que supone la introducción de los controles de tracción y estabilidad. Éste último resulta especialmente útil a la hora de poner orden en los giros cerrados sobre terreno mojado, donde la propulsión trasera tiende a descolocar siempre la zaga de los pick-ups.
Sin embargo, en cuanto a capacidad de trabajo off-road y desempeño en carretera, no hay diferencias con respecto a los demás L200. No dejes de buscar esta información en la prueba que realizamos un ejemplar del Cabina Club.
LO MEJOR
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LO PEOR
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* Buen confort para los ocupantes |
* Altura de accesos |
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Con la voluntad de despejar esa duda, probamos ahora el L200 2.5 DiD en su variante Doble Cabina, con el acabado Intense Plus. Es decir, el tope de la gama. Este coche, que cuesta 27.990 euros, tiene mucho más en cuenta a los pasajeros. Tanto, que incluso deja de lado la capacidad de cargar mercancías y, opcionalmente, transforma la caja en una especie de maletero exterior con tapa y todo. Es el extremo contrario al Cabina Club, en el que primaba la caja y se enviaba a los pasajeros de los asientos traseros a unos transportines poco menos que ridículos.Además, el equipamiento de este Doble Cabina Intense Plus no tiene nada que ver con el de sus hermanos de “camada". Aparecen muchos elementos de confort que cambian radicalmente la estancia a bordo de este coche.Claro, lo primero que hay que hacer para tratar mejor a los pasajeros es proporcionarles los medios para que viajen en el L200 con todos los honores. Para esto, lo mejor es montar un asiento trasero de verdad que sustituya a los transportines del Cabina Club. En Mitsubishi se lo han tomado en serio y han instalado un cómodo asiento en el que caben sin problemas tres adultos. Sobra sitio para las piernas y el acceso, gracias a la aparición de las puertas traseras, es más que bueno. Eso sí, la entrada y salida del coche se vuelven complicadas para los niños y las personas de movilidad reducida, pues el “salto" supera de largo el medio metro.En las plazas delanteras, a pesar de sufrir el mismo problema de acceso, se mantiene el mismo esquema, que ya era suficientemente bueno en la variante de media cabina. Hay espacio de sobra, una buena distribución de los mandos y, en esta ocasión, un equipamiento de confort más abundante.
Así, el Intense Plus incluye, por ejemplo, climatizador, radio con lector de CD y MP3, navegador, ordenador de viaje, multitud de huecos para todo tipo de objetos y apertura eléctrica de la ventanilla trasera.
En cuanto a la dotación mecánica, destaca la presencia de los controles de tracción y de estabilidad, que aportan un plus de seguridad en la carretera. También se incluyen en este acabado las llantas de aleación ligera, que engarzan neumáticos en medida 245/65 R 17.
Con todo, lo más llamativo de esta versión del L200 es su caja carrozada opcional. Sobre el compartimento de carga se monta un techo articulado que cubre todo el espacio disponible y que, además, se puede cerrar con llave (una llave distinta a la del coche).
Para abrir la caja, no hay una única puerta, sino que se puede abrir el techo por un lado, elevándolo en compás, y la caja en sí, por otro lado, bajando la portezuela.Desde luego, este techo convierte al L200 en un coche más utilizable como simple vehículo de turismo u ocio. Se pueden llevar equipajes sin miedo a que salgan volando y también se pueden transportar objetos de valor sin que estén a la vista de todo el mundo.
En cuanto a la capacidad, no está mal teniendo en cuenta que llevamos tapa. Ésta se puede desmontar para incrementar las posibilidades y, al hacerlo, descubrimos espacio para cargar un palet estándar. Con ella puesta, el hueco se reduce bastante y se queda en unos 800 litros de capacidad. Lo peor es la altura a la que está situado el plano de carga: 88 centímetros. Aupar hasta la caja objetos muy pesados es una auténtica tortura. Para colmo, nuestra unidad llevaba la caja recubierta con un plástico protector tremendamente resbaladizo, con lo que se complica más la labor de cargar, sobre todo si el coche está en una cuesta.
Eso sí: estando los pick-ups homologados como camiones de caja abierta, es necesario disponer de tarjeta de transporte en vigor para llevar en la caja cualquier cosa. Recomendamos que, antes de comprarlo, te cerciores muy bien de qué requisitos legales tiene este coche para poder circular con carga. Por lo demás, el L200 de Cabina Doble se comporta, básicamente, igual que sus hermanos de cabinas más pequeñas. Cabe señalar la diferencia que supone la introducción de los controles de tracción y estabilidad. Éste último resulta especialmente útil a la hora de poner orden en los giros cerrados sobre terreno mojado, donde la propulsión trasera tiende a descolocar siempre la zaga de los pick-ups.
Sin embargo, en cuanto a capacidad de trabajo off-road y desempeño en carretera, no hay diferencias con respecto a los demás L200. No dejes de buscar esta información en la prueba que realizamos un ejemplar del Cabina Club.
LO MEJOR
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LO PEOR
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* Buen confort para los ocupantes |
* Altura de accesos |