Hacia tiempo que Lamborghini no sacudía un golpe de efecto en el planeta motor. Y ya se le esperaba. Desde que en 1998 la marca de Sant’Agata Bolognese se integrara en el Grupo Volkswagen (que, por cierto, le salvó de la quiebra) ninguno de sus superdeportivos había causado tanta sensación. Llegó el “pequeño” Gallardo, pero nacido ya de un programa para compartir estructura con el posterior Audi R8. Hoy, en cambio, el Aventador parte de un profundo desarrollo completamente propio y con toda la tecnología a su alcance. Y es que su misión es ya sustituir al “buque insignia” de Lamborghini: al gran Murciélago.
“Es un salto hacia el futuro. Al menos dos generaciones más avanzado en términos de diseño y técnica”. Así presentan desde Lamborghini su nueva criatura, un superdeportivo afiladísimo, puro músculo. Y muy innovador. Ya desde su estructura, formada por un monocasco fabricado en fibra de carbono (material que otorga altos niveles de ligereza y rigidez torsional) sobre el que se estructura una carrocería con numerosos componentes en aluminio (caso de marcos, puertas, capó delantero…). Todo para obtener un peso de sólo
Una ligereza desde luego sorprendente teniendo en cuenta las dimensiones del futuro Aventador. Porque a pesar de sus proporciones extremadamente deportivas (con una altura de sólo
Abrimos sus dos puertas (por supuesto, como los legendarios Countach, Diablo y Murciélago, de apertura vertical en tijera) y encontramos en el nuevo Aventador una calidad de realización también desconocida en Lamborghini. Cierto que la distribución de los sistemas multimedia, así como el Drive Select de ajuste de dirección, motor, suspensión o transmisión, es muy similar a Audi, pero con todos los mandos y componentes de factura propia. A destacar un lenguaje de diseño con inspiración aeronáutica y una innovadora instrumentación por pantalla TFT. Claro que, lo mejor, llegará al pulsar el botón de arranque…
Bajo peso, enorme motor y fantástica aceleración. Con 700 CV de potencia, el Lamborghini Aventador anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 2,9 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h. Promete batir récords.
… Rugido e infinita aceleración. Ubicado opcionalmente bajo una cubierta transparente, el Lamborghini Aventador estrenará un poderosísimo V12 de nuevo desarrollo y cifras mareantes. Para hacernos una idea:
Como no podía ser de otro modo, tanta potencia será transmitida al suelo por Lamborghini a través de tracción a las cuatro ruedas. Su sistema, mediante embrague Haldex, distribuye la fuerza hacia el eje delantero o trasero en cuestión de milisegundos. Detrás, un diferencial autoblocante junto a un diferencial delantero electrónico y controlado por el ESP reforzarán la dinámica del súperdeportivo.
Junto a este conjunto, Lamboghini apuesta en el Aventador por una transmisión automatizada de 7 velocidades, denominada ISR (Independent Shifting Rods). Se trata, en realidad, de una caja robotizada (con un tiempo de respuesta entre marchas de 50 milisegundos, asegura Lambirghini que es la más rápida de su clase) similar a la que emplean el Audi R8 o el Lamborghini Gallardo, pero con dos sincronizadores simultáneos para engranar marcha. La marca italiana anuncia que no sólo es más ligera que una tradicional de doble embrague, sino también más compacta que una caja manual convencional.
En todo súperdeportivo, mejor no mirar la eficiencia. Pero el Aventador rebajará en un 20 por ciento los consumos del Murciélago a pesar de su mayor potencia. Homologará 17,2 l/100 km de media.
En cuanto a la amortiguación, Lamborghini sorprende con todo un recital técnico. Y es que su nuevo Aventador equipará una sofisticada suspensión tipo “Pushroad”, inspirada en