Asistimos en primera persona al estreno del nuevo Seat Ibiza 2017, la quinta generación de uno de los coches más populares en la reciente historia de la automoción española, un automóvil que llegará a nuestro mercado en junio de este año.
En este primer acercamiento con el nuevo Seat Ibiza, te podemos asegurar que no es un diseño espectacularmente llamativo por los elementos estéticos rompedores que añade. Podría ser un mini León porque hay muchos trazos tomados aunque evolucionados de su hermano mayor. No será un coche llamativo de primeras en la calle porque a ver quién es el guapo que se atreve a modificar radicalmente un diseño que ha venido funcionando y de qué manera en los últimos años. Es verdad que el nuevo Seat Ibiza mantiene el ADN de marca que ahora lucen el casi recién llegado Seat Ateca y el renovado Seat León 2017, aunque con pequeños detalles que lo “engrandecen” como un capó con más “nervio”, unos pasos de rueda más esculpidos que en el León, unos nervios laterales que interaccionan en paralelo, unas ópticas traseras que muerden y mucho en los laterales…
En líneas generales, opinamos que el Seat Ibiza 2017 está bien proporcionado, con mayor anchura para el conjunto para ganar presencia estética y amplitud interior, con mayor batalla para ganar espacio para las rodillas y ocupantes de las plazas traseras, además de incrementar notablemente la capacidad del maletero y rebajar su boca de carga para facilitar las tareas con los bultos –el maletero tiene fondo a dos alturas, con la superior enrasando perfectamente con los asientos traseros cuando se abaten para generar una superficie de carga perfectamente plana-.
Seat Ibiza 2017: nos sentamos en su interior
Cuando tomamos asiento en el Seat Ibiza 2017 apreciamos un salpicadero con una consola central que busca al conductor para proporcionarle todo lo que necesita en materia de ergonomía, confort y seguridad. Moderno y bonito diseño del interior que agradecería algún mullido y no todo plástico en algunos de los sitios clave, de ésos que gusta tocar y en los que gusta hundir mínimamente el dedo. ¿Será esto detalle exclusivo para sus hermanos posteriores Volkswagen Polo made in Pamplona o Audi A1 made in Martorell? Pensamos que por aquí pueden ir los tiros.
En las plazas traseras, buen acceso a las mismas y con mucho espacio para rodillas y cabeza, fruto de una batalla que se incrementa en nueve centímetros y de una posición de los ocupantes muy hundida. También es reseñable que la visibilidad lateral para los ocupantes traseros puede verse hipotecada en el caso de niños o personas de baja talla, además de montar un voluminoso túnel central que puede restar espacio en la quinta plaza. También la visibilidad en maniobras puede verse algo entorpecida por una base del pilar C con mucho impacto en el ángulo de nuestra mirada al girar la cabeza hacia la derecha. Primeras impresiones que tocará refrendar o corregir en nuestra primera toma de contacto dentro de cuatro meses.
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