Bentley Continental Flying Spur Speed

Tras el Continental GT, le llega ahora al Flying Spur la oportinudad de disfrutar de la mecánica W12 de 610 CV adosada al apellido Speed. Esta versión, que es capaz de alcanzar los 322 km/h, recibe además ligeras variaciones estéticas externas e internas que completan una imagen más deportiva.

Bentley Continental Flying Spur Speed
Bentley Continental Flying Spur Speed

Ni los mismos responsables de Bentley se imaginaron el éxito del Continental GT Speed cuando fue lanzado al mercado. Por ello, no es de extrañar que traten de repetir el experimento con la berlina Continental Flying Spur que, hasta ahora, estaba limitado a “sólo" 560 CV. Para conseguir esos 50 CV extras, se ha reducido la fricción interna del motor, se han aligerado determinadas piezas y se implanta un nuevo sistema de gestión. No sólo la ganancia de potencia es importante –9 por ciento- sino que la de par es aún mayor, alcanzando un 15 por ciento. Por ello no son de extrañar las cifras de asombro que caracterizan a este Flying Spur Speed: sólo 4,8 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado y una velocidad máxima de 322 km/h. La prueba de conducción realizada tanto en circuito de pruebas como en las carreteras alemanas, algunas de ellas sin limitación de velocidad, nos han dejado bastantes cosas claras. La primera de ellas es que este Flying Spur Speed posee las prestaciones de un deportivo de primera división y una agilidad y frenada impensable a simple vista para un modelo que anuncia 2.475 kg de peso en vacío. Con su potente motor, el Speed sobrepasa los 250 km/h “sin despeinarse" y sólo a partir de 280 km/h empieza a costarle romper el muro de aire. Hemos de reconocer que por falta de espacio y cuestiones de tráfico no pudimos llegar a los 300 km/h –nos faltaron una decena- pero lo que sí queda claro es que, a ese ritmo, el nivel sonoro es desagradable –pese a los 5 dB que se anuncia recortan los nuevos sistemas insonorizantes- y el firme debe ser plano como un espejo para no tener movimientos parásitos, que asustan bastante. Las medidas para que estas situaciones se minimicen se han traducido en una rebaja de la suspensión delantera en 10 mm, los cojinetes de la dirección son más rígidos y el tacto de ésta se ha mejorado. Las llantas son de 20 pulgadas de diámetro, y sólo en ellas caben los frenos cerámicos de carbono que generan una potencia de frenada espectacular, una resistencia encomiable y se anuncian como tan longevos como el propio vehículo. Los retoques estéticos de esta versión se reducen, principalmente, a un cromado más oscuro de la parrilla y tomas de aire, un volante de tres radios de estética más deportiva, un salpicadero opcional con inserciones de aluminio en lugar de madera y unos pedales realizados en aquel ligero metal.

Además de la aparición de la versión Speed, el propio Flying Spur recibe un buen número de novedades, tanto tecnológicas como de equipamiento. El Flying Spur, desde su lanzamiento en 2005, ha disfrutado de un éxito sin parangón en el segmento de las berlinas de gran lujo. A partir de ahora, recibe sutiles evoluciones estéticas en el frontal y zaga. La parrilla se emplaza ahora más vertical con tomas de aire inferiores más amplias y embellecedores cromados en los faros. Se ha realizado un esfuerzo importante para reducir el nivel sonoro dentro del habitáculo, con la introducción de nuevos cristales fonoabsorbentes, más material aislante en los pasos de rueda y en los bajos de la carrocería. Detrás, los paragolpes son más envolventes y aparecen cromados en los pilotos. El bastidor presenta un aumento del aluminio utilizado en la suspensión y se ha modificado los tarados de muelles, amortiguadores y barras antibalanceo. Las llantas de 19 pulgadas son de nuevo diseño y los neumáticos se realizan específicamente para este modelo. La dirección se ha modificado internamente para proporcionar una mejor respuesta y un mejor tacto mientras que el sistema de control de estabilidad posee ahora un punto intermedio de intervención, que permite un cierto grado de patinaje en las ruedas para disfrutar de una conducción más “divertida". La seguridad también se potencia mediante la introducción del control de crucero con sensor de radar de largo alcance. Cuando el sistema detecta que los vehículos que circulan por delante lo hacen más lentamente, frena de manera automática el vehículo para mantener la distancia de seguridad programada por el conductor. Los frenos pueden optimizar su rendimiento con la opción de los discos carbocerámicos que, además de por su casi indestructible material, se caracterizan por ser más grandes –420 mm de diámetro delante y 356 mm, detrás- con pinzas de ocho pistones y sólo instalables en las opcionales llantas de 20 pulgadas de diámetro. Además de por su excepcional rendimiento, este equipo de frenos resulta 20 kg más ligero, lo que mejora la respuesta de la suspensión. Por último, el Flying Spur es el primer modelo en ofrecer un equipo de sonido “Naim for Bentley", con una potencia de amplificación de 1.100 vatios y quince altavoces repartidos por el habitáculo. Este sistema se complementa con el opcional paquete de entretenimiento para las plazas traseras, que incluye dos pantallas LCD de 7 pulgadas tras los reposacabezas delanteros, un cargados múltiple de seis DVD y dos juegos de auriculares.