A la pregunta, ¿con qué marca identificas los híbridos?, seguro que casi la totalidad de las respuestas serían para Toyota —o su división Lexus—, especialmente por el recorrido del fabricante japonés desde el lanzamiento a nivel global del primer Prius, allá por el año 2000, que ha sido tan incesante como eficaz —sus ventas mundiales de híbridos alcanzan los 13 millones—. Sus coches han hecho que la gente identifique un híbrido como un modelo que usa un motor térmico y recibe el apoyo puntual de otro eléctrico para mejorar su rendimiento, sacando partido igualmente a la energía acumulada en su batería en condiciones favorables para «silenciar» al motor de gasolina y reducir el consumo.
Las bases sentadas por Toyota con esta tecnología han sido imitadas por otras marcas que hoy también cuentan con magníficos híbridos en el mercado, pero este libro de estilo no es el único posible y Honda aporta una visión híbrida diferente en el CR-V frente a ese planteamiento más «normalizado» del RAV4. De hecho, Honda ya fue pionera en este terreno con el Insight —coetáneo del primer Prius—, aunque ahora busca un rumbo distinto con el nuevo CR-V Hybrid, pues junto a su motor de gasolina utiliza un generador y un impulsor eléctricos, sin caja de cambios, una tecnología que denomina i-MMD y que lleva cinco años demostrando su fiabilidad en Estados Unidos en el Accord.
PRESTACIONES | Honda CR-V Hybrid 4x2 145 CV | Toyota RAV4 Hybrid 4x2 177 CV |
Acel. 0-100 km/h | 7,78 s | 8,12 s |
Acel. 0-1000 metros | 29,82 s | 29,12 s |
Sonoridad 100 km/h | 65,8 dBA | 67,4 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 68,9 dBA | 70,1 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 68,9 m | 75,8 m |
Peso en báscula | 1.662 kg | 1.670 kg |
El Honda CR-V Hybrid presenta tres modos de funcionamiento: EV Drive, en el que se mueve solo con la energía eléctrica almacenada en las baterías; Hybrid Drive, en el que el motor eléctrico, de 184 CV, es el único que mueve las ruedas, mientras el motor de gasolina, de 145 CV, mueve un generador que fabrica la electricidad para el motor eléctrico, por tanto, aquí funciona como un eléctrico de autonomía extendida; y, por último, el Engine Drive, en el que el motor térmico sí se conecta con las ruedas a través de un embrague automático. Por tanto, en el sistema de Honda el motor eléctrico es el más potente y el que adquiere un mayor protagonismo para mover las ruedas —y, como en el Toyota, también recarga las baterías en las fases de deceleración—. Se podría decir que la parte eléctrica del Toyota RAV4 Hybrid es técnicamente más complicada, con muchos engranajes que no existen en el CR-V. Toyota lo ha hecho mejor con el motor, ya que lleva muchos años desarrollándolo para que sea un híbrido, mientras que el rendimiento del Honda parece muy bueno en la parte de transmisión gracias a ese embrague automático que desliga el motor térmico de las ruedas y permite que el coche se mueva solo a base de energía eléctrica durante gran parte de sus kilómetros.
Los híbridos son muy buenos en determinadas condiciones de uso y siempre en función de la velocidad a la que se muevan y de cómo lo haga su conductor. Así, los datos de nuestro Centro Técnico corroboran que el Honda CR-V Hybrid es un coche que gasta muy poco en los trayectos urbanos, donde aventaja claramente al RAV4 Hybrid en consumo gracias a ese papel más eléctrico de su conducta. Las tornas cambian si rodamos mucho por carretera, un escenario en el que el motor térmico del Toyota, de 177 CV, saca más provecho al apoyo de su motor eléctrico —de 120 CV— en la búsqueda de la mayor eficiencia, superando la táctica contrapuesta del Honda cuando su embrague automático acopla el motor de gasolina a las ruedas para mejorar la respuesta a alta velocidad. Con esa victoria del CR-V en ciudad y del RAV4 en carretera, el balance global en nuestros recorridos habituales deja un consumo ponderado a favor del CR-V Hybrid de 0,5 l/100 km, siempre con la idea de que la eficiencia del RAV4 Hybrid también está a un alto nivel.
CONSUMOS | Honda CR-V Hybrid 4x2 145 CV | Toyota RAV4 Hybrid 4x2 177 CV |
Consumo en ciudad | 4,2 l/100 km | 5,7 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,4 l/100 km | 6,2 l/100 km |
Consumo medio | 5,5 l/100 km | 6,0 l/100 km |
En el uso cotidiano, «entender» el funcionamiento del Honda CR-V Hybrid se hace más raro, a pesar de que el sistema i-MMD acaba gestionando todo de forma automática o de que el conductor tenga la posibilidad de seleccionar sus distintos modos a golpe de botón. En el Toyota RAV4 Hybrid todo parece más sencillo, también por el reflejo de su respuesta en una instrumentación más acertada, más configurable y mejor diseñada, que reconforta más a quien está a los mandos, sobre todo a la hora de implicarse en esa búsqueda del máximo ahorro. Por ejemplo, su preciso indicador de uso de la potencia, que sustituye al cuentavueltas, nos ayuda a ver hasta dónde podemos acelerar sin que arranque el motor de combustión, manteniendo la aguja en la zona «eco», o cómo optimizar la frenada regenerativa. Pero el Toyota tampoco exige ser un experto en eficiencia para ahorrar, de hecho en muchas ocasiones vamos «en eléctrico» sin buscarlo, sobre todo en condiciones favorables a velocidad mantenida.
También lleva el RAV4 un botón EV para forzar el funcionamiento en eléctrico hasta poco más de 50 km/h en pequeñas distancias. En los modos convencionales (Sport, Normal o Eco) también es posible moverse solo con electricidad a mayor velocidad si somos sensibles con el acelerador. Además, si seleccionamos la posición S de la palanca de cambios, al moverla de forma secuencial se simulan 6 marchas fijas, que, al circular en eléctrico, se corresponden con distintos niveles de retención/regeneración. Pero todo es muy sencillo.
En el funcionamiento de ambos SUV prima la suavidad y una circulación muy silenciosa en entornos urbanos y de periferia. En carretera, cuando aceleramos con decisión, la respuesta es inmediata y contundente en los dos, eso sí, acompañada de un sonido más alto del que nos gustaría.** En el caso del RAV4, es como si su cambio e-CVT transmitiese cierto efecto de «resbalamiento»**, menos acusado en esta nueva generación del SUV de Toyota, pero que ahí está. El Honda prescinde de una caja de cambios al uso y, por tanto, no tiene marchas, pero ante momentos de máxima exigencia también hay una sensación en su respuesta que nos recuerda a ese poco agradable «efecto variador».
ESPACIO | Honda CR-V Hybrid 4x2 145 CV | Toyota RAV4 Hybrid 4x2 177 CV |
Anchura delantera | 147 cm | 147 cm |
Anchura trasera | 140 cm | 142 cm |
Altura delantera | 90/96 cm | 90/96 cm |
Altura trasera | 95 cm | 95 cm |
Espacio para piernas | 82 cm | 77 cm |
Maletero | 525 litros | 585 litros |
Por lo demás, la puesta a punto del bastidor de ambos modelos deja claro su enfoque familiar. Su comportamiento transmite seguridad en vías rápidas, pero no resultan tan dinámicos en zonas de curvas exigentes donde se vuelven más imprecisos, pero con unas reacciones siempre nobles y predecibles.
En definitiva, los Honda CR-V hybrid y Toyota RAV4 Hybrid son dos buenos SUV para un uso familiar, por espacio, soluciones de confort a bordo, dotación de seguridad... ambos con las ventajas de la etiqueta ECO y con más nivel de ahorro del CR-V en ciudad y del RAV4 en carretera. A ritmo suave convencen, pero si viajas a menudo y lo haces deprisa, tendrás más eficiencia en un turbodiésel. El Honda parece insuperable en ciudad, pero el Toyota gana en empuje y eficiencia al salir a carretera