Fiat Panda 100 HP

Sus prestaciones no son tan espectaculares como su aspecto, pero sí la deportividad que transmite. La relación precio/sensaciones de este capricho es uno de sus mejores reclamos.

Fiat Panda 100 HP
Fiat Panda 100 HP

Con 100 CV y un peso muy contenido que ronda la tonelada, esta apetecible versión del Panda pone la deportividad al alcance de muchos, tanto por precio como por facilidad de conducción. Casi ningún coche puede presumir de unas cualidades similares y los que lo hacen son más potentes y caros, o con una concepción menos radical. Respecto a un Panda normal, el 100 HP cuenta con suspensión deportiva, altura de la carrocería rebajada en 2 centímetros, vías ensanchadas, frenos sobredimensionados, llantas de aleación de 15 pulgadas y neumáticos de perfil bajo capaces de soportar 1,1 G de aceleración lateral. Es un modelo sin compromisos, que sacrifica el confort de marcha en favor de la eficacia dinámica. Por ese motivo, en determinadas zonas urbanas llega a ser incómodo cuando pasa por pavimento en mal estado, ya que las suspensiones son secas y con poco recorrido, pero su reducido tamaño y gran agilidad permiten que nos olvidemos de todo mientras serpenteamos por el tráfico, casi como si de una moto se tratase. Sin embargo, la verdadera diversión no está en la ciudad. En carreteras de montaña reviradas se convierte en una pequeña máquina de quemar adrenalina, al más puro estilo de los pequeños Fiat deportivos de antaño, pero con seis velocidades y tecnología actual. Una buena postura de conducción, una dirección directa y de buen tacto, así como un cambio rápido y preciso, se combinan con un sonido de motor provocador que invita a apurar las marchas y a aumentar el ritmo para explorar los límites del bastidor. El coche gira muy plano y obedece al instante las órdenes del volante, frena con contundencia, se sujeta bien y es comunicativo, por lo que da mucha confianza y sensación de seguridad. La dirección es bastante directa, con 2,5 vueltas entre topes, aunque el diámetro de giro, de 10,4 metros –idéntico al de un Seat León FR-, no es especialmente contenido. Es posible equipar control de estabilidad y tracción opcionalmente, pero es un elemento que no se echa de menos, ya que las reacciones del chasis son muy nobles, por lo que el comportamiento general se podría calificar como fácil, aunque no aburrido. El tren trasero va muy asentado, a pesar de que no es imposible descolocarlo si nos empeñamos, pero el deslizamiento siempre es muy leve. Esto hace que en caso de llegar al límite de adherencia sean las ruedas delanteras las que manifiesten un progresivo subviraje, que llega un poco antes de tiempo, pero que es garantía de seguridad en un coche de batalla tan corta. Aun así, el agarre es bueno y permite un alto grado de diversión al volante sin complicaciones para el conductor, y sin limitar en absoluto a los usuarios con aspiraciones más deportivas. Es muy controlable, ya que 100 CV no son suficientes para que el coche se desmande y además casi no tiene inercias, aunque en marchas cortas y si el motor gira en la zona alta –que es donde más empuja-, al acelerar a fondo en la salida de una curva cerrada las ruedas motrices –sobre todo la interior- pueden patinar. En ése caso, lo único que sucede es que se abre un poco la trayectoria, aunque todo vuelve a su sitio en cuanto aflojamos gas.El interior es cómodo y agradable, aunque estrecho, pero son las suspensiones las que no permiten una nota alta en este apartado, ya que si la carretera no está en perfecto estado son bastante secas debido a su corto recorrido. Fácil de conducir y con muy buen agarre en curva incluso en mojado, este Panda es un automóvil muy seguro. El ESP es opcional, pero a un precio razonable, al igual que los airbags laterales y de cortina. Los frontales son de serie.

En definitiva, pocos coches de este tipo se pueden encontrar a un precio tan competitivo, y más si empezamos a sumar elementos como las llantas de aleación, el aire acondicionado o el equipo de sonido integrado, que ya están incluidos.