Simplificando al máximo el tipo de cliente que compra una berlina media, podemos diferenciar entre aquellos que compran con el corazón y los que lo hacen con
Empecemos con las presentaciones. El Hyundai i40 estrena esta atractiva carrocería sedán que aparenta ser algo más pequeña de lo que realmente es (mide, más o menos, lo que un Honda Accord) y que de puertas hacia dentro resulta ser una de las más habitables de su categoría: maletero de enorme capacidad (
Kia también está de estreno. El nuevo Optima representa (como el i40 al Sonata) ese salto de gigante respecto al Magentis; semejante técnicamente al de Hyundai en motores y plataforma (su verdadero clon es el i45 que no se vende en Europa) pero redimensionado a lo grande: ahora es él el que marca el límite superior en tamaño dentro de la categoría con
Como el Hyundai, el asiento del conductor tiene regulación eléctrica (buen detalle), el volante tiene amplios reglajes y hay cómodos y grandes huecos para despojarse de objetos pequeños que nos molesten en los bolsillos. Pero, al detalle, en Kia falta aún algo de nivel. El freno de mano no es eléctrico (como el de sus rivales), hay demasiados materiales rígidos y el filtrado del habitáculo, sea mecánico, de suspensión, dirección, cambio o pedales está menos elaborado y conseguido que en el modelo de Hyundai, que casi se aproxima al Avensis en todos estos apartados.
Kia y Hyundai aportan el mismo turbodiésel, con la diferencia de que, mientras el i40 emplea las dos posibles variantes (115 y 136 CV), el Optima sólo utiliza la más potente. Así que, con la intención de que conozcas el rendimiento de ambos motores, hemos utilizado el de 115 CV en acabado eDrive (la denominación de bajas emisiones en Hyundai) en el i40, y el de 136 CV para el Optima. Por último, pequeñas pinceladas y ajustes mecánicos devuelven a la actualidad al Toyota Avensis, que con su agresiva política comercial se convierte en el coche revelación del segmento: ningún otro ofrece tanto o más por menos dinero. O dicho de otro modo, si sólo puedes poner en juego 20.000 euros (en su acabado Comfort, el más básico pero suficientemente completo en seguridad y confort) y exiges cierto nivel de calidad, empaque, equipamiento, imagen de marca y prestaciones, el Avensis es la única berlina que puede satisfacer tus deseos. Insuperable.
Aún no ha llegado el Stop&Start, pero anuncia emisiones por debajo de 120 g/km. También sigue siendo un coche que recomiendo probar antes de comprar porque su postura de conducción resulta algo peculiar (para mí, incómoda por su asiento elevado y escasa regulación de volante en profundidad) y sus botones están demasiado desperdigados, pero sobre sus rivales ofrece, como decíamos antes, ese plus que, más que poder verse o tocarse, se siente en marcha.
Y en marcha, los 1.7 coreano (CRDi para Hyundai y VGT para Kia) sorprenden por el buen papel que firman en las dos posibles vertientes, la prestacional en su versión de 136 CV, y la ecológica en la de 115 CV. Empezando por ésta, cabe citar que sus ya inusuales cortos desarrollos de cambio logran que el i40 no parezca ni lento ni inframotorizado, logrando recuperaciones (es, más que las aceleraciones, la medida de agilidad o rapidez de un coche en tráfico real) mejores que muchos dos litros de mayor potencia (iguala al Avensis en el 80-120 en sexta, por ejemplo, y mejora claramente a Superb/Passat 2.0 TDi/140, Laguna 2.0 dCi o Insignia CDTi/130). Buena predisposición a bajo régimen (algo mejor que el otro 1.7 más potente) y medios consistentes nos van a permitir utilizar sus marchas largas en condiciones de difícil tráfico, en beneficio de su otra gran cualidad, el consumo: no logra las proezas del Passat 2.0 TDi (¡4,7 l/100 km!), pero se mueve en cifras bastante cercanas.
Sobre el Kia Optima, la diferencia de potencia queda patente en el crono: sus recuperaciones son fulminantes, de lo mejor en la categoría, siendo sus consumos también bastante ajustados en carretera pero no tanto en ciudad. El 2.0 D-4D, por su parte, gana finura (eso sí, una vez alcanzada temperatura) aunque sigue siendo algo áspero a altas vueltas, y atesora mejores bajos que antes, algo que se agradece en el empeño de sacarle partido a sus largos desarrollos. Ni corre tanto como el Optima ni gasta tan poco como el i40, así que hay que buscar su virtud en el equilibrio y en ese superior refinamiento de uso antes citado que ofrece sobre cualquiera de los 1.7 coreanos.
Dinámicamente, los tres representan un perfil aburguesado como les corresponden a coches ruteros, destacando el Avensis (ahora algo más receptivo de dirección), por su mejor calidad de rodadura y aislamiento. Centrándonos en los aspectos en los que deberían trabajar más, cabe citar la baja adherencia de las ruedas de los dos coches coreanos, así como la dirección del modelo de Hyundai, con demasiadas insinuaciones parásitas que restan sensibilidad y tacto.
Sorprendente 1.7 VGT. En su versión de 136 CV corre tanto como un buen dos litros, haciendo del gigante Optima un coche ágil y rápido de reflejos. Hyundai también demuestra que, hoy día, 115 CV son más que suficientes para lograr una más que aceptable prestación dinámica.
Neumáticos, punto débil de los dos coreanos. Ni las Nexen del Optima ni las Hankook ecológicas del i40 ofrecen buen agarre longitudinal. Estas últimas, además, tienen demasiada deriva en curva.
Sonoridad. Aparentemente, no hay grandes diferencias entre ellos, aunque en carretera el i40 parece más y mejor aislado que el Optima. Los tres motores, ásperos cuando funcionan a altas vueltas.
Recuperaciones. Hay un claro destacado: el Optima. Combina un motor con buenos medios con unos desarrollos de cambio inusualmente cortos. El resultado, adelantamientos rápidos y seguros.
Curvas de potencia. El 1.7 CRDi de 115 CV comienza a empujar algo antes que el de 136 CV y por ello es más elástico y utilizable en ciudad. Revisado turbo para el Avensis, que también se deja notar en agrado de conducción.
Consumos. La competencia, con los mejores motores 2.0 litros de la categoría, están entre 6,1 l/100 km y los 6,5 l/100 km; el 140 i.7 CRDi "se sale" con una media de 5,4 l/100 km.
Habitabilidad. Nuevo récord de longitud: con 4,85 m, el Optima es, desde ahora, la berlina más grande del segmento. Destaca, sin embargo, la amplitud interior y capacidad de maletero del i40.
Simplificando al máximo el tipo de cliente que compra una berlina media, podemos diferenciar entre aquellos que compran con el corazón y los que lo hacen con
Empecemos con las presentaciones. El Hyundai i40 estrena esta atractiva carrocería sedán que aparenta ser algo más pequeña de lo que realmente es (mide, más o menos, lo que un Honda Accord) y que de puertas hacia dentro resulta ser una de las más habitables de su categoría: maletero de enorme capacidad (
Kia también está de estreno. El nuevo Optima representa (como el i40 al Sonata) ese salto de gigante respecto al Magentis; semejante técnicamente al de Hyundai en motores y plataforma (su verdadero clon es el i45 que no se vende en Europa) pero redimensionado a lo grande: ahora es él el que marca el límite superior en tamaño dentro de la categoría con
Como el Hyundai, el asiento del conductor tiene regulación eléctrica (buen detalle), el volante tiene amplios reglajes y hay cómodos y grandes huecos para despojarse de objetos pequeños que nos molesten en los bolsillos. Pero, al detalle, en Kia falta aún algo de nivel. El freno de mano no es eléctrico (como el de sus rivales), hay demasiados materiales rígidos y el filtrado del habitáculo, sea mecánico, de suspensión, dirección, cambio o pedales está menos elaborado y conseguido que en el modelo de Hyundai, que casi se aproxima al Avensis en todos estos apartados.
Kia y Hyundai aportan el mismo turbodiésel, con la diferencia de que, mientras el i40 emplea las dos posibles variantes (115 y 136 CV), el Optima sólo utiliza la más potente. Así que, con la intención de que conozcas el rendimiento de ambos motores, hemos utilizado el de 115 CV en acabado eDrive (la denominación de bajas emisiones en Hyundai) en el i40, y el de 136 CV para el Optima. Por último, pequeñas pinceladas y ajustes mecánicos devuelven a la actualidad al Toyota Avensis, que con su agresiva política comercial se convierte en el coche revelación del segmento: ningún otro ofrece tanto o más por menos dinero. O dicho de otro modo, si sólo puedes poner en juego 20.000 euros (en su acabado Comfort, el más básico pero suficientemente completo en seguridad y confort) y exiges cierto nivel de calidad, empaque, equipamiento, imagen de marca y prestaciones, el Avensis es la única berlina que puede satisfacer tus deseos. Insuperable.
Aún no ha llegado el Stop&Start, pero anuncia emisiones por debajo de 120 g/km. También sigue siendo un coche que recomiendo probar antes de comprar porque su postura de conducción resulta algo peculiar (para mí, incómoda por su asiento elevado y escasa regulación de volante en profundidad) y sus botones están demasiado desperdigados, pero sobre sus rivales ofrece, como decíamos antes, ese plus que, más que poder verse o tocarse, se siente en marcha.
Y en marcha, los 1.7 coreano (CRDi para Hyundai y VGT para Kia) sorprenden por el buen papel que firman en las dos posibles vertientes, la prestacional en su versión de 136 CV, y la ecológica en la de 115 CV. Empezando por ésta, cabe citar que sus ya inusuales cortos desarrollos de cambio logran que el i40 no parezca ni lento ni inframotorizado, logrando recuperaciones (es, más que las aceleraciones, la medida de agilidad o rapidez de un coche en tráfico real) mejores que muchos dos litros de mayor potencia (iguala al Avensis en el 80-120 en sexta, por ejemplo, y mejora claramente a Superb/Passat 2.0 TDi/140, Laguna 2.0 dCi o Insignia CDTi/130). Buena predisposición a bajo régimen (algo mejor que el otro 1.7 más potente) y medios consistentes nos van a permitir utilizar sus marchas largas en condiciones de difícil tráfico, en beneficio de su otra gran cualidad, el consumo: no logra las proezas del Passat 2.0 TDi (¡4,7 l/100 km!), pero se mueve en cifras bastante cercanas.
Sobre el Kia Optima, la diferencia de potencia queda patente en el crono: sus recuperaciones son fulminantes, de lo mejor en la categoría, siendo sus consumos también bastante ajustados en carretera pero no tanto en ciudad. El 2.0 D-4D, por su parte, gana finura (eso sí, una vez alcanzada temperatura) aunque sigue siendo algo áspero a altas vueltas, y atesora mejores bajos que antes, algo que se agradece en el empeño de sacarle partido a sus largos desarrollos. Ni corre tanto como el Optima ni gasta tan poco como el i40, así que hay que buscar su virtud en el equilibrio y en ese superior refinamiento de uso antes citado que ofrece sobre cualquiera de los 1.7 coreanos.
Dinámicamente, los tres representan un perfil aburguesado como les corresponden a coches ruteros, destacando el Avensis (ahora algo más receptivo de dirección), por su mejor calidad de rodadura y aislamiento. Centrándonos en los aspectos en los que deberían trabajar más, cabe citar la baja adherencia de las ruedas de los dos coches coreanos, así como la dirección del modelo de Hyundai, con demasiadas insinuaciones parásitas que restan sensibilidad y tacto.
Sorprendente 1.7 VGT. En su versión de 136 CV corre tanto como un buen dos litros, haciendo del gigante Optima un coche ágil y rápido de reflejos. Hyundai también demuestra que, hoy día, 115 CV son más que suficientes para lograr una más que aceptable prestación dinámica.
Neumáticos, punto débil de los dos coreanos. Ni las Nexen del Optima ni las Hankook ecológicas del i40 ofrecen buen agarre longitudinal. Estas últimas, además, tienen demasiada deriva en curva.
Sonoridad. Aparentemente, no hay grandes diferencias entre ellos, aunque en carretera el i40 parece más y mejor aislado que el Optima. Los tres motores, ásperos cuando funcionan a altas vueltas.
Recuperaciones. Hay un claro destacado: el Optima. Combina un motor con buenos medios con unos desarrollos de cambio inusualmente cortos. El resultado, adelantamientos rápidos y seguros.
Curvas de potencia. El 1.7 CRDi de 115 CV comienza a empujar algo antes que el de 136 CV y por ello es más elástico y utilizable en ciudad. Revisado turbo para el Avensis, que también se deja notar en agrado de conducción.
Consumos. La competencia, con los mejores motores 2.0 litros de la categoría, están entre 6,1 l/100 km y los 6,5 l/100 km; el 140 i.7 CRDi "se sale" con una media de 5,4 l/100 km.
Habitabilidad. Nuevo récord de longitud: con 4,85 m, el Optima es, desde ahora, la berlina más grande del segmento. Destaca, sin embargo, la amplitud interior y capacidad de maletero del i40.
Simplificando al máximo el tipo de cliente que compra una berlina media, podemos diferenciar entre aquellos que compran con el corazón y los que lo hacen con
Empecemos con las presentaciones. El Hyundai i40 estrena esta atractiva carrocería sedán que aparenta ser algo más pequeña de lo que realmente es (mide, más o menos, lo que un Honda Accord) y que de puertas hacia dentro resulta ser una de las más habitables de su categoría: maletero de enorme capacidad (
Kia también está de estreno. El nuevo Optima representa (como el i40 al Sonata) ese salto de gigante respecto al Magentis; semejante técnicamente al de Hyundai en motores y plataforma (su verdadero clon es el i45 que no se vende en Europa) pero redimensionado a lo grande: ahora es él el que marca el límite superior en tamaño dentro de la categoría con
Como el Hyundai, el asiento del conductor tiene regulación eléctrica (buen detalle), el volante tiene amplios reglajes y hay cómodos y grandes huecos para despojarse de objetos pequeños que nos molesten en los bolsillos. Pero, al detalle, en Kia falta aún algo de nivel. El freno de mano no es eléctrico (como el de sus rivales), hay demasiados materiales rígidos y el filtrado del habitáculo, sea mecánico, de suspensión, dirección, cambio o pedales está menos elaborado y conseguido que en el modelo de Hyundai, que casi se aproxima al Avensis en todos estos apartados.
Kia y Hyundai aportan el mismo turbodiésel, con la diferencia de que, mientras el i40 emplea las dos posibles variantes (115 y 136 CV), el Optima sólo utiliza la más potente. Así que, con la intención de que conozcas el rendimiento de ambos motores, hemos utilizado el de 115 CV en acabado eDrive (la denominación de bajas emisiones en Hyundai) en el i40, y el de 136 CV para el Optima. Por último, pequeñas pinceladas y ajustes mecánicos devuelven a la actualidad al Toyota Avensis, que con su agresiva política comercial se convierte en el coche revelación del segmento: ningún otro ofrece tanto o más por menos dinero. O dicho de otro modo, si sólo puedes poner en juego 20.000 euros (en su acabado Comfort, el más básico pero suficientemente completo en seguridad y confort) y exiges cierto nivel de calidad, empaque, equipamiento, imagen de marca y prestaciones, el Avensis es la única berlina que puede satisfacer tus deseos. Insuperable.
Aún no ha llegado el Stop&Start, pero anuncia emisiones por debajo de 120 g/km. También sigue siendo un coche que recomiendo probar antes de comprar porque su postura de conducción resulta algo peculiar (para mí, incómoda por su asiento elevado y escasa regulación de volante en profundidad) y sus botones están demasiado desperdigados, pero sobre sus rivales ofrece, como decíamos antes, ese plus que, más que poder verse o tocarse, se siente en marcha.
Y en marcha, los 1.7 coreano (CRDi para Hyundai y VGT para Kia) sorprenden por el buen papel que firman en las dos posibles vertientes, la prestacional en su versión de 136 CV, y la ecológica en la de 115 CV. Empezando por ésta, cabe citar que sus ya inusuales cortos desarrollos de cambio logran que el i40 no parezca ni lento ni inframotorizado, logrando recuperaciones (es, más que las aceleraciones, la medida de agilidad o rapidez de un coche en tráfico real) mejores que muchos dos litros de mayor potencia (iguala al Avensis en el 80-120 en sexta, por ejemplo, y mejora claramente a Superb/Passat 2.0 TDi/140, Laguna 2.0 dCi o Insignia CDTi/130). Buena predisposición a bajo régimen (algo mejor que el otro 1.7 más potente) y medios consistentes nos van a permitir utilizar sus marchas largas en condiciones de difícil tráfico, en beneficio de su otra gran cualidad, el consumo: no logra las proezas del Passat 2.0 TDi (¡4,7 l/100 km!), pero se mueve en cifras bastante cercanas.
Sobre el Kia Optima, la diferencia de potencia queda patente en el crono: sus recuperaciones son fulminantes, de lo mejor en la categoría, siendo sus consumos también bastante ajustados en carretera pero no tanto en ciudad. El 2.0 D-4D, por su parte, gana finura (eso sí, una vez alcanzada temperatura) aunque sigue siendo algo áspero a altas vueltas, y atesora mejores bajos que antes, algo que se agradece en el empeño de sacarle partido a sus largos desarrollos. Ni corre tanto como el Optima ni gasta tan poco como el i40, así que hay que buscar su virtud en el equilibrio y en ese superior refinamiento de uso antes citado que ofrece sobre cualquiera de los 1.7 coreanos.
Dinámicamente, los tres representan un perfil aburguesado como les corresponden a coches ruteros, destacando el Avensis (ahora algo más receptivo de dirección), por su mejor calidad de rodadura y aislamiento. Centrándonos en los aspectos en los que deberían trabajar más, cabe citar la baja adherencia de las ruedas de los dos coches coreanos, así como la dirección del modelo de Hyundai, con demasiadas insinuaciones parásitas que restan sensibilidad y tacto.
Sorprendente 1.7 VGT. En su versión de 136 CV corre tanto como un buen dos litros, haciendo del gigante Optima un coche ágil y rápido de reflejos. Hyundai también demuestra que, hoy día, 115 CV son más que suficientes para lograr una más que aceptable prestación dinámica.
Neumáticos, punto débil de los dos coreanos. Ni las Nexen del Optima ni las Hankook ecológicas del i40 ofrecen buen agarre longitudinal. Estas últimas, además, tienen demasiada deriva en curva.
Sonoridad. Aparentemente, no hay grandes diferencias entre ellos, aunque en carretera el i40 parece más y mejor aislado que el Optima. Los tres motores, ásperos cuando funcionan a altas vueltas.
Recuperaciones. Hay un claro destacado: el Optima. Combina un motor con buenos medios con unos desarrollos de cambio inusualmente cortos. El resultado, adelantamientos rápidos y seguros.
Curvas de potencia. El 1.7 CRDi de 115 CV comienza a empujar algo antes que el de 136 CV y por ello es más elástico y utilizable en ciudad. Revisado turbo para el Avensis, que también se deja notar en agrado de conducción.
Consumos. La competencia, con los mejores motores 2.0 litros de la categoría, están entre 6,1 l/100 km y los 6,5 l/100 km; el 140 i.7 CRDi "se sale" con una media de 5,4 l/100 km.
Habitabilidad. Nuevo récord de longitud: con 4,85 m, el Optima es, desde ahora, la berlina más grande del segmento. Destaca, sin embargo, la amplitud interior y capacidad de maletero del i40.