"Sin embargo, otros muchos amigos y familiares me comentan que los turbos de los coches están dando muchos problemas. Muchos de ellos se vuelven locos para saber las verdaderas causas y yo tengo mismo la misma curiosidad que ellos: ¿cuáles son las causas más habituales de las averías de los turbos?
Respuesta de nuestro experto técnico Luis Miguel Vitoria
Llevas razón que los turbos de los motores sobrealimentados está dando bastantes problemas. De hecho, entre los elementos periféricos del motor es de los que más averías tiene. Su coste mínimo y aproximado por avería es a partir de 1.000 euros.
Entre las causas por las que los turbos de los coches se averían, éstas son las más habituales:
- Aceite insuficiente al eje del turbo: en un elemento como el turbo que gira a un número elevadísimo de revoluciones (hasta 200.000 rpm), la falta de aceite puede provocar desgaste y, por tanto, ruptura. A su vez, ese aceite insuficiente se puede deber a diversas causas (obstrucción del latiguillo que lo envía o un mal funcionamiento de la bomba que lo mueve).
- Carbonización del aceite del turbo por temperaturas excesivamente altas: por este motivo y por otros muchos más, es crucial elegir el aceite adecuado con la viscosidad y tipología que recomienda cada fabricante en cada coche concreto.
- Cuando el aceite lleva excesivo tiempo sin sustituirse o es de mala calidad pueden encontrarse impurezas sólidas en él que se depositen en el eje y acaben por dañarlo.
- Algún resto de residuo o trozo metálico en el cárter que acabe taponando el latiguillo del aceite del eje del turbo. Todo este tipo de impurezas también pueden llegar a obstruir los latiguillos de alimentación o retorno del turbo. De forma paralela, también puede suceder que en la zona del turbo en la que está la turbina de escape puede haber algún objeto anómalo, que a su vez puede derivar en una avería en el sistema de distribución en el propio interior del motor (en este caso, el turbo quedará totalmente inutilizado).
- Filtro de aire, abrazaderas y manguitos rotos o en mal estado: si todos estos elementos no están en buen estado, puede entrar polvo, arena o cualquier otro tipo de impureza en el aire en el sistema de admisión que al final puede repercutir de forma negativa en el funcionamiento correcto del turbo.
- Temperatura muy alta en el escape puede acabar provocando fisuras y deformación en la carcasa del futuro. Si esto sucede, es que previamente puede haber posibles problemas en el intercooler, todo el sistema de escape, filtros, inyección...
- Rotura o avería en el mecanismo que orienta el flujo del escape hacia la turbina: este problema sólo se puede producir en los turbos de geometría variable (TGV).
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