Audi A3 vs Mini Clubman, los mejores coches compactos premium

Mini se estrena entre los compactos con el Clubman. Deportivo, amplio, refinado… ¿Hasta dónde llegará? Lo enfrentamos al líder premium: el Audi A3 Sportback. ¡Qué duelo!

Jordi Moral. Twitter: @jordimoralp Fotos: Israel Gardyn

Audi A3 vs Mini Clubman, los mejores coches compactos premium
Audi A3 vs Mini Clubman, los mejores coches compactos premium

¿Defensa o ataque? Como si se tratase de la estrategia de un partido de fútbol, el nuevo Mini Clubman y el veterano Audi A3 Sportback representan hoy dos estilos muy diferentes. Líder, el Audi A3 siempre representó entre los compactos premium el orden, el trabajo táctico, el perfecto equilibrio. Ahora, Mini irrumpe por primera vez en escena con un planteamiento de inicio más vistoso, agresivo y, también, arriesgado.

Puede así que, en una sociedad en la que casi hay ya un partido del siglo cada dos meses, el enfrentamiento hoy entre un Mini Clubman Cooper D Automático y un Audi A3 Sportback 2.0 TDi S Tronic no llegue a tanto. Sin embargo, no queda tampoco duda de estar ante un duelo inédito que ha levantado una gran expectación. Y la sientes ya horas antes con el pulso de la calle, por toda una secuencia de aficionados asombrados con lo que tienen por primera vez ante sí: “¡Qué pedazo de Mini!”. Inconfundible eso sí por estética y filosofía, por tamaño casi podríamos llamarlo ahora Maxi. Desarrollado esta vez sobre la arquitectura modular de toda la nueva familia de tracción delantera y motor transversal de BMW, pero en este caso con la base exacta del monovolumen BMW Serie 2 Active Tourer, no se había visto hasta hoy un Mini igual.

Olvida pues para empezar un apellido Clubman hoy ya de segunda generación. Con 30 centímetros más de longitud que antes (4,25 metros totales), y 12 de anchura, este Mini Clubman es hoy otro coche… e impresiona. Si buscabas un Mini con espacio, desde luego ya lo tienes. Casi tan grande ahora, e incluso más voluminoso, que un Audi A3 Sportback, no había por tanto precedente entre ellos, ni estadísticas que romper. Pero sí, de inicio, una gran noticia: hay por primera vez partido.

Si hasta ahora por tanto Audi y Mini sólo se habían visto las caras entre los utilitarios, y a raíz de un A1 con el que la primera buscaba tapar el éxito de la segunda como única pequeña alternativa real premium, ahora hay vuelta a la tortilla: es Mini la que, en su continua fase de crecimiento, abandona su habitual campo de juego para saltar por primera vez, y con opciones reales de triunfo, al terreno de los compactos, el de más público del mercado. No era fácil teniendo enfrente ahora al Audi más vendido.

Audi A3 Sportback vs Mini Clubman: ambiente premium

Muy consolidado, no le ha ido mal hasta ahora al Audi A3 con su filosofía de juego. Si hay quien dice que un buen equipo se construye desde la defensa, a Audi le salen las cuentas. Conservador en su diseño, entrar a este Sportback es hacerlo a un compacto siempre sobrio, pero impecable en toda su ejecución. No esperes por tanto colorido, ni gran dosis de emoción, pero tampoco casi defecto alguno con una amplitud, una suavidad de mandos y un refinamiento que sientes siempre referencia en la categoría. Respiras ambiente verdaderamente premium.

Mini, por su parte, afronta el duelo de pizarras abanderando hoy otra táctica: la de quienes consideran que la mejor defensa es un buen ataque. Su carrocería no pasa nunca desapercibida y es verdad que su especial maletero con puerta de doble hoja ni resulta tan práctico para abrir y cargar como un portón tradicional, ni proporciona la mejor visibilidad interior, pero la originalidad siempre está presente. Es algo que percibes ya desde que presionas para abrir sus puertas. Como si fuera el batmóvil, su retrovisor proyecta el logo de Mini en el suelo, su antena tipo tiburón parpadea como un avión en movimiento, buceando entre menús verás desde chequeos con gráficos muy simpáticos a programas de eficiencia que “premian” la óptima conducción y lo puedes personalizar con 36 combinaciones de color, 10 tapicerías y hasta 8 diseños de llantas.

Muchos efectos especiales en un Mini Clubman que, sin embargo, también fusiona con un gran sentido práctico. Y es que, por primera vez, Mini despliega un juego muy ofensivo pero sin lanzarse a tumba abierta. Organizado sobre una mayor distancia entre ejes incluso que el Audi A3 Sportback (2,67 metros en Mini ante 2,64 de Audi) , hoy ofrece idéntico gran espacio para piernas, pero te encontrarás mejor en su asiento trasero central, sentirás algo más de anchura y hasta 10 litros más de maletero (380 medidos por nuestro Centro Técnico ante los 370 del A3). Ver para creer: un Mini tanto o más práctico que un Audi.

Audi A3 Sportback vs Mini Clubman: comportamiento

El primer gol, por tanto, lo mete hoy el nuevo Mini Clubman. Pero queda mucho partido. A este Audi A3 Sportback, rodando, sigue siendo muy difícil pillar a contrapié. Finísimo y siempre muy bien aislado, me sorprende encontrar un A3 hoy básico tan completo de serie. No es que no necesite ir sobre calzado de neumático o montar el sistema Drive Select con distintos modos de conducción para responder bien… es que incluso me parece preferible sin ellos.

Audi A3 Sportback y Mini ClubmanCon una dirección ligera pero siempre de tacto preciso y muy natural (olvídate de más artificiales desmultiplicaciones variables) y una suspensión muy cómoda en amortiguación pero que tampoco sientes blanda en recorrido en extensión, este Audi A3 Sportback 2.0 TDi S Tronic resulta un compacto muy agradable, siempre bien colocado, en su sitio. Eso sí, poco dado también a levantarte del asiento. Es algo que, nuevamente, sí te hace sentir un Mini Clubman de toque veloz, juego más directo.

Con la única contrapartida de una plataforma modular de BMW que no parece contener tan bien el peso como la MQB que el Audi A3 comparte con Seat León o VW Golf (algo que hemos comprobado también en los últimos BMW X1 o BMW Active Tourer), los casi 120 kg extra de este Mini Clubman tampoco son un lastre. Al contrario. Con una dirección más rápida, un tacto algo más firme y, sobre todo, una trasera un poco más suelta, que acompaña más los movimientos y no va tan anclada como la del Audi A3, el Clubman resulta un compacto más ágil, con controles electrónicos menos intrusivos y mucho más estimulante. Mejor capacidad también para el giro y para la recuperación de chasis, además hoy con una respuesta más asentada y sin reacciones tan violentas como históricamente en Mini, para desembocar en un refinamiento desconocido hasta hoy en la marca.

Muy bien insonorizado, en marcha este nuevo Mini Clubman me sorprende incluso tan aislado como el Audi A3 (no tanto a ralentí), mientras que la combinación de una superior batalla y anchura de vías genera una calidad de rodadura, al menos con su opcional suspensión activa (500 euros), con poco que envidiar al Sportback. Puede quizá que algo menos fino fruto de la mayor deportividad que siempre imprime, pero ni siquiera cambiando a Sport con su sistema Driving Modes sentirás esta vez un Mini seco o desequilibrado, sólo algo más instantáneo. Así que, por seguir disfrutando más la conducción pero avanzar mucho en refinamiento y confort, segundo gol también para el nuevo Mini Clubman.

Audi A3 Sportback vs Mini Clubman: motores

Queda poco partido y no hay mucho tiempo ya para la remontada, pero sí para una última e importante jugada. Y ambos la encaran en este duelo, no sólo con sus motores seguramente más equilibrados, sino incluso con los dos mejores Diesel de 4 cilindros ahora mismo de su categoría: ambos de 2,0 litros y exactos 150 CV de potencia. Rapidísimos los dos, muy refinados subiendo de vueltas y con un bajo régimen ya aprovechable desde poco más de 1.000 vueltas, apenas marcan diferencias ni en bajísimos consumos (en carretera te moverás en ambos sobre 5 l/100 km), ni en muy buenas prestaciones, donde sólo saca partido el Audi A3 Sportback 2.0 TDi en la distancia muy larga por su mejor estirada hasta el corte: de 0 a 1.000 metros en 30,0 segundos por los 30,3 del Mini.

El TDI del Audi A3 Sportback llega junto al cambio automático S Tronic de 6 marchas, un doble embrague que sigues sintiendo rapidísimo pero ya algo brusco en maniobras en comparación al Cooper D de un Mini Clubman que, por primera vez, se asocia a una caja automática de 8 marchas. De Aisin en lugar de la ZF que montan los BMW de propulsión trasera y motor longitudinal, resulta eso sí igual de suave y progresivo en marcha, con una fantástica función de avance por inercia en el eficaz modo Green y una puesta a punto muy deportiva para hacerlo muy directo e instantáneo a golpe de acelerador, pero también más incómodo que el de Audi en uso urbano: este Mini bloquea tan abajo el convertidor de par que, en la parada, actúa antes el dispositivo anti calado provocando sensación de arrastre y retrasando la entrada del Stop/Start.

Último tanto pues para un Audi A3 Sportback 2.0 TDi S Tronic que consigue finalmente que el Mini Clubman termine pidiendo la hora, aunque consigue una victoria agónica. Si, como decía Valdano, el fútbol es un estado de ánimo, Mini sin duda llega crecida al segmento de los compactos. Y en todos los sentidos. 

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