Si en el Mazda MX-5 de 3ª generación era preferible el motor de más baja cilindrada, el 1.8i 16V de 126 CV frente al 2.0i 16 V de 160 CV, ya que el primero tenía un carácter más deportivo pese a su menor potencia, en el nuevo surge el dilema. ¿Cuál elegir?
Mazda MX-5 2.0, nuestro motor preferido
El Mazda MX-5 1.5 Skyactiv G nos dejó un excelente sabor de boca, con prestaciones parejas al 2.0 de 160 CV de 3ª generación y estiradas hasta 7.500 rpm. El nuevo 2.0 Skyactiv G, ahora también con las tecnologías Skyactiv, no llega tan lejos, con un régimen de giro máximo de 6.750 rpm —en los que aún tiene 149 CV—. Pero en la práctica se siente tan deportivo y, sobre todo mucho más lleno a cualquier régimen. Con prestaciones más serias; que rebajan la aceleración de 0 a 1.000 metros en 1,8 segundos y las recuperaciones en torno a 2 segundos. Pero por esos 1.200 euros que hay de diferencia entre uno y otro no sólo disfrutamos de un motor más potente, además contamos con una amortiguación firmada por Bilstein, que aporta precisión así como mayor calidad de bacheo; un diferencial autoblocante, que permite sacar mayor partido del Mazda MX-5 en conducción deportiva; llantas de aleación de 17” en lugar de las de 16”; que a nuestro entender logran la combinación ideal, pues ofrecen un mejor guiado sin que sus reacciones sean mucho más violentas al límite y el Stop&Start, que detiene automáticamente el motor en las detenciones.
Y si las prestaciones aumentan considerablemente respecto a su antecesor, en mayor medida bajan sus consumos, con una rebaja de 1,1 l/100 km en carretera y ¡3,2 l/100 km! en ciudad. Pero aquí no sólo hay que tener en cuenta una mecánica mucho más eficiente, también la importante dieta de adelgazamiento a la que se ha sometido y que, en esta unidad tope de gama, con todo el equipamiento disponible, le ha permitido registrar en nuestra báscula sólo 1.074 kg.
Mazda MX-5, un cambio que crea adicción
También enamora la precisión y rapidez de su cambio de marchas de 6 velocidades, pero sobre todo sus cortos recorridos de palanca, que nos invitan a su manejo incluso cuando no es necesario cambiar de marcha. Su dirección eléctrica cumple sin más, ya que podría ofrecer mejor tacto, algo parecido a lo que sucede con sus frenos, que para el poco peso que han de parar podrían registrar detenciones en menos metros, aunque cumplen por tacto, resistencia y equilibrio ante grandes apuradas.
El Mazda MX-5 2.0, en su versión Luxury se ofrece por 27.000 €, por 1.600 € más ofrece en exclusiva el Paquete Sport (28.600 €), que añade a su ya completo equipamiento las luces adaptativas, el aviso de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor, el detector de tráfico trasero al maniobrar marcha atrás así como unos asientos deportivos firmados por Recaro. Pero desde 25.800 € ya podemos acceder a un bien equipado Style . Una oferta, como el propio coche, muy tentadora. Y es que no hay otro coche actualmente a la venta que por un precio parecido sea capaz de ofrecer tanta diversión a su volante sin por ello tener una alta cifra de potencia.
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