Mazda SISS

Mazda ha presentado un sistema de start-stop (arranque y parada automática de motor en los semáforos) que promete ser el más rápido del mercado. También ha presentado su nuevo motor 2.2 Diesel.

Mazda SISS
Mazda SISS

Respondiendo al reto de rebajar el consumo en un 30 por ciento como media de los coches que venda en el mundo para 2015, Mazda ya ha mostrado tres de las tecnologías que empleará para conseguirlo.

El problema, más psicológico que real, de los start-stop, que evitan despilfarrar combustible mientras giran al ralentí en un semáforo en rojo es la duda de si volverán a arrancar ‘a tiempo’. Mazda se ha centrado en minimizar el tiempo desde que se da la orden de ponerse en marcha –normalmente al pisar el embrague para meter la primera- y que el motor esté ya listo para empujar.

El sistema SISS de Mazda se aprovecha de la inyección directa, que en teoría podría inyectar combustible en la cámara y hacer saltar un chispa, generando una explosión con la que el motor se pondría en marcha. Ni siquiera haría falta motor de arranque eléctrico. Sin embargo, no lo han conseguido, como tampoco otros fabricantes, pero en la búsqueda han conseguido recortar la actuación del motor de arranque y el tiempo de puesta en marcha es la mitad que en sus competidores, señala Mazda.

El sistema SISS de Mazda se incorporará en modelos para el mercado europeo en la primera mitad de 2009.

Para poder arrancar con facilidad, el factor clave se encuentra en saber detener el motor con los pistones en una posición muy concreta, pensando en cómo se reiniciará. En resumen, conocerán ‘ónde está cada pistón’ antes de que gire el motor de arranque, en lugar de esperar ‘a leer dónde se encuentra’ a medida que el motor de arranque lo haga girar. Al afinar el proceso de parada dicen que también consiguen una detención del motor mucho más suave y confortable para los ocupantes. Por el momento, no han cuantificado el ahorro.

Mazda estrenará a principios de 2009 su nuevo motor Diesel MZR-CD 2.2, que como indica su denominación se suma a la tendencia japonesa de motores 2,2. ¿Mucha cilindrada? Sí con los patrones europeos, pero se siguen los cánones japoneses de que es la manera de conseguir poder ‘robar’ suficiente energía para limpiar el escape sin perjudicar el par motor. Fuerza, de sobra, porque anuncian superar el listón ya clásico de los 40 mkg de los poderosos, con una potencia de 185 caballos.

El nuevo motor acude a tendencias tan actuales como reducir la relación de compresión para permitir un funcionamiento más suave e inyectores de muy alta presión (sin adelantar ningún valor en ambos casos).

Sin especificar demasiado, también anuncia Mazda un nuevo filtro de partículas, ‘el primero con mecanismo de activación’ (según la información oficial), que gracias a la estructura molecular del catalizador cerámico aumenta la velocidad de combustión de las partículas y las tasas de regeneración.

El último de los avances anunciados para los próximos modelos será una nueva tecnología de inyección de plástico, que podría ser aplicada a casi cualquier de los presentes en vehículo, con la que pretenden bajar el peso.