Por fin Seat ha mostrado su nuevo León Cupra, uno de los coches sobre los que más ganas tenía de hablar. Poco antes del verano acudía a una invitación de Seat para probar el nuevo León Cup Racer, el León de carreras. Todo apuntaba a que sería una jornada dentro de lo normal; sin embargo, Seat me tenía preparada una grata sorpresa. Llegué al circuito de Castellolí, que tiene un trazado precioso, por cierto, y lo primero que hizo Fernando Salvador, el director de Comunicación, fue llevarme a ver los boxes. Una vez ahí me dijo: 'Dani, tengo una sorpresa, pero antes de verla tienes que firmar aquí. Miro el papel y lo primero que leo es ¡León Cupra! Pues nada, firmé rápidamente, dejé mi teléfono sobre la mesa, se aseguraron que no tenía una cámara escondida y ‘pa' dentro’.
Lo primero que me llamó la atención es su discreción estética. A primer golpe de vista no parecía ser muy diferente de un León convencional. Ya cuando lo miras detenidamente es cuando encuentras las diferencias: un frontal algo distinto, el diseño de llantas, las pinzas pintadas en rojo y un alerón en la parte alta del portón trasero marcan su propia personalidad. En el interior sí se nota más que es un León diferente, aunque no sé si los preciosos asientos que tenía esta unidad de muestra serían los que definitivamente lleguen a la serie, o, al menos, si lo harían como opción o de serie; el caso es que me gustaron mucho, tanto por diseño como por ergonomía deportiva.
La principal novedad que presenta este Cupra es la variedad. Se trata de una versión minoritaria en ventas, de ahí que en anteriores generaciones Seat se limitó a desarrollar un único coche por cuestiones puras de rentabilidad. Ahora, y gracias a la implantación de la fabricación plena por módulos, Seat se puede permitir el lujo de ofrecer mayor variedad, puesto que en el Grupo Volkswagen ya no se saca la rentabilidad por modelos, sino por módulos. Esto ha permitido que el Cupra de esta generación pueda tener carrocería de tres o cinco puertas, caja de cambios manual o automatizada DSG y cualquier otro ‘gadget’ interesante que haya disponible dentro de la oferta del Grupo VW, y que pueda hacerlo aún más potente y deportivo, como por ejemplo la suspensión adaptativa o el diferencial activo VAQ. Lo único que se descarta es la tracción total, que en el León sólo queda reservada para la carrocería familiar.
Otra de las curiosidades, que todavía no entiendo muy bien, es la posibilidad de elegir el Cupra con dos potencias distintas. Con el mismo motor se puede configurar con 265 ó 280 caballos y los dos se denominarán igual, ya que la ‘R’ se deja para más adelante. En cualquier caso, bienvenido sea. Una vez visto y tocado le damos nuestra aprobación, por lo que ya sólo queda conducirlo para ver si realmente es tan fiero como pretenden sus datos oficiales, que son muy buenos. Se pone a la venta en febrero pero en breve podremos conducirlo, así que permanece atento, que te lo contaré.