Desde el lejano oriente nos llegan dos propuestas SUV de calidad. Nissan y Toyota luchan a través de sus marcas premium, Infiniti y Lexus, por ofrecer el mejor SUV de la categoría. Para ello apuestan por tecnologías de vanguardia, aportando dos coches interesantes, con un carácter muy marcado y bien distinto, de ahí que es posible que sólo uno de ellos te guste o se acerque a lo que buscas. Dentro del lujo que las dos marcas ofrecen, tu decisión ha de ir enfocada teniendo en cuenta la personalidad claramente deportiva en el Infiniti y otra más ecológica y racional en el Lexus. Las dos opciones son perfectamente válidas, ya eran conocidas, pero sus recientes actualizaciones les vuelven a poner en primera línea. Por un lado tenemos el musculoso Infiniti FX equipado con motor Diesel y un tren trasero directriz y por otro el Lexus RX 450h y su sistema de tracción total híbrido gasolina-eléctrico, ambos modelos equipados con sus respectivos acabados tope de gama.
Los dos son la auténtica definición de SUV, más especializados en asfalto, con independencia de sus condiciones, que en terrenos escabrosos. La apuesta deportiva del Infiniti tiene ventajas como el atractivo diseño, al menos a mi me lo parece, o las sensaciones que transmite. Es un coche que gusta conducir por el aplomo que transmite, la ausencia de balanceo y el tacto de cómoda berlina deportiva. Su tren trasero es capaz de girar hasta 1º y en la misma dirección que las ruedas delanteras (3,5º giran las de un Renault Laguna con el 4Control y varían la dirección en función de la velocidad); esto es difícil de apreciar cuándo está ocurriendo, si bien sobre asfalto y en buenas condiciones dinámicamente es de los mejores SUV que he conducido.
Pero claro, todo tiene un precio y estabilizar una carrocería alta a base de suspensiones duras, estabilizadoras y ruedas enormes (va calzado con unos 265/45 en llanta de 21 pulgadas) tiene como contrapartida volverse menos eficaz ante situaciones de nieve, hielo o barro. Su sistema de tracción total es bueno y trabaja correctamente en estas condiciones pero no me cabe duda que con un conjunto neumático/llanta más convencional, o haciendo las cosas como se deben hacer, montando neumáticos de invierno cuando toque, el FX sería todavía más polivalente y mejor coche de lo que ya es.
El Lexus va por otro camino, el suyo propio. Precursor de la hibridación en los SUV, cuenta con un sistema de tracción total híbrido; no hay conexión mecánica entre el tren delantero y trasero, que se mueve gracias a un motor eléctrico. En su reciente actualización ha añadido, además, la suspensión neumática de serie en el acabado tope que, además de mejorar en confort, permite elevar la altura de la carrocería a voluntad del conductor. También incorpora un equipo de estabilizadoras activas, si bien estas son incompatibles con el muelle neumático que llevaba nuestra unidad. El Lexus es menos emocionante de conducir que el Infiniti, ofreciendo un tacto mecánico estilo Prius, mucho menos dinámico pero con superiores prestaciones y mayor refinamiento que su rival. Sobre firme seco y buen asfalto es más cómodo. Muestra más inercias en el paso por curva que el FX pero siempre con calidad y dentro de lo razonable. Si el tiempo no perdona y el asfalto se complica, el RX 450h ofrece superior tracción a baja velocidad; entre los exagerados neumáticos de su rival y la suave forma de actuar de la parte eléctrica, es mucho más eficaz, sobre todo en situaciones muy delicadas de nieve recién caída como la que ves en las imágenes. En agua, donde el neumático del Infiniti todavía puede defenderse, su tren trasero actúa con mayor firmeza, con un comportamiento "menos delantera" que el Lexus.
No hay problemas de estabilidad en ninguno de los dos, como verás, las diferencias pueden ser más una cuestión de gustos personales que de eficacia o seguridad; el FX se disfruta más pero el RX450h tiene una conducción más para todo el mundo. En cualquier caso, Lexus ofrece en su acabado F-Sport algo más de dinamismo, si bien no llega a los niveles, en algún punto exagerados, del FX, sí plantea esta posibilidad. Otro tema aparte son los consumos, donde el Lexus aporta un gasto menor; en nuestras mediciones hay casi dos litros de diferencia en el gasto real, si bien en condiciones normales su consumo es más sensible al uso que el del Diesel de origen Renault del Infiniti que logra siempre mayor autonomía.
Delante los dos coches ofrecen buen espacio y confort. En el FX te sientes integrado en un "cockpit" de berlina deportiva, mientras que en el Lexus el estilo buscado se corresponde con coherencia con su estética exterior de SUV. De nuevo es una cuestión de gustos. Detrás hay alguna diferencia más destacable, sobre todo porque el híbrido ofrece reglaje longitudinal con 12 cm de desplazamiento de su banqueta, con lo que gana en versatilidad aunque, en cualquier caso, dispone de mayor volumen de maletero aun con la doble banqueta atrás del todo. En esta situación ambos tienen un buen espacio para las piernas de los ocupantes traseros, con la salvedad que el RX, además, tiene el suelo plano, sin túnel central, con lo que el confort del quinto pasajero aumenta.
Las dos unidades probadas disponían de los acabados más completos de cada casa; llevan de todo y no se echa nada en falta. Multitud de gadgets te harán la vida más confortable y segura. Detalles como los climatizadores bizona, la calefacción en los asientos, de piel y reglaje eléctrico por supuesto, o los navegadores con pantalla táctil y sus respectivos discos duros multimedia. Los precios de ambos son altos, pero si te vas a un rival alemán y añades todo este equipamiento es posible que te lleves una sorpresa. En cualquier caso, si te han gustado cualquiera de estos dos y no quieres tanto equipamiento puedes rebajar la factura hasta en 19.000 euros en el Lexus y casi 10.000 euros en el Infiniti, que siempre será unos 9.000 euros más barato que su rival. Son dos opciones interesantes. Puede que te guste más el refinamiento del RX que la deportividad del FX, o puede que prefieras el diseño del Infiniti frente a la modernidad de un sistema híbrido como el de Lexus. Ahora la pelota está en tu tejado.