Audi A7 y Mercedes CLS son dos concentrados de lujo. Casi 5 m2 de habitáculos “palaciegos” capaces de transportarte en carretera a un mundo casi perfecto, pero también obviamente muy exclusivo, reservado sólo para elegidos. Adoctrinados por superiores Audi A8 y Mercedes Clase S, A7 y CLS vuelven hoy a la carga con importantes renovaciones, donde no sólo sus parrillas, ópticas o paragolpes lucen nuevo aspecto. Frente a esas tradicionales berlinas de representación siguen proponiendo con sus siluetas semi-cupés un formato más emocional, pero sin renunciar a 4 plazas ya igual de señoriales, ni a todo el arsenal de confort y tecnología del que presumen hoy esos grandes Audi y Mercedes.
Olvida pues el cansancio en viaje con sus asientos multicontorno con masaje, pídeles que aparquen ellos solos, mantén la temperatura a tono programando la climatización, siéntete protegido con los más avanzados sistemas “pre” y “anti” colisión y, por supuesto, convierte la noche en día tanto en el Audi A7 como en el Mercedes CLS con sus últimos faros activos de LED, capaces de variar en tiempo real patrones e intensidades de luz para expandir el haz o no deslumbrar. Ocurría también con Felipe II: en sus dominios nunca se pondrá ya el sol, porque además amplían hoy su control a todo apartado del automóvil… siempre que eleves claro su factura hasta los 100.000 € de nuestras unidades probadas, en las que, cómo no, tampoco faltan las líneas S Line de Audi, ni AMG de Mercedes, para ofrecer sus mejores volantes, ajustes de suspensión, llantas, neumáticos y hasta alfombrillas. Dos auténticos privilegiados.
Rodar entre algodones
Imperiales ya por las atmósferas pues que ofrecen, el resto aquí será correr y cantar. No exagero si te digo que estos Audi A7 y Mercedes CLS con uniforme de gala se conducen hoy con tanta facilidad y precisión como “pequeños” Audi A4 o Mercedes Clase C, pero con un confort y un refinamiento incomparables. No digamos ya si tus referencias llegan al bajarte de cualquier moderno SUV, por lujoso que sea. Es, ahí, donde redescubres la calidad de rodadura que, por comparación, llega a ofrecer la mejor de las berlinas. Y acabamos de nombrar al A7.
Soberbio, no recuerdo tan buena capacidad de filtrado, absorción y aislamiento como la que siento ahora en este Audi A7 en combinación con su, también opcional, suspensión neumática. Algo que, sumado a su gran superficie de rodadura (hasta 4 centímetros más de batalla y anchura de vías que el CLS), termina transmitiendo también una solidez de pisada que eleva el confort de marcha a estándares ni siquiera igualados por Mercedes. Y es que, subiendo luego al CLS, no percibo ese mismo rodar entre algodones.
Obviamente, el Mercedes CLS es también muy bueno, pero, cumpliendo ahora de nuevo ese giro emocional que imprime la marca de la estrella en sus nuevos productos, pierde hoy algo de suavidad… incluso con su también opcional suspensión neumática. Empeñado en transmitir más que antes, este CLS copia también hoy más su pisada, resultando más seco en compresión y restando puntos de confort. Viaje en “Business”, pero ya no en el más selecto “Business Plus” que ofrece el A7, también con menor rumorosidad mecánica tanto en marcha como al ralentí. Mecánicas, por cierto, que suman aquí en ese anunciado extremo refinamiento.
Imprescindibles motores V6
Hoy, aunque poco a poco se pierdan ya en las variantes de acceso, consideramos los 6 cilindros un mínimo imprescindible para tan exclusivos Audi A7 y Mercedes CLS; algo que Audi parece entender ya al ofrecer en Diesel sólo versiones 3.0 V6, y al que se suma también Mercedes en este 350 BlueTEC, eso sí, intermedio. Cuestión de refinamiento de giro, de linealidad de respuesta y hasta de acústica. Llenísimos siempre y muy elásticos, ambos motores son poderosísimos, pero el TDI del A7 resulta muy superior en prestaciones. Y no creas que por sus, en realidad, anecdóticos 14 CV extra (272 CV ante los 258 del CLS).
La motricidad de su siempre indisoluble tracción total (por cierto, con el diferencial de corona del deportivo RS5) supone una gran ventaja en la arrancada para el Audi ante la propulsión trasera de serie del CLS 350 BlueTEC; igual que un rapidísimo, aunque más brusco, cambio automático S-Tronic de doble embrague que sigue haciendo milagros ahora sobre el A7. Una bala, capaz no sólo de ser un 20 por ciento más rápido siempre que su rival, sino hasta de mejorar ya las prestaciones de su superior versión V6 BiTDi de 320 CV… y hasta del desaparecido y radical pequeño A1 Quattro, con 256 CV y 400 kg menos.
Sorprendente la velocidad de este Audi A7, pero también la eficiencia a cambio de un Mercedes CLS cuya gran aportación al mercado es hoy su nuevo cambio automático 9G-Tronic de convertidor de par, estrenado antes en un Clase E 350 BlueTEC. No es el ZF de Land Rover, sino un desarrollo propio de Mercedes, delicioso en toda su respuesta. Con 9 marchas, frente a las anteriores 7 del 7G-Tronic o a las actuales del S-Tronic de Audi, aprovecha todas y cada una arrancando incluso desde 1ª para, desde ahí, jamás sentirlo dubitativo. Enlaza así una marcha con otra con extrema suavidad, resultando por levas más rápido que la anterior caja, y engranando siempre la marcha más larga con la que no desfallezca este CLS. Tanto, que mete 9ª habitualmente ya desde sólo 100 km/h y la aguanta sin rubor bajo 1.500 rpm a las que siempre tratará de circular: no alcanza las 2.000 rpm hasta superar los 160 km/h con un larguísimo último desarrollo. Entiende así también sus buenos 6,5 l/100 km que cifra en consumos, hasta 1 de media por debajo de un siempre menos económico Audi A7.
Modos de conducción
Grandes datos en cualquier caso para carrocerías que rondan hoy los 5 metros de longitud y las 1,9 toneladas de peso: ligeras, desde luego, no son… y menos este CLS. Aunque siga apostando a puertas sin marco, capó o pasos de rueda en aluminio, aún se aleja de la compleja arquitectura mixta del Audi A7, o de los últimos Clase S y C ya con plataforma modular. No, al CLS no llegará hasta que no cambie antes el Clase E. Así que, cargando a cambio con toda la tecnología y equipamiento que sí ofrecen esas nuevas berlinas, es hoy el Mercedes CLS más pesado con el que nos hemos encontrado: casi 140 kg más que el anterior 350 CDI, y 15 kg más que este A7 con tracción total. Volumen que no genera gran expectativa dinámica… hasta que vienen curvas. Agarraos.
Y es que, apoyado en una más rápida dirección paramétrica y en una suspensión que trabaja muy bien las cargas y descargas de carrocería, este Mercedes CLS es muy, muy eficaz. Forzado el apoyo, la suspensión comprime muy bien el conjunto, para soltarlo luego con gran progresividad y minimizar su balanceo. Fácil y natural, lo sientes de inicio más rápido que un A7 más artificial en su respuesta… hasta que, a cambio, das con la tecla. Porque hay que entender la batería de elementos dinámicos opcionales que ofrece, donde emergen también una dirección adaptativa muy mejorada frente a las primeras de Audi y un diferencial autoblocante que agiliza un tren trasero hasta entonces menos participativo, para extraer ya lo mejor del comportamiento del A7. Y es mucho.
Ensayo y error en el mando Drive Select de este Audi A7 para acabar haciéndome con una berlina más incisiva aún y hasta más efectiva, jugando aquí siempre en casa con su tracción quattro: hecho que termina coronando a un automóvil de verdadero ensueño. Cierto que, remodelado, el Mercedes CLS también ha elevado hoy su listón, con un interior más moderno y mucha prestancia. Pero suma también un Audi A7 más práctico por su portón eléctrico y la posibilidad de ofrecer 5 plazas (el CLS sólo 4), y no verás mucho apartado donde pueda ahora superarse. Quizá, sólo en consumos. Y es que nadie es perfecto: ni siquiera este gran A7.