De 120 a 140 CV y sólo 1,6 litros de cilindrada. Es la radiografía del motor que ya copa hoy el corazón de la venta Diesel en los segmentos medios de mercado… y al que apuestan por completo nuestros tres protagonistas compactos de hoy. Razón por la que, por ejemplo, Honda acaba de renovar a conciencia su Civic con nuevos detalles más deportivos, una puesta a punto revisada y más tecnología… pero sin tocar ni un álabe de su único motor Diesel 1.6 i-DTEC de 120 CV. Estrenado hace apenas 2 años, este propulsor acabó “comiéndose” incluso al superior 2.2 i-DTEC de 150 CV.
Siguiendo por tanto el ejemplo de Renault y de su pionero 1.6 dCi de 130 CV, podemos decir que ha sido quizá así Honda el fabricante que más rápido reaccionó al perfecto equilibrio de una nueva versión intermedia de una oferta que hasta hace bien poco se desdoblaba entre más pequeños 1.6 Diesel de hasta 110 CV y más grandes 2.0 de mínimos 140. ¿Para qué gastar hoy más esfuerzos? Todo se resume ahora en unas prestaciones tan buenas que desaconsejan en estos segmentos medios mirar más arriba en potencia, y en unos consumos tan bajos (todos se mueven en apenas 5 l/100 km reales) que tampoco verás rentabilidad en versiones inferiores que, en caso de existir (no siempre), apenas suponen ahorros de entre 500 y 1.000 €. Definitivamente, no compensan.
Nuevo BlueHDi de PSA
Conscientes así de su trascendencia, son muchas las marcas que se suman hoy a esta oferta. Si primero fue Opel quien presentó el nuevo 1.6 CDTi de 136 CV (el 1.6 Diesel más potente del segmento, sólo superado en el mercado por dos nuevos 1.6 doble turbo de 160 CV recientemente montados por los más grandes Renault Espace y Honda CR-V), ahora es Peugeot quien sube otro pequeño peldaño con su nuevo 1.6 BlueHDi, ahora también con 120 CV. Para la marca supone el paso a Euro6, reduciendo hasta en un 90% partículas y emisiones de NOx. El más limpio del mercado, pero ahora también el más poderoso: su respuesta es espectacular.
Con más par desde bajo régimen incluso que antes, este 1.6 BlueHDi resulta finísimo desde sólo 1.000 rpm y estira con gran solvencia hasta superar ligeramente durante todo su régimen la entrega del hasta hoy imbatible 1.6 i-DTEC del Honda Civic. Magnífico por la suavidad que siempre sientes y lo lleno que lo percibes, emerge ahora como el mejor motor de su categoría… pero al que, eso sí, Peugeot no rodea de la mejor compañía. Y es que, en su afán de bajar también consumos, lo asocia a un cambio manual de 6 marchas con los desarrollos más largos que recordamos: si antes ya lo era, apunta ahora un 10 por ciento más. Tanto, que en 6ª te moverás a sólo 1.800 rpm a 120 km/h… para no alcanzar siquiera las 2.200 hasta ¡150 km/h!
Tan bueno es este motor 1.6 BlueHDi del Peugeot 308, y tan poco vibra desde ralentí, que a diario y en condiciones plácidas de uso no te supondrá gran problema circular incluso muy por debajo de 1.500 rpm (otra cosa es lo que sufrirá el motor, el tiempo nos lo dirá), pero, lógicamente, se adapta peor y es más exigente a orografías adversas, tráfico denso o necesidades puntuales de máxima recuperación. La conclusión es que en esas situaciones reales tendrás que moverte en una marcha menos de lo habitual... razón por la que termina consumiendo incluso algo más que antes (olvida los 0,6 l/100 km de recorte medio que prometía su homologación) sin poder tampoco frenar al 1.6 i-DTEC de Honda.
Y es que, a pesar de tener que tirar este 1.6 I-DTEC de Honda de un Civic hasta 70 kg más pesado que el Peugeot 308, vuelve a ser notablemente más rápido y gastando exactamente igual que el novísimo motor de PSA. También entero de aluminio, con mínimas fricciones, una buena acústica y una gran entrega muy lineal, este 1.6 i-DTEC del Honda Civic es una delicia combinado, aquí sí, con unos desarrollos de cambio acertadísimos y que le permiten extraer en toda situación su mejor respuesta. Un conjunto motor/cambio sin fisuras, también por tacto, al que desde luego tampoco puede hacer frente la gran apuesta de Opel.
Porque si bien el moderno 1.6 CDTi del Opel Astra por fin pone a la marca al día en refinamiento, dando por superada la aspereza y rumorosidad del anterior bloque 1.7 CDTi, también lo es que no resulta ni tan progresivo ni tan contundente. Lo sientes siempre más un motor de `todo o nada’, acercándose a sus rivales en respuesta de 2.000 rpm hasta el corte, pero pagando un bajo régimen bastante más débil (a 1.750 rpm cuenta con un 20 por ciento menos de fuerza), acusado además por el lastre de un Astra hasta 250 kg más pesado. Malo, por tanto no es, porque un consumo final apenas 0,2 l/100 km superior habla de su gran eficiencia. Pero ni es tan fino, ni tan rápido. Con una futura nueva generación del Opel Astra ya anunciada para este próximo mes de septiembre con un gran ahorro de peso, debería ser por tanto una buena base de partida que seguro nos sorprenderá por su buen rendimiento.
Confort o deportividad
Rendimientoque, en carretera, también paga este ya hoy veterano Opel en modo de pérdida de agilidad. Siempre nos gustó este Astra, especialmente con una amortiguación pilotada capaz de, a golpe de tecla, soltar algo la carrocería en extensión y compresión para ofrecer un buen agrado, o de retenerla más en modo Sport al pasar al ataque. Seguro y con reacciones muy nobles, su problema ya a final de ciclo sigue siendo ese mencionado alto peso… y la evolución de sus rivales. Porque, a pesar de su buen tacto, subirte hoy después a un renovado Honda Civic de tinte más deportivo es subir al menos un nivel en precisión.
A pesar de no modificar plataforma, Honda da hoy un punto más de firmeza a la suspensión de un Civic que ya de origen no era blanda. Sumada esa puesta a punto ahora también a una dirección recalibrada y a nuevas funciones de un ESP que, selectivamente, aplica frenadas en las distintas ruedas para ganar agilidad y motricidad, este Civic resulta claramente superior al Astra. Cierto es que sigue moviendo también algo más su carrocería al acercarnos al límite de adherencia, pero ofrece ahora un tacto mucho más inmediato y una gran precisión de guiado que, acompañado de un volante grueso y de cortitos y firmes recorridos de cambio, genera sensaciones finales muy estimulantes. Aunque algo rebotón y peor aislado, lo bueno es que este Honda Civic tampoco resulta incómodo.
Claro que, hablar aquí hoy de confort, es hacerlo del Peugeot 308. A la gran calidad de una amortiguación muy absorbente, el compacto francés suma aquí unos más ajustados neumáticos 225/55 R16 que le otorgan una respuesta comodísima, y que ya casi olvidamos en coches modernos habitualmente con llanta de 17 pulgada, 18, 19… Qué maravilla este Peugeot. Es verdad también que rodando muy al límite sientes un poco más de deriva, pero compensa en general su rendimiento, perfectamente acompasado además en un 308 que, aunque menos directo que el Honda Civic, resulta luego soberbio en aislamiento, agrado y pisada. Un compacto casi de tacto premium, con una dirección también muy buena, un cambio eso sí menos riguroso en sus recorridos y una postura de conducción tan particular (recuerda, cuadro sobreelevado y volante bajo y más pequeño de lo habitual) que pasarás de inicio de no querer sentarte… a no querer seguramente al final bajarte.
En definitiva, gran respuesta y rendimiento de tres compactos con distinta orientación final, pero también un mismo punto común: el buen espacio que ofrecen los tres, donde sólo el Honda Civic rompe finalmente la baraja por su mayor modularidad (ofrece unos asientos traseros muy prácticos que se pliegan hacia arriba por si tienes que transportar objetos altos y muy voluminosos) y un claro mayor y más funcional maletero con la capacidad de carga casi de un monovolumen.