BMW M850i xDrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

¡Bienvenido! Tenemos un recuerdo imborrable del mítico 850 que BMW nos regaló en la década de los ´90. La reinterpretación hoy, ya a siglo cambiado, es más que acertada.

Juan Ignacio Eguiara. Twitter: @autopista_es

BMW M850i xDrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo
BMW M850i xDrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

Uno de los coches que marcaron la década de los ´90 fue sin duda el BMW 850i con su espectacular motor V12 y un diseño que dejó a todos atónitos. Desde entonces, esta Serie 8 había caído en el olvido de los responsables bávaros y nunca se había reeditado en el portfolio de la compañía. Los caminos elegidos para ocupar el espacio coupé o deportivo en la zona alta de la gama se habían dirigido hacía interpretaciones de la Serie 6.

Ahora, para sorpresa de todos, y cuando se está más pensando en evolucionar híbridos y eléctricos, BMW nos regala la versión moderna del 850i. En esta ocasión lleva el sello de la “M" por delante del nombre y, como apellido, una característica ineludible en los próximos deportivos BMW, la palabra xDrive por la tracción total permanente que incorpora. Más adelante habrá un M8 de verdad, pero de momento nos conformamos con este M850i que ha resultado ser una caja de sorpresas.

BMW M850i: moderno y precioso coupé

Lo primero que tenemos que quedarnos es con la línea. Conseguir una carrocería que nos recordase a la del original BMW 850i no era fácil. No solo lo han conseguido, sino que también presenta un diseño moderno, sin perder el sentido práctico. Es muy bajo por lo que se favorece el centro de gravedad. También es muy ancho y bastante alargado, aunque 4,85 metros empieza a ser un tamaño “normal".

BMW M850i Xdrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

BMW M850i xDrive

De hecho, respecto al Serie 6 Coupé al que reemplaza este modelo, es ahora más corto. Con esas dimensiones tenemos un habitáculo que los pasajeros delanteros gozan de un confort mayúsculo, mientras que las plazas traseras son para llevar más bien a niños. A cambio, tenemos un maletero muy profundo que nos proporciona un volumen fabuloso, de 435 litros según nuestras mediciones. Lo que no tiene es una boca de carga muy amplia, pero no se puede pedir de todo a un coche con este diseño coupé en forma de dos volúmenes y medio con tapa de maletero (de accionamiento eléctrico, aunque no le haría falta).

La postura de conducción es magnífica, como en todos los BMW, pero en este puedes colocar el asiento muy bajo, por lo que el centro de gravedad lo dejas muy favorecido. El único inconveniente es que, incluso una persona alta (y guapo) como yo, no llega a ver bien el inmenso morro que hay por delante. Y el acabado interior es impecable. El diseño y disposición de todos los mandos y tecnologías disponibles es muy similar a la que ya vivimos con el X5 M50d. La consola central con esa pequeña palanca del cambio automático de 8 relaciones con el simulacro de cristal de Swarovski y los bonotes más importantes a su lado, como son los de los modos de conducción y desconexión del control de estabilidad.

BMW M850i Xdrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

BMW M850i xDrive: así es su interior

BMW M850i: un deportivo comodísimo

Los modos de conducción del BMW M850i son básicamente tres: el Sport, el Comfort y el Eco. En todos ellos se modifica la ley de dureza de la amortiguación, pero siempre prevalece la suavidad. Porque incluso en la posición más dura, la Sport , el coche es muy cómodo. Los viajes son como sobre una alfombra voladora. Es increíble el trabajo que han efectuado los ingenieros de BMW y sus proveedores para conseguir una amortiguación que filtre tanto, sin perder poder direccional y estabilidad al límite.

Porque el coche va tan filtrado que puede parecer que no tienes sensaciones con la carretera, pero en cuanto entras en la primera curva sientes el aplomo de la suspensión y que se sujeta como siempre. Hay que decir que este BMW M850i no me ha parecido que lleve excesiva rueda. Llanta de 20 pulgadas, una anchura bastante normal y, eso sí, perfil muy bajo. Por eso resulta todavía más sorprendente que no sintamos ningún bache, por grande que sea.

Y en todo ello tiene mucho que ver el trabajo efectuado también con los silentblock y cojinetes de goma, que inundan todo el esquema de suspensión de manera que no dejan transmitir la más mínima vibración al habitáculo. Prueba de ello es que este M850i es probablemente uno de los coches más cómodos que he probado, a pesar de ir sentado a centímetros del suelo. Y se traduce, entre otras cosas, en que la sonoridad dentro es magnífica, de las mejores que hemos medido.

PRESTACIONES BMW M850i
Acel. 0-100 km/h 3,90 s
Adelantamiento 80-120 km/h 2,33 s
Sonoridad al ralentí 47,6 dB
Sonoridad 120 km/h 66,0 dB
Frenada desde 140 km/h 67,7 m
Peso en báscula 1.995 kg

BMW M850i: GT de grandes prestaciones

Por eso los viajes se convierten en una delicia. Tienes un Coupé, con prestaciones muy deportivas, pero el talante en cierta medida es un poco burgués, que te permite disfrutar de largos recorridos sin apenas cansarte. Es decir, estamos ante un buen GT. Un 2 2 con el que puedes entrar en un circuito en un momento dado, pero que está más pensado para que tu día a día sea muy placentero. Pero no se renuncia a las prestaciones.

BMW M850i Xdrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

BMW M850i xDrive

El BMW M850i anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, aunque según nuestras mediciones hemos perdido un par de décimas por el camino. Pero es lo de menos, porque estamos hablando de un buque de dos toneladas que puede acelerar por debajo de 4 segundos. Para hacernos una idea, respecto al M5 F90 de la actual generación que ya lleva la tracción integral, apenas ha perdido 7 décimas. Y eso que la relación peso/potencia es lógicamente peor con 3,76 kg/CV para el M850i, frente a los 3,2 del M5.

La verdad que e lsistema xDrive funciona muy bien para garantizar la motricidad. Es un tracción total, pero el reparto y la preponderancia de par es claramente hacia el tren trasero. El BMW 850i se comporta como un propulsión trasera muchas veces. Eso lo pudimos comprobar mejor en el circuito, donde sometes al coche al límite, pisando a fondo el acelerador en la salida de las curvas, y donde compruebas que la zaga te quiere adelantar (por supuesto sin el control de estabilidad). También tiene mucho que ver que el tren delantero entra muy bien en las curvas, eliminando el subviraje y, por tanto, favoreciendo el sobreviraje.

El secreto del BMW M850i

Pero ¿cuál es el secreto? Porque hemos dicho que tiene una suspensión muy suave, pesa mucho y el reparto de masas está muy decantado al eje delantero. Pues el secreto es que el tren trasero es direccional y eso hace que este pesado GT se inserte en las curvas con una facilidad pasmosa. Ayuda a redondear el viraje en las lentas y permite dar gas muy pronto. Eso provoca que la zaga quiera adelantarnos constantemente. Por eso hay que estar muy atento.

Porque no hay que olvidar que tenemos bajo el enorme capó delantero un motor V8 de 4,4 litros con 530 CV y más de 75 mkg de par. Y como tienes mucha sensación de flotación con la carrocería al estar muy filtrado todo, pues hay que creerse a veces que el coche va bien sujeto. Lo mejor es el aplomo en las curvas rápidas, aunque se podría superar con una suspensión más firme y las estabilizadoras activas que puede montar este coche. Quizás encontremos eso cuando llegue la versión M8 que seguro tiene la dosis deportiva que le falta a este M850i xDrive.

BMW M850i Xdrive: probamos la versión moderna (y M) del mítico deportivo

BMW M850i xDrive: tiene un motor V8 de 4,4 litros y 530 CV

Hay un detalle que me sorprendió primero para mal y luego gratamente. Los discos de frenos son de acero y no están perforados. La estética sorprende negativamente y la funcionalidad se puede poner en duda porque estamos ante un coche de dos toneladas con muchas prestaciones. A menor refrigeración de los discos puede que los agotemos antes. Y BMW no es una marca que se caracterice porque sus frenos aguanten mucho (aunque últimamente han mejorado mucho).

BMW M850i: buena frenada… y moderados consumos

Sin embargo, en nuestra pista de pruebas, se comportaron a las mil maravillas. La distancia de frenada es muy buena, a la altura del último M5, y durante las vueltas en pista, los frenos no dieron apenas síntomas de fatiga. Así que logramos un muy buen tiempo en nuestro circuito, quedándose como referencia a solo un segundo del último M5 con tracción total. Por muy poco no ha entrado en el Top 10 de cuantos BMW han pasado por nuestras manos (y son muchos).

CONSUMOS BMW M850i
Consumo en ciudad 14,3 l/100 km
Consumo en carretera 8,56 l/100 km
Consumo medio 11,8 l/100 km

Para completar la jugada tengo que romper una lanza por los consumos. Estamos hablando de que pesa mucho, que lleva un V8 de 4,4 litros muy potente, y que es un coche ideal para viajar. Pues los consumos también nos ayudan, porque es sorprendente lo poco que gasta viajando a velocidades moderadas. Podríamos lograr medias de 10 ó 11 litros tranquilamente —incluso menos que si vamos más despacio—. La verdad es que el cambio de 8 marchas con una última relación muy larga, así como la función Eco de gestión de motor, permite que el consumo sea muy contenido.

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