El nuevo Land Rover Defender, listo en 2018

El nuevo Land Rover Defender podría estar listo en 2018 y será un coche sencillo y económico, dos atributos que estaban en el modelo original que ha cesado la producción.

Luis Miguel Vitoria. Twitter: @luismivitoria

El nuevo Land Rover Defender, listo en 2018
El nuevo Land Rover Defender, listo en 2018

Todo apunta a que tendremos que esperar a 2019 para poder conducir el nuevo Land Rover Defender (la producción arrancará a lo largo de 2018). Eso es lo que apuntan medios especializados británicos, por mucho que para Land Rover esa sustitución se haya convertido en una prioridad y una vez que la fábrica de Solihull haya producido la última unidad del coche que venía fabricando desde casi siete decenios. ¿Las razones para detener esa producción tras 68 años? Muchas y variadas, pues van desde que la estructura del Land Rover Defender no podía cumplir las normas relativas a las pruebas de choque a la dificultad para adaptarse a los requisitos medioambientales que se pondrán en marcha más allá de la Euro6. Incluso, porque apenas se vendían entre 15.000 y 20.000 unidades por año, lo que podría haber sido un problema en términos económicos para Land Rover si no hubiese sido porque el proceso industrial —desde los proveedores hasta el utillaje— estaba ya suficientemente rodado y amortizado.

Land Rover Defender: más que un coche, una familia

El objetivo perseguido por Land Rover con el nuevo Defender es conseguir un precio relativamente asequible para un coche del que o se espera un volumen muy grande de ventas: no en vano se habla de unas 50.000 unidades al año. Por eso se hace necesario emplear en el Land Rover Defender todos los recursos disponibles ya en la marca para la elaboración de su actual gama. Esto incluye, desde luego, la estructura de aluminio, como la carrocería; suspensiones independientes en ambos ejes —¡sí, para las cuatro ruedas, anatema para los más puristas amantes del todoterreno clásico entre los clásicos!— y una configuración de tracción total con un sistema, probablemente, conectable de modo automático firmado por Haldex y dotado de reductora para hacer más factibles las salidas fuera del asfalto.

Esa obsesión de Land Rover por conseguir que sea poco costoso de producir, incluso podría llevar la producción de este Defender, todo un emblema patrio para los británicos, fuera de las Islas. Así se especula, por mucho que eso podría ser un baldón para el orgullo inglés,  con la posibilidad de que el nuevo Land Rover Defender acabe fabricándose en la factoría que la marca acaba de abrir en Nitra (Eslovaquia) y en donde, a lo largo de este año, comenzará la producción de algunos de los modelos del grupo industrial.

Entre la información que se filtra es desde Land Rover está que el nuevo Defender no sería mucho más grande que los actuales —recordemos que el 90 mide 3,92 m de largo y el 110, 4,64 m—, que convendrá hablar más que de un modelo de una familia, quizá al estilo de lo que ya viene ocurriendo con otros coches como los Mini o los Fiat 500, pero sin tanta diversidad como la que tenía el Land Rover Defender retirado de la producción hace apenas dos semanas.

Lógicamente más moderno, la sencillez seguirá siendo una de sus señas de identidad este Land Rover Defender que empezaría a producirse en 2018 y del que aún quedan muchos detalles, incluso de diseño, por definir; si bien en el concept-car DC100 mostrado por Land Rover en 2011 ya apuntaba por donde podían ir los tiros en este sentido.

(*). Nota: la foto del principio de este artículo corresponde a uno de los últimos prototipos mostrados por Land Rover.

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