Ya sea por la imagen que aportan sus respectivas marcas, por los buenos acabados de sus habitáculos, o bien por la tecnología de la que disponen, tanto Volvo XC60 como Mercedes GLC están enfocados a quienes no se conforman con un SUV cualquiera, sino que buscan un modelo exclusivo, que ofrezca algo más de lo habitual y que envuelva a sus pasajeros en ciertos lujos. Y todo, manteniendo una practicidad y unas cualidades dinámicas de primer orden.
Al mismo tiempo, Volvo XC60 y Mercedes GLC son dos SUV que aspiran a lograr un buen nivel de matriculaciones, ya que podrían considerarse la piedra angular de sus respectivas marcas, sobre todo ahora que el segmento SUV se está convirtiendo en el “motor” del mercado automovilístico. Ambos llegan por tanto cuidando mucho cada detalle.
Volvo XC60 y Mercedes GLC: mucha tecnología
Otra cosa que aleja a Volvo XC60 y Mercedes GLC del resto es la posibilidad de incorporar suspensión neumática, algo que, de momento, está poco extendido en su segmento SUV. El GLC ha sido el primero en ofrecerla dentro de su interminable lista de opciones, y durante un tiempo ha sido el único. Después ha llegado a la última generación del Audi Q5 y ahora, la puede incorporar también este nuevo XC60. No sólo es una opción para sibaritas obsesionados por el confort de marcha y la calidad de rodadura, sino que también aporta un mejor dinamismo en curva y, sobre todo, una mejora en las capacidades para circular fuera del asfalto.
ESPACIO | Volvo XC60 D4 AWD | Mercedes GLC 250 d 4Matic |
Anchura delantera | 148 cm | 145 cm |
Anchura trasera | 143 cm | 142 cm |
Altura delantera | 90-98 cm | 94-102 cm |
Altura trasera | 95 cm | 98 cm |
Espacio para piernas | 75 cm | 76 cm |
Maletero | 450 litros | 390 litros |
De hecho, la altura libre al suelo se incrementa en aproximadamente cuatro centímetros al seleccionar la posición más alta de la carrocería —mediante un botón específico, en el Mercedes GLC, y con el programa de conducción Offroad, en el Volvo—, llegando hasta los 22,7 cm en el caso del Mercedes, y a los 25,6 cm, el Volvo: 18,1 y 21,6 cm, respectivamente, con suspensiones convencionales.
Este dato nos desvela una mayor orientación “campestre” por parte del Volvo XC60, aunque Mercedes ofrece para el GLC un paquete técnico Off-road que añade protecciones en los bajos, control de descensos y 5 modos de conducción adicionales: Offroad (pistas y arena), Incline (rampas), Rocking Assist (zonas muy complicadas, hasta 20 km/h), Slippery (barro, nieve y superficies muy deslizantes) y Trailer (para arrancar con remolque en superficies poco adherentes). En nuestro caso, contábamos únicamente con los programas convencionales, es decir Eco, Comfort, Sport, Sport e Individual.
Dos SUV a la carta
Por su parte, el Volvo XC60 cuenta con modos Eco, Comfort, Dynamic y Offroad, además de uno personalizado que permite modificar individualmente cada parámetro por separado, similar al Individual de Mercedes. Respuesta del motor, cambio automático, dureza de la dirección, funcionamiento del climatizador, firmeza y altura de la suspensión... todo se ajusta en función del programa seleccionado. Y aunque el Mercedes tiene un mayor rango de ajuste a los gustos del conductor en los mencionados programas de conducción, el XC60 permite personalizar de forma exhaustiva otros parámetros del coche a través de su completísima pantalla táctil, desde una gran variedad de colores para la iluminación ambiental (en el Mercedes, sólo tres), que se pueden seleccionar manualmente o dejar que cambien en función de la temperatura del habitáculo, hasta varios diseños para el cuadro de mandos digital (en el que echamos de menos la temperatura del agua), volante y asientos calefactados sincronizados con el climatizador, o un excelente sistema de sonido que emula la sala de conciertos de la orquesta sinfónica de Gotemburgo. Incluso el sistema de órdenes vocales funciona como es debido y tiene una gran variedad de comandos disponibles.
En comparación, el Mercedes GLC resulta menos lujoso, aunque no se queda muy atrás, pues ofrece todo lo que te puedas imaginar en materia de equipamiento, sin nada que envidiar a segmentos superiores. Como no podía ser de otra manera, en ambos casos puedes configurarte un coche prácticamente a medida con los más modernos extras.
Brillantes dinámicas
Es tanto lo que ofrecen de cara al confort, la seguridad y la carga tecnológica, que el comportamiento casi podría pasar a un segundo plano. Sin embargo, está a la altura de lo esperado y, siempre con un tacto general muy refinado, ambos dejan el listón muy alto en cuanto a dinamismo, dejando claro que los SUV no dejan de evolucionar. El buen funcionamiento de sus suspensiones neumáticas, junto con el trabajado aislamiento acústico de sus habitáculos, hace que en su interior casi te sientas a bordo de auténticos vehículos de representación.
Los movimientos de la carrocería son bastante contenidos —algo menos en sus respectivos modos Comfort— y el filtrado de las irregularidades, soberbio. Únicamente en Sport el Mercedes GLC transmite cierta firmeza, pero a cambio consigue una estabilidad y paso por curva ejemplares, gracias también a que la altura de su carrocería baja más que en el Volvo XC60.
Aunque el Mercedes GLC pesa unos kilos más según nuestra báscula, su centro de gravedad, más bajo, permite una puesta a punto más deportiva. Da mucha confianza en todo momento y avisa de sus límites con un subviraje muy leve, pero sin apenas desviarse de la trazada marcada por la precisa dirección (de desmultiplicación progresiva y más directa que en el XC60), ya que en caso de necesidad el eje trasero redondea ligeramente el giro, brindando una gran eficacia. Las ayudas electrónicas actúan convenientemente antes de que la situación pueda resultar poco tranquilizadora, sin interferir demasiado con el buen trabajo del equilibrado bastidor, aunque evitando que se produzcan posibles inercias, pues es fácil olvidar que el conjunto roza las dos toneladas.
El Volvo XC60, también con impecables maneras, aporta un comportamiento casi igual de eficaz, pues va muy sujeto de ambos trenes y difícilmente pierde la compostura, por muy elevado que sea el ritmo de marcha. Sus reacciones, muy neutras y progresivas, están supervisadas por unas ayudas electrónicas que, al impedir sobrepasar unos límites ya de por sí muy elevados, facilitan las cosas al conductor y brindan mucha sensación de seguridad. Por lo tanto, también en lo referente al apartado dinámico, el lujo está servido.
Sus motores Diesel
Para esta comparativa, nos encontramos con dos potentes e interesantes versiones Diesel. El Volvo XC60 opta por un motor D4 de 2,0 litros de cilindrada con 190 CV de potencia. Mientras, el Mercedes GLC 250 d apuesta a un motor ya de 2,1 litros que eleva también la potencia a 204 CV. Ambos como hemos dicho con tracción integral y cambio automático, de 9 velocidades el Mercedes y de 8 el Volvo, ¿cuál se impone en prestaciones y consumos?
PRESTACIONES | Volvo XC60 D4 AWD | Mercedes GLC 250 d 4Matic |
Acel. 0-100 km/h | 9,1 s | 7,44 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,44 s | 28,74 s |
Adelantamiento 80-120 km/h | 6,53 s | 5,52 s |
Sonoridad 100 km/h | 64,6 dB | 63,2 dB |
Frenada desde 100 km/h | 73,31 m | 73,36 m |
Peso en báscula | 1.933 kg | 1.995 kg |
Los dos la verdad es que resultan bastante dinámicos y traccionan desde parado sin problemas, pero el empuje es finalmente mayor en el Mercedes GLC 250 d desde los primeros metros y resulta infatigable. La respuesta de los turbocompresores es más inmediata también en él, que además cuenta con más par motor y un cambio de 9 relaciones más rápido y que permite un escalonamiento más cerrado de los desarrollos.
En cuanto a los consumos, ambos cuentan con muchas soluciones técnicas orientadas a mejorar la eficiencia, generando en dos muy buenos rendimientos mecánicos. La mayor diferencia surge en carretera, donde el Volvo XC60 D4 consigue una ligera rebaja, alcanzando unos excelentes 5,9 l/100 km para su nivel de potencia y peso, frente a los 6,3 l/100 km de media real del Mercedes GLC 250 d.
CONSUMOS | Volvo XC60 D4 AWD | Mercedes GLC 250 d 4Matic |
Consumo en ciudad | 7,9 l/100 km | 7,9 l/100 km s |
Consumo en carretera | 5,9 l/100 km | 6,3 l/100 km |
Consumo medio | 6,7 l/100 km | 6,9l/100 km s |
En definitiva, Volvo XC60 y Mercedes GLC ofrecen argumentos muy convincentes en todos los apartados y son productos plenamente recomendables, si bien el conjunto motor/cambio del Mercedes aporta un mayor agrado de uso y superior eficacia dinámica. Eso sí, el interior del Volvo resulta más atractivo.