Ford Focus C-Max 2.0 TDCi Sport

Los ingenieros de Ford se han metido en boxes para dar un nuevo aire al monovolumen C-Max. Confiando en uno de los chasis más afinados del segmento, han dotado a este vehículo de un acabado deportivo que no desentona con su comportamiento, ni con sus prestaciones.

Ford Focus C-Max 2.0 TDCi Sport
Ford Focus C-Max 2.0 TDCi Sport
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Cuando pensábamos que poco más podía sorprendernos el C-Max, un monovolumen que ha pasado por nuestras manos en casi todas sus versiones y motorizaciones, Ford ha ideado un nuevo estilo para este monovolumen, que se viste de dinamismo.A caballo entre las versiones Sport y el Focus ST, el más “rácing" de la gama, llegan los acabados “S", que dotan a este C-Max de un exterior más deportivo. Así, encontramos paragolpes más pronunciados –al estilo de los que se asocian al Focus ST-, un alerón trasero más largo y del color de la carrocería, retrovisores exteriores calefactados y tiradores de las puertas en el mismo tono de la carrocería. A primera vista, el cambio no es muy espectacular, aunque lo cierto es que su aire sí es más musculoso y deportivo: nuestra unidad de pruebas contaba con suspensiones rebajadas y esto provocaba que nuestro C-Max, con su forma de cuña, pareciera estar esperando una simple orden para salir disparado.En realidad, sus reacciones no son tan inmediatas como sugiere su aspecto, pero tampoco decepcionan. El acabado “S" sólo se asocia al motor 2.0 TDCi, con 136 CV oficiales, que siempre hemos señalado como el mejor para el C-Max, por prestaciones y agrado de conducción. En esta ocasión, mantenemos nuestra opinión, que ha mejorado gracias al nuevo dinamismo que asume el chasis.Nos explicamos: ya sabíamos que la aceleración y las recuperaciones de esta mecánica son más que correctas (por ejemplo, pasa de 0 a 100 kilómetros por hora en 10 segundos, según los datos de nuestro Centro Técnico, lo que no está nada mal para un vehículo Diesel que pesa 1.544 kilos), pero (una vez más) nos sorprende su comportamiento. Con la suspensión deportiva que equipaba nuestra unidad de pruebas –una opción que cuesta 450 euros y que se asocia a unas llantas de 18 pulgadas-, el tarado de la amortiguación es más firme y mejora aún más las afinadas maneras de este Focus.Es posible inscribirse en las curvas a velocidades nada despreciables sin que este C-Max se inmute; de hecho, encontraremos aplomo y corrección hasta en los tramos más retorcidos. Un vehículo tan alto como este Ford debería acusar cierta inclinación lateral, pero lo cierto es que apenas se insinúa, por lo que el conductor no verá mermada su confianza. En cualquier caso, siempre es conveniente contar con el ESP por si “nos pasamos de la raya", pero hay que señalar que debemos pagarlo aparte, pues no forma parte del equipamiento de serie. Este Ford sí es algo más “delicado" cuando en las carreteras amplias hay viento, pues no se libra de la misma “pega" que hemos visto en todos sus “hermanos": es muy sensible a las ráfagas laterales y enseguida nos encontraremos aferrándonos al volante para mantener la trayectoria deseada. Sin embargo, en condiciones normales, su conducción es extremadamente agradable; podemos alcanzar velocidades altas casi sin esfuerzo y no nos echaremos las manos a la cabeza cuando veamos las cifras de consumos: su gasto medio de carburante es de 7,1 litros cada 100 kilómetros. La potencia del motor es, según nuestro Centro Técnico, de 143 CV, pero unos desarrollos del cambio adecuados permiten que este Focus no se muestre excesivamente “sediento".