Investigaciones de un medio estadounidense revelan que, a pesar de estar consciente de esto, la marca decidió venderla y pensar en una solución posterior.
Por Edmundo Cano
La caja de doble embrague de 6 relaciones DPS6, llamada ‘Powershift’ por Ford, que introdujo en el mercado con el Fiesta 2011 y que después incorporó el Focus a partir del 2012, ha sido una de las más problemáticas de la industria en los últimos años, pero una investigación recién develada por Detroit Free Press señala que la marca tenía total conocimiento de dichos problemas, y aun así la llevó al mercado, con el plan de desarrollar un arreglo que resolviera sus defectos para implementarlo más tarde.
La investigación es sumamente extensa, pero algunos de los detalles relevantes que saca a la luz es, en primer lugar, que la decisión de emplear una caja de doble embrague se tomó ya muy tarde en el proceso de desarrollo del Fiesta, por lo que el desarrollo de la transmisión fue apurado y atropellado, y lo caja no estuvo lista en el momento de su lanzamiento.
El reporte cita múltiples documentos donde los ingenieros advierten a Ford que la caja no estaba lista para salir al mercado, lo cual Ford ignoró, debido a que un cambio en la tecnología de la caja a esas alturas del desarrollo del nuevo Fiesta hubiera sido prohibitivamente caro y hubiera retrasado su salida al mercado, y procedió a la comercialización de la unidad incorporada en los autos antes mencionados.
Las quejas comenzaron a llegar a los pocos meses de que el Fiesta fue lanzado, y siguen apilándose hasta la fecha. Más tarde llegaron las demandas. Y un profundo desprestigio. Estimaciones internas que la misma Ford realizó del costo por el ‘control de daños’ debido a los defectos de la transmisión hacia el año 2020 ascienden a 3 billones de dólares.
Hasta el momento, la compañía no ha encontrado un arreglo viable para la transmisión, cuyo malfuncionamiento provoca que el auto pierda potencia al entrar en neutral súbitamente, o bien arrancar súbitamente cuando están detenidos. Ya ha habido accidentes provocados por este defecto, que afortunadamente no han dejado vidas humanas.
Aparentemente Ford consideró en algún punto desarrollar una transmisión completamente nueva y cambiarla, pero abandonó la idea por el altísimo costo que hubiera supuesto hacer algo así en autos con bajo nivel de ganancia, y porque su consumo de combustible habría aumentado considerablemente, uno de los puntos de venta más fuertes de ambos autos.
Luego de darse a conocer la investigación, Ford respondió a Detroit Free Press señalando que ‘actuó de forma rápida y determinada para investigar los problemas, alertar a los distribuidores, recomendar y pagar por las reparaciones, y extender las garantías de las transmisiones”, y finalizó diciendo que, si bien están conscientes de los problemas de la caja, “los vehículos en los que está instalada eran y siguen siendo seguros”.