Honda Insight

Honda ha buscado un equilibrio entre coste y funcionalidad en el Insight para ofrecer un híbrido en el que ahorrar combustible y emisiones no cueste dinero, ni su utilidad exija compromisos.

Honda Insight
Honda Insight

El cambio es automático de tipo CVT y dadas sus características, el propio cambio nos pide moderación con el acelerador para evitar molestos «sobrerégimenes» en aceleración. En definitiva, como todo híbrido actual, pide conciencia ecológica a su conductor, entenderse para aprovechar sus posibilidades.

Pero el Insight no se limita sólo a rentabilizar las condiciones idílicas. Su cambio CVT también tiene un modo secuencial de 7 velocidades que automáticamente puede transformar la forma de conducirlo. A toque de leva de volante el Honda Insight cambia su personalidad y puede ser llevado también entre curvas con una alegría hasta ese momento impropia de su filosofía. El bastidor, tirando a firme de suspensión, parece puesto a punto para esas ocasiones. Es algo que se repite en las versiones ecológicas que buscan optimizar la aerodinámica bajando la altura de la carrocería y esto conlleva utilizar muelles más cortos (y duros) y una amortiguación en consonancia a esos muelles.

El Insight tiene una pisada que parece emular a una versión Sport, aunque no siempre aparecen sus resultados dinámicos. Por ello su confort de rodadura no parece acompañar a la dinámica moderada que pide el Insight, por mucho que entre curvas se desmelene con un comportamiento muy sano.... si no buscamos sus límites. El coche se guía muy bien, con reacciones razonablemente directas, pero el eje trasero se puede ver superado, quizá por el sobrepeso que supone ubicar allí las baterías, y reacciona con cierto sobreviraje en apoyos poco limpios en curva. Tampoco es un coche que vaya especialmente dimensionado de neumático en busca de plus de agarre. Al menos con los neumáticos 185/55 R16 de la versión probada no parece necesario y además tiene una buena capacidad de frenada, pero dudamos del resultado con los 175/55 R15 de las versiones básicas.

Este es su objetivo y el Honda Insight dispone de un habitáculo correcto para sus medidas, con sólo cierta limitación en la cota de altura trasera, condicionada por la aerodinámica línea exterior. El conductor dispone de un cómodo puesto de mando, en el que destaca un cuadro de futurista diseño donde no es muy legible el velocímetro si llevamos el volante a la posición que nosotros entendemos como lógica. El Insight está equipado en todos los ámbitos como el coche convencional que también pretende ser, aunque la calidad percibida de los revestimientos está por debajo de otros modelos Honda, en un claro ejemplo de contención de costes que permite democratizar la compra de este futurista modelo híbrido.

Obsesión por el consumo

El cambio es automático de tipo CVT y dadas sus características, el propio cambio nos pide moderación con el acelerador para evitar molestos «sobrerégimenes» en aceleración. En definitiva, como todo híbrido actual, pide conciencia ecológica a su conductor, entenderse para aprovechar sus posibilidades.

Pero el Insight no se limita sólo a rentabilizar las condiciones idílicas. Su cambio CVT también tiene un modo secuencial de 7 velocidades que automáticamente puede transformar la forma de conducirlo. A toque de leva de volante el Honda Insight cambia su personalidad y puede ser llevado también entre curvas con una alegría hasta ese momento impropia de su filosofía. El bastidor, tirando a firme de suspensión, parece puesto a punto para esas ocasiones. Es algo que se repite en las versiones ecológicas que buscan optimizar la aerodinámica bajando la altura de la carrocería y esto conlleva utilizar muelles más cortos (y duros) y una amortiguación en consonancia a esos muelles.

El Insight tiene una pisada que parece emular a una versión Sport, aunque no siempre aparecen sus resultados dinámicos. Por ello su confort de rodadura no parece acompañar a la dinámica moderada que pide el Insight, por mucho que entre curvas se desmelene con un comportamiento muy sano.... si no buscamos sus límites. El coche se guía muy bien, con reacciones razonablemente directas, pero el eje trasero se puede ver superado, quizá por el sobrepeso que supone ubicar allí las baterías, y reacciona con cierto sobreviraje en apoyos poco limpios en curva. Tampoco es un coche que vaya especialmente dimensionado de neumático en busca de plus de agarre. Al menos con los neumáticos 185/55 R16 de la versión probada no parece necesario y además tiene una buena capacidad de frenada, pero dudamos del resultado con los 175/55 R15 de las versiones básicas.

Este es su objetivo y el Honda Insight dispone de un habitáculo correcto para sus medidas, con sólo cierta limitación en la cota de altura trasera, condicionada por la aerodinámica línea exterior. El conductor dispone de un cómodo puesto de mando, en el que destaca un cuadro de futurista diseño donde no es muy legible el velocímetro si llevamos el volante a la posición que nosotros entendemos como lógica. El Insight está equipado en todos los ámbitos como el coche convencional que también pretende ser, aunque la calidad percibida de los revestimientos está por debajo de otros modelos Honda, en un claro ejemplo de contención de costes que permite democratizar la compra de este futurista modelo híbrido.

Obsesión por el consumo