Un estudio señala que unos minutos de limpieza en interiores con un producto perfumado pueden generar tantas partículas en el aire como los vehículos en una concurrida calle de una ciudad. El hallazgo sugiere, además, que puede ser perjudicial para la salud, por la exposición frecuente a estas partículas diminutas en suspensión, conocidas como aerosoles.
"Estaba absolutamente sorprendido de que la fregona produjera aerosoles potencialmente dañinos a tasas similares a las generadas por el tráfico en una calle concurrida", dice Nicola Carslaw, de la Universidad de York, quien investiga la contaminación del aire interior, pero no participó en el estudio.
"Hay mucha formación de partículas durante la limpieza, incluso en condiciones que consideraríamos muy normales"
"Hay mucha formación de partículas durante la limpieza, incluso en condiciones que consideraríamos muy normales", advierte Glenn Morrison, científico ambiental de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, que tampoco tomó aprte en la investigación.
Según recoge el estudio, el aire en los hogares, escuelas y oficinas a veces puede ser más sucio que el aire exterior, incluso en ciudades con problemas de contaminación. Cualquier tipo de quema (velas, incienso, cigarrillos) es mala. Las estufas de gas y los alimentos para cocinar también arrojan partículas poco saludables al aire, lo que puede causar asma y otros problemas de salud cuando se inhalan. Otras fuentes importantes de contaminación del aire interior incluyen productos de cuidado personal y limpieza, cuyas fragancias contienen productos químicos orgánicos volátiles, que reaccionan con el ozono en el aire, para formar pequeñas partículas conocidas como aerosoles.

Gran preocupación por el limoneno
En este sentido, una molécula que preocupa es el limoneno, que comúnmente se agrega a los limpiadores y al pulido de muebles, para ayudar a eliminar el aceite y la grasa.
En las personas vulnerables, la contaminación del aire por partículas puede causar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares
Cuando el ozono flota en los edificios, reacciona con el limoneno y otras similares llamadas monoterpenos, convirtiéndolos en peróxidos, alcoholes y otras moléculas que se convierten en partículas en el aire. Las pequeñas pueden alojarse profundamente en los pulmones, irritando las células y, con una exposición lo suficientemente alta, lleva a problemas de salud, como el asma. En las personas vulnerables, la contaminación del aire por partículas puede causar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Estudios anteriores encontraron que los productos de limpieza pueden generar dicha contaminación. Pero no todos estos experimentos fueron realistas o detallados. El nuevo estudio fue diseñado para revelar, minuto a minuto, lo que sucede con las reacciones en el aire durante una limpieza típica del piso.
Los investigadores llevaron sus instrumentos de laboratorio a una habitación con un volumen de aire de 50 metros cúbicos, aproximadamente.
Por la mañana, limpiaron el piso durante 12 a 14 minutos con un limpiador a base de terpenos. Luego, utilizaron instrumentos de última generación, para monitorear las moléculas y partículas a medida que reaccionaban durante los siguientes 90 minutos. "Este es el primer estudio que realmente analizó todo el proceso químico en condiciones interiores realistas", dice el coautor Philip Stevens, químico atmosférico de la Universidad de Indiana, Bloomington.

Después de que los investigadores recopilaron datos de la habitación, calcularon cuántas partículas de menos de media micra inhalaría una persona allí. Usando un modelo de computadora estándar, el equipo infromó en Science Advances que una persona promedio respiraría alrededor de 1 mil millones a 10 mil millones de nanopartículas cada minuto.
Eso es equivalente al tráfico de vehículos en una calle concurrida en una ciudad típica de Estados Unidos o Europa. También es casi lo mismo que cocinar con una estufa de gas o encender una vela.
Detección de radicales
Los investigadores también detectaron moléculas de corta duración llamadas radicales, como el hidroxilo y el hidroperoxilo, que se sabe que impulsan reacciones que crean partículas al aire libre. Pero la nueva investigación muestra que también pueden formarse en interiores, a partir de reacciones entre monoterpenos y ozono. "La velocidad a la que ocurre en interiores es sorprendente", afirma la coautora Colleen Rosales, postdoctoral en la Universidad de California, Davis. Carslaw agrega que este "hallazgo realmente importante" debería plantear preocupaciones sobre la calidad del aire interior.
La ventilación en el laboratorio, similar a un edificio de oficinas típico, no era lo suficientemente potente como para eliminar las partículas
¿Qué pasa con la apertura de ventanas? La ventilación en el laboratorio, similar a un edificio de oficinas típico, no era lo suficientemente potente como para eliminar las partículas. También puede ser un arma de doble filo, dicen los investigadores. Elimina las partículas, pero también puede traer ozono más peligroso del exterior.

Mantener los niveles de ozono por debajo de una parte por billón, ya sea reduciendo la ventilación o usando filtros de aire de carbón activado, ayudaría a reducir la formación de partículas, dicen los investigadores. También lo sería limpiar por la mañana o por la noche, cuando los niveles de ozono tienden a ser más bajos, y evitar los productos con limoneno u otros tipos de terpenos. Los filtros de aire portátiles también pueden reducir la concentración de partículas dentro de las habitaciones, dice el coautor Brandon Boor, ingeniero civil de la Universidad de Purdue.
Afortunadamente, el tiempo también ayuda: en las horas posteriores a la limpieza, las partículas recién formadas crecen en tamaño, después de lo cual se asientan fuera del aire. Mientras descansan sobre superficies, son inofensivas.
Fuente: Science.