El hecho de que el Mercedes Clase A rompiese la tradición de la marca al hacer un coche pequeño y tracción delantera supuso algunas críticas entre los aficionados. Ya se sabe que los puristas no siempre tenemos la razón, es más, en cuestiones de ventas nos equivocamos siempre, algo que no ha hecho el mismo CEO de Daimler, Dieter Zetsche. Una vez subsanado el error de un excesivamente pequeño y raro Mercedes Clase A de primera generación, el camino para la tercera ya está claro. La arquitectura modular ha permitido, y permitirá, contener costes y distribuirlos entre una ingente cantidad de nuevos modelos, que le están dando, y darán, un rentabilidad económica suficiente como para que Dieter Zetsche duerma tranquilo; Mercedes es económicamente más fuerte que en mucho tiempo.
En EE.UU. el sedán compacto coupé Mercedes CLA conquistó el 80 por ciento de los nuevos clientes de la marca. No es de extrañar que los distribuidores y clientes estén pidiendo más coches de este tipo. Además de atraer nuevos conductores a la marca, Mercedes con el Clase A ha logrado bajar la edad media de su cliente, algo que hace unos años parecía imposible. Este ha sido el primer paso. Una vez convencido el conductor nuevo, al que le van a dar más versiones todavía, hay que terminar de convencer al tradicional comprador de la marca que todavía ve en el Mercedes Clase A un vehículo de tracción delantera y sin la calidad de las Clases S, E o C. La tercera generación esperada para 2018 apostará, sobre todo, por la calidad. Antes vemos el 'restyling', que ya está en los concesionarios.
Futuros Mercedes Clase A
Hasta ahora la distancia entre ejes era fija, lo que resulta que el actual Mercedes CLA y sus 4,63 metros de largo "no tenga proporciones ideales" como un gerente de Mercedes nos admite a puerta cerrada. Esto será diferente con la nueva arquitectura, que permitirá variar la batalla hasta en 20 centímetros. Esta flexibilidad hará que Mercedes pueda ofrecer más modelos todavía, lo que rentabilizará aún más el producto y contener los costes. Así, mientras que con la actual plataforma un SUV GLA crece sólo unos pocos centímetros respecto a un Clase A normal, con la nueva generación dará paso a un auténtico SUV denominado Mercedes GLB, con por lo menos 500 litros de maletero y hasta siete asientos, que lo convertiría en la alternativa barata a la Clase GLC. El precio de un coche así estará entorno a 30.000 euros, para colocarse como rival directo de la versión larga del nuevo VW Tiguan. Debido a esto y con los SUV en alza frente a los monovolúmenes, la Clase B tendrá menos probabilidades de éxito. Mercedes apuesta que en el futuro las familias querrán tener un SUV de gran tamaño antes que un monovolumen. El Mercedes GLB será así el primer modelo que estrene la nueva base. Otro de los objetivos de la nueva plataforma será el de bajar todos los modelos al menos en 50 kg, que otorgaría al Clase A normal un peso por debajo de los 1.300 kg.
Tras el Mercedes GLB en 2018 también se estrenará la nueva Clase A, para luego, y ya en 2019, sacar las exitosas Clases CLA y GLA. Inicialmente nacido por concepto para el mercado chino, el nuevo Mercedes CLA también tendrá su versión familiar Shooting Brake, ya que el actual se está vendiendo bien, a diferencia de su hermano mayor CLS Shooting Brake, hundido en las ventas. Es más, en Mercedes piensan en una versión off-road basada en él, con suspensión elevada en el estilo del Audi A4 Allroad. Dos nuevas variantes son posibles: un coupé de dos puertas con cuatro plazas y un deportivo tipo roadster firmados ambos por AMG, rivales desde un Audi TT a un Porsche Cayman. El roadster podría incluso reemplazar al propio y caro Mercedes SLK; sería así con techo de lona y, otra tradición rota, con tracción delantera o total. Ya todo es posible.
En toda esta maraña de coches se mantiene al jefe de Diseño Gorden Wagener, quien apuesta por unas mejores proporciones en toda la gama, a excepción del Mercedes GLB que ha de tomar prestado parte del estilo del legendario Clase G; una interpretación moderna, por supuesto. El diseño interior de toda la Clase A se basará en el actual Clase C, con una nueva pantalla táctil de gran tamaño integrada. ¿Cambio de la filosofía? Sí, adiós a la pantalla tipo postizo de la actual generación y hola a una completa integración del teléfono móvil. Todos ellos estarán impulsados por motores turbo de cuatro cilindros (diésel y gasolina) nacidos de la cooperación con Renault-Nissan, de 1,4 a 1,8 litros (esta unión nos hará ver a varios modelos de Infiniti con la arquitectura de la Clase A). No faltarán un Mercedes Clase A híbrido enchufable de gasolina ni un coche eléctrico puro, pero esté último sobre la Clase B "Necesitamos espacio para capacidad de la batería y esto sólo será posible en un B", nos comenta alguien de dentro. Tendrá componentes Tesla; el objetivo es una autonomía de al menos 500 km. ¡Ah! y no nos olvidamos: habrá Clase A y CLA 45 AMG, ahora con más de 400 caballos.