BMW M3 Cabrio: atómico

Con la exclusiva variante Cabrio, BMW pone la guinda al nuevo M3 con una nueva y esperada entrega deportiva que, junto a la sofisticada tecnología y nuevo motor V8 de 420 CV, supone también un doble estreno en la familia: ahora, por primera vez, apuesta por el techo duro escamoteable y por un excitante cambio de doble embrague y 7 relaciones. ¡Bestial!

BMW M3 Cabrio: atómico
BMW M3 Cabrio: atómico

3, 2, 1... Hoy puede ser un gran día. La letra de Serrat resuena en la cabeza contemplando la última criatura de BMW. El sol brilla, la temperatura acompaña y, ¡eureka!, enfrente la variante Cabrio que cierra el círculo de la cuarta generación M3. Con todo su linaje, porque el capó de aluminio abombado para dar cabida al nuevo V8 de la familia, los prominentes faldones y branquias laterales o las agresivas llantas le delatan. Me ha tocado, así que manos al volante y mejor no soltar las llaves… Por si acaso. Perfectamente integrados y bien sujetos por sus asientos deportivos, arrancamos por botón y el ronco sonido a V8 pide marcha. Eso sí, con cierto sosiego fruto del carácter más racional que han tomado los BMW M3. ¿Decepcionante? No, y menos con esta pasional versión para vibrar a cielo abierto. ¿Más apto para todo uso? Sí, aunque si quieres guerra... la tendrás. Resulta fácil recurrir al tópico. Tras 20 años, conducimos el mejor BMW M3 Cabrio. No sólo por la mecánica o arsenal de ayudas a la conducción; sobre todo por el nuevo desarrollo de carrocería. Lo más importante, el techo, que abandona la tradicional capota de lona desmarcándose de su gran rival, el Audi RS4. Y eso que al presentar BMW el Serie 6 Cabrio aseguró que esa solución era preferible por su menor peso e influencia en el centro de gravedad. Ahora rectifica y monta un espectacular techo duro escamoteable de tres piezas, tomado –como la estructura portante, las puertas o la tapa del maletero- del Serie 3 Cabrio. Toque de botón y, en menos de 25 segundos, pasamos con el BMW M3 de coupé a descapotable. No es el más rápido y, además, recorta ligeramente el espacio trasero para piernas –dos adultos de talla media se acomodan dignamente- y la capacidad de maletero en uso descubierto –escasa y con pequeña boca de carga-. Sin embargo otorga una gran rigidez al chasis, apoyado a su vez con respecto al resto de M3 con dos mayores refuerzos en V bajo el piso y un tren trasero optimizado y más ligero. Tan bien hecho y aislado está este BMW M3 que permite circular cerrado a más de 150 km/h sin silbidos o ruidos molestos –como un descomunal coupé-, mientras que descapotado supera los 100 km/h sin grandes turbulencias y deleitando con su espectacular sonido. A partir de ahí mejor montar el imprescindible deflector opcional. Y es que da para mucho más… Exclusividad, diseño y deportividad, unidas por la causa. Es un M3 en toda regla, así que eran de esperar grandes valores en todos sus apartados mecánicos y dinámicos. Excelente. También era previsible que, siendo un verdadero cabrio, las peores notas llegaran de la habitabilidad (con dos plazas traseras algo justas, pero correctas) y, sobre todo, de la reducida capacidad de maletero… pero ¡cómo divierte!Porque, evidentemente, el BMW M3 Cabrio no es el modelo más práctico del mercado pero, con un motor muy progresivo, unas suspensiones de base sorprendentemente flexibles y la calidad interior típica de BMW, la comodidad a bordo está garantizada para todo uso. Hasta se disfruta de un espectacular y sugestivo sonido mecánico al circular descapotados.

Teniendo en cuenta su precio de partida y, como siempre en BMW, los 9.000 € que deberemos sumar para añadir la caja DKG y todos los sistemas con que realmente disfrutaremos de la conducción, la factura del M3 Cabrio superará los 90.000 euros. Eso sí, un Audi RS4 Cabrio y un Mercedes CLK Cabrio AMG cuestan 10.000 más. Y el BMW es una máquina casi perfecta.— Prestaciones y comportamiento
— Nuevo cambio DKG
— Eficaz para todo uso
— Consumo y autonomía
— Maletero con techo abierto
— Equipamiento de base

DKG, el cambio
3, 2, 1... Hoy puede ser un gran día. La letra de Serrat resuena en la cabeza contemplando la última criatura de BMW. El sol brilla, la temperatura acompaña y, ¡eureka!, enfrente la variante Cabrio que cierra el círculo de la cuarta generación M3. Con todo su linaje, porque el capó de aluminio abombado para dar cabida al nuevo V8 de la familia, los prominentes faldones y branquias laterales o las agresivas llantas le delatan. Me ha tocado, así que manos al volante y mejor no soltar las llaves… Por si acaso. Perfectamente integrados y bien sujetos por sus asientos deportivos, arrancamos por botón y el ronco sonido a V8 pide marcha. Eso sí, con cierto sosiego fruto del carácter más racional que han tomado los BMW M3. ¿Decepcionante? No, y menos con esta pasional versión para vibrar a cielo abierto. ¿Más apto para todo uso? Sí, aunque si quieres guerra... la tendrás. Resulta fácil recurrir al tópico. Tras 20 años, conducimos el mejor BMW M3 Cabrio. No sólo por la mecánica o arsenal de ayudas a la conducción; sobre todo por el nuevo desarrollo de carrocería. Lo más importante, el techo, que abandona la tradicional capota de lona desmarcándose de su gran rival, el Audi RS4. Y eso que al presentar BMW el Serie 6 Cabrio aseguró que esa solución era preferible por su menor peso e influencia en el centro de gravedad. Ahora rectifica y monta un espectacular techo duro escamoteable de tres piezas, tomado –como la estructura portante, las puertas o la tapa del maletero- del Serie 3 Cabrio. Toque de botón y, en menos de 25 segundos, pasamos con el BMW M3 de coupé a descapotable. No es el más rápido y, además, recorta ligeramente el espacio trasero para piernas –dos adultos de talla media se acomodan dignamente- y la capacidad de maletero en uso descubierto –escasa y con pequeña boca de carga-. Sin embargo otorga una gran rigidez al chasis, apoyado a su vez con respecto al resto de M3 con dos mayores refuerzos en V bajo el piso y un tren trasero optimizado y más ligero. Tan bien hecho y aislado está este BMW M3 que permite circular cerrado a más de 150 km/h sin silbidos o ruidos molestos –como un descomunal coupé-, mientras que descapotado supera los 100 km/h sin grandes turbulencias y deleitando con su espectacular sonido. A partir de ahí mejor montar el imprescindible deflector opcional. Y es que da para mucho más… Exclusividad, diseño y deportividad, unidas por la causa. Es un M3 en toda regla, así que eran de esperar grandes valores en todos sus apartados mecánicos y dinámicos. Excelente. También era previsible que, siendo un verdadero cabrio, las peores notas llegaran de la habitabilidad (con dos plazas traseras algo justas, pero correctas) y, sobre todo, de la reducida capacidad de maletero… pero ¡cómo divierte!Porque, evidentemente, el BMW M3 Cabrio no es el modelo más práctico del mercado pero, con un motor muy progresivo, unas suspensiones de base sorprendentemente flexibles y la calidad interior típica de BMW, la comodidad a bordo está garantizada para todo uso. Hasta se disfruta de un espectacular y sugestivo sonido mecánico al circular descapotados.

Teniendo en cuenta su precio de partida y, como siempre en BMW, los 9.000 € que deberemos sumar para añadir la caja DKG y todos los sistemas con que realmente disfrutaremos de la conducción, la factura del M3 Cabrio superará los 90.000 euros. Eso sí, un Audi RS4 Cabrio y un Mercedes CLK Cabrio AMG cuestan 10.000 más. Y el BMW es una máquina casi perfecta.— Prestaciones y comportamiento
— Nuevo cambio DKG
— Eficaz para todo uso
— Consumo y autonomía
— Maletero con techo abierto
— Equipamiento de base

DKG, el cambio