Cuando probé este coche me pareció tan bueno que incluso dije de él que desbancaba al anterior Golf GTI de su trono. Ahora llega esta comparativa y queda último. Pues bien, sigo pensando lo mismo. Su problema está más en los rivales y en el tipo de medición que en él mismo. Es el menos potente y menos radical de los cuatro. Está pensado como un compacto rápido y ágil sin ser demasiado duro y eso en el circuito se paga. A esto hay que añadir que la unidad que nos dejaron apenas tenía 200 km, algo que le favoreció bien poco. Aunque es de los más ligeros de los cuatro -y eso que pesa 1.453 kg-, su relación peso potencia de 6 kg/CV es también la más alta de la comparativa. Con este "currículum" es lógico que haya sido el más lento, aunque te vuelvo a repetir que no por ello decepciona. Si fuese para rodar en tandas de circuito no me lo compraría, pero como coche de diario me parece una opción interesante.
La mejor forma de entender cómo va es poniéndote al volante de nuevo, así que si se te ha pasado ya el "susto" del BMW -impresiona mucho y te hace sudar para sacar el tiempo, y eso que me paso el día haciendo esto- abróchate bien el cinturón que te garantizo que esto se va a mover.
Lo primero que tenemos que hacer es dar unas cuantas vueltas rodando y refrigerando los frenos, ya que con tan pocos km los discos y pastillas están a estrenar ¿o acaso pensabas que los coches vienen de fábrica ya rodados? El rodaje es para estas cosas también, no sólo pienses en el motor. En el Focus ST desde el principio se aprecia que hay menos potencia que en el resto. Sale más lento y alcanza menos velocidad punta, siendo esta acorde con su potencia. El bastidor peca un poco de blando pero gira de atrás de maravilla. Su velocidad de paso por curva es más lenta que la de Astra y Mégane -ambos llevan autoblocante mecánico- y ligeramente superior a la del BMW.
Vamos a por la curva. Llegas más lento que en el resto, pero ojo que no vas nada despacio. Es estable en la frenada aunque habrás notado que le falta un poco más de rodaje a los frenos por la falta de mordiente. Llevas el control de estabilidad desconectado, recuérdalo. Te deja frenar en apoyo pero cuando lo haces con brusquedad la trasera se descoloca ¡bienvenida sea! Pero ten cuidado no te pases de velocidad de entrada o tendrás que corregir con la dirección más que en Astra y Mégane. La dirección te gusta, si bien no tiene la precisión deportiva vista en sus rivales, algo que en carretera abierta ni apreciarás. Si vienes de una zona lenta sin apenas velocidad y fuerzas demasiado la dirección aparece el subviraje, en cambio si vienes rápido en cuanto entras descolocas la zaga a tu gusto.
Con ello redondeas la curva de atrás e inmediatamente abres gas con mimo para no quedarte parado perdiendo tiempo. No tracciona nada mal, si bien tienes que estar muy atento. Aunque deportivo y potente, en el fondo es un tracción delantera sin autoblocante. El cambio te acompaña con deportividad y el bonito sonido de su resonador lo envuelve todo. En esta medición habría mejorado con una unidad con un poco más de rodaje, pero tampoco mucho más. Al final queda último en el tiempo por vuelta pero, como te decía al principio la sensación que te queda no es de haberte aburrido o haber sufrido. Está donde le corresponde por potencia y pretensiones.