Ford Focus Sportbreak 1.6 TDCi

Los «familiares» ya no resultan tan poco agraciados como antaño. Incluso este Sportbreak puede parecer el Focus más bonito.

Ford Focus Sportbreak 1.6 TDCi
Ford Focus Sportbreak 1.6 TDCi

Las carrocerías «familiares» son legión en muchos países europeos pero siguen siendo prácticamente «invisibles» en nuestro país. Aportan espacio y versatilidad y ahora no vale decir que a costa de un diseño «funerario». Hasta la denominación Sportbreak de esta variante del Focus estimula, como su silueta. Mide 20 centímetros más que el 5 puertas, pero sus 4,5 metros de longitud siguen siendo «compactos». Verificamos un maletero de 495 litros, una «cueva» con 100 litros más que el 5 puertas. También es verdad que el Focus Sedán se desmarca con 540 litros verificados. Pero ya no es una cuestión de litros, sino de formas. El Sportbreak dispone de una mayor altura y longitud de carga, lo que facilita cargar grandes volúmenes. Vamos, que si frecuentas Ikea, merece la pena. Y si repliegas la segunda fila de asientos, aparecen 1.500 litros para transportar el mueble del salón. Un último apunte: su cota de altura posterior es de 96 centímetros, 6 más que el 5 puertas; interesante para los más altos.

Por lo demás, es todo un
Focus, un coche ágil y con un tacto de rodadura preciso que gusta conducirlo entre curvas, pero sin romper con el confort de bacheo obligado para ser cómodo en toda situación. Tan sólo me hace dudar en si esta variante 1.6 TDCi 115 CV que ha pesado en vacío 1.436 kg (60 kilos más que el 5 puertas) y posiblemente estaría expuesto a mayores cargas que las otras carrocerías, no está en el límite del bien y del mal. Lo digo porque sus recuperaciones en 6ª y en 5ª son bastantes peores que en el 5 puertas (tres segundos más lento de 80 a 120 km/h en 6ª) y en algún momento lo puedes sentir «submotorizado». En definitiva, echo en falta una versión intermedia entre este 1.6 TDCi 115 y el «todopoderoso» 2.0 TDCi de 163 CV