Fiat Punto Evo 1.4 Turbo Multiair vs Renault Clio GT

Enfrentamos en esta comparativa a dos urbanos con carácter deportivo. Dos modelos que son más que coches para ciudad y que, gracias a sus motores 'picantones', permiten alegrías con el acelerador y diversión al volante.

Fiat Punto Evo 1.4 Turbo Multiair vs Renault Clio GT
Fiat Punto Evo 1.4 Turbo Multiair vs Renault Clio GT

Pese a la personalidad e imagen deportiva de nuestros protagonistas, ninguno de los dos parece  exagerado. Todo lo contrario. Son más bien relativamente discretos, sin espectaculares alerones ni radicales spoilers que condicionen sus posibilidades de utilización, algo que muchos agradecerán. Sólo detalles como el paragolpes ensanchado del Clio o las inserciones en plástico negro del Fiat declaran la naturaleza de nuestra pareja.

En el interior sucede otro tanto. De hecho, sólo algún detalle como los asientos podrían dar pistas sobre el  potencial del Fiat que, pese a ser un modelo de reciente puesta en el mercado no ha sido rompedor en este sentido. En el caso del Renault, el pedalier de aluminio, el fondo blanco del cuadro de relojes o los asientos —de excelente sujeción— sí que aportan una imagen más juvenil y dinámica, acorde con el planteamiento de la versión.

En términos de habitabilidad, hay que hacer una distinción entre cotas de altura de cabeza, con ventaja para el Fiat y en espacio, en anchura para los ocupantes, especialmente en las plazas traseras, que el Renault ofrece más espacio. Sin embargo, teniendo en cuenta que pocas  veces irá cargado con tres ocupantes atrás, los 6 cm de anchura que cede el Punto Evo frente al Clio no serían tan importantes como los 5 de altura y 4 para las rodillas que otorga.

También es mejor la adaptación desarrollada por Fiat para el Blue&Me TomTom. No sólo ofrece todas las utilidades de navegación, advertencia de los radares, velocidad máxima permitida y a la que se circula. Sino que se sincroniza con el ordenador de a bordo del vehículo aportando información relevante acerca de la conducción como autonomía del  vehículo, consumo, momento óptimo de cambio de marcha y un «eco-indicador» de consumo. Éste indica visualmente si la conducción está siendo eficiente o si por el contrario estamos consumiendo en exceso. Al contrario, el Carminat Tom-Tom del modelo francés es más convencional, sólo dispone de las indicaciones habituales y su pantalla no es táctil sino que se programa desde un mando a distancia remoto. En ambos casos se trata de elementos opcionales que  vienen a complementar un equipamiento notable.

Los dos protagonistas cuentan de serie con todo lo que en nuestros días se considera necesario como dirección asistida, cierre centralizado, aire acondicionado —ambos ofrecen el climatizador automático como opción— o frenos ABS. Pero también incorporan elementos como el control de tracción y estabilidad —en ambos casos es desconectable el control de tracción— que si bien no son aún obligatorios, sí representan un interesante plus de equipamiento de  seguridad. En cuanto al precio, habría que hablar de empate técnico en el precio – el Fiat Punto Evo Multiair cuesta 18.400 euros y el Renault Clio GT, 17.050.- pues  la diferencia de tarifa queda compensada por la campaña de descuento promocional que ofrecen ambos fabricantes.

Es prácticamente lo mismo que cuestan otros pequeños deportivos de inferior potencia, y un término de 2.000 euros menos que los que se sitúan en el entorno de los 150 CV. Habría que introducir una excepción, el Mitsubishi Colt Turbo, un pequeño dragster que iguala en precio de tarifa a nuestros protagonistas aunque cede frente a ambos en bastidor y ofrece un comportamiento mucho más nervioso.

Prestaciones
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Pese a la personalidad e imagen deportiva de nuestros protagonistas, ninguno de los dos parece  exagerado. Todo lo contrario. Son más bien relativamente discretos, sin espectaculares alerones ni radicales spoilers que condicionen sus posibilidades de utilización, algo que muchos agradecerán. Sólo detalles como el paragolpes ensanchado del Clio o las inserciones en plástico negro del Fiat declaran la naturaleza de nuestra pareja.

En el interior sucede otro tanto. De hecho, sólo algún detalle como los asientos podrían dar pistas sobre el  potencial del Fiat que, pese a ser un modelo de reciente puesta en el mercado no ha sido rompedor en este sentido. En el caso del Renault, el pedalier de aluminio, el fondo blanco del cuadro de relojes o los asientos —de excelente sujeción— sí que aportan una imagen más juvenil y dinámica, acorde con el planteamiento de la versión.

En términos de habitabilidad, hay que hacer una distinción entre cotas de altura de cabeza, con ventaja para el Fiat y en espacio, en anchura para los ocupantes, especialmente en las plazas traseras, que el Renault ofrece más espacio. Sin embargo, teniendo en cuenta que pocas  veces irá cargado con tres ocupantes atrás, los 6 cm de anchura que cede el Punto Evo frente al Clio no serían tan importantes como los 5 de altura y 4 para las rodillas que otorga.

También es mejor la adaptación desarrollada por Fiat para el Blue&Me TomTom. No sólo ofrece todas las utilidades de navegación, advertencia de los radares, velocidad máxima permitida y a la que se circula. Sino que se sincroniza con el ordenador de a bordo del vehículo aportando información relevante acerca de la conducción como autonomía del  vehículo, consumo, momento óptimo de cambio de marcha y un «eco-indicador» de consumo. Éste indica visualmente si la conducción está siendo eficiente o si por el contrario estamos consumiendo en exceso. Al contrario, el Carminat Tom-Tom del modelo francés es más convencional, sólo dispone de las indicaciones habituales y su pantalla no es táctil sino que se programa desde un mando a distancia remoto. En ambos casos se trata de elementos opcionales que  vienen a complementar un equipamiento notable.

Los dos protagonistas cuentan de serie con todo lo que en nuestros días se considera necesario como dirección asistida, cierre centralizado, aire acondicionado —ambos ofrecen el climatizador automático como opción— o frenos ABS. Pero también incorporan elementos como el control de tracción y estabilidad —en ambos casos es desconectable el control de tracción— que si bien no son aún obligatorios, sí representan un interesante plus de equipamiento de  seguridad. En cuanto al precio, habría que hablar de empate técnico en el precio – el Fiat Punto Evo Multiair cuesta 18.400 euros y el Renault Clio GT, 17.050.- pues  la diferencia de tarifa queda compensada por la campaña de descuento promocional que ofrecen ambos fabricantes.

Es prácticamente lo mismo que cuestan otros pequeños deportivos de inferior potencia, y un término de 2.000 euros menos que los que se sitúan en el entorno de los 150 CV. Habría que introducir una excepción, el Mitsubishi Colt Turbo, un pequeño dragster que iguala en precio de tarifa a nuestros protagonistas aunque cede frente a ambos en bastidor y ofrece un comportamiento mucho más nervioso.

Prestaciones
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