Más que una moda, la ecología es una necesidad. Nos estamos cargando el planeta a pasos agigantados y hay que poner remedio, y más sabiendo que más de 1.000 millones de personas se van a sumar en los años venideros -China-. A los fabricantes de automóviles les ha costado empezar, pero ya se están moviendo, y mucho más rápido de lo que pueda parecer desde fuera, para hacer los coches más limpios con la naturaleza. Hasta que los híbridos se popularicen, los combustibles alternativos sean rentables o aparezcan nuevas tecnologías revolucionarias -todo acaba por reducirse a una cuestión económica-, la opción para muchos, de momento, pasa por la transformación de sus mecánicas para adaptarlas a los nuevos tiempos que corren.Si bien antes la premisa eran las prestaciones, ahora lo es claramente el consumo y las emisiones. Mazda ha desarrollado una nueva generación del Mazda 6 que presume de adaptarse mucho más a estas demandas. Para empezar, han trabajado profundamente en la reducción de peso -a menos kilos, menos energía se necesita para moverlos y, por tanto, menos consumo-, y se ha transformado toda su gama de motores para generar menos emisiones contaminantes. El coche que ocupa nuestra prueba es un buen ejemplo de ello. Se trata de la única variante Diesel de la gama.Emplea el mismo motor de antes, el 2.0 CRTD pero que ahora ofrece menos caballos y menos par máximo -3 CV y 3 mkg menos, según datos oficiales-. Además, se ha acompañado de unos desarrollos finales más largos, otra línea de escape y diferente programación electrónica que, en conjunto, han permitido homologar unos consumos más bajos y 149 g/km de CO2 -que someten al coche a un impuesto de matriculación del 7 por ciento-, de ahí que el precio final del coche sea, a pesar de ser más grande, moderno y mejor equipado, sólo 800 euros superior que en la anterior generación. La fórmula parece inteligente, se consigue un buen precio y, bajo las condiciones de homologación, se bajan emisiones y consumos oficiales pero ¿Qué pasa con las prestaciones? ¿Y con el consumo en utilización real? Llegado este punto no se asuste, puesto que el nuevo Mazda 6 Diesel es un buen coche, y estamos seguros que cumplirá con muchas expectativas, pero ha de tenerse clara la diferencia prestacional con respecto a la anterior generación y al resto de modelos de su segmento.— Habitabilidad y maletero
— Precio y equipamiento
— Tacto de chasis deportivo— Recuperaciones pobres
— Sin rueda de repuesto (kit)
— Plaza central trasera
— Motor rebajadoMás que una moda, la ecología es una necesidad. Nos estamos cargando el planeta a pasos agigantados y hay que poner remedio, y más sabiendo que más de 1.000 millones de personas se van a sumar en los años venideros -China-. A los fabricantes de automóviles les ha costado empezar, pero ya se están moviendo, y mucho más rápido de lo que pueda parecer desde fuera, para hacer los coches más limpios con la naturaleza. Hasta que los híbridos se popularicen, los combustibles alternativos sean rentables o aparezcan nuevas tecnologías revolucionarias -todo acaba por reducirse a una cuestión económica-, la opción para muchos, de momento, pasa por la transformación de sus mecánicas para adaptarlas a los nuevos tiempos que corren.Si bien antes la premisa eran las prestaciones, ahora lo es claramente el consumo y las emisiones. Mazda ha desarrollado una nueva generación del Mazda 6 que presume de adaptarse mucho más a estas demandas. Para empezar, han trabajado profundamente en la reducción de peso -a menos kilos, menos energía se necesita para moverlos y, por tanto, menos consumo-, y se ha transformado toda su gama de motores para generar menos emisiones contaminantes. El coche que ocupa nuestra prueba es un buen ejemplo de ello. Se trata de la única variante Diesel de la gama.Emplea el mismo motor de antes, el 2.0 CRTD pero que ahora ofrece menos caballos y menos par máximo -3 CV y 3 mkg menos, según datos oficiales-. Además, se ha acompañado de unos desarrollos finales más largos, otra línea de escape y diferente programación electrónica que, en conjunto, han permitido homologar unos consumos más bajos y 149 g/km de CO2 -que someten al coche a un impuesto de matriculación del 7 por ciento-, de ahí que el precio final del coche sea, a pesar de ser más grande, moderno y mejor equipado, sólo 800 euros superior que en la anterior generación. La fórmula parece inteligente, se consigue un buen precio y, bajo las condiciones de homologación, se bajan emisiones y consumos oficiales pero ¿Qué pasa con las prestaciones? ¿Y con el consumo en utilización real? Llegado este punto no se asuste, puesto que el nuevo Mazda 6 Diesel es un buen coche, y estamos seguros que cumplirá con muchas expectativas, pero ha de tenerse clara la diferencia prestacional con respecto a la anterior generación y al resto de modelos de su segmento.— Habitabilidad y maletero
— Uno de los mejores
— Precio y equipamiento
— Tacto de chasis deportivo— Recuperaciones pobres
— Sin rueda de repuesto (kit)
— Plaza central trasera
— Motor rebajado
— Uno de los mejores