Espectacular envoltorio, en tamaño y presencia, para el nuevo Audi A7. Casi cinco metros para este cuatro plazas -1,91 metros de ancho y 1,42 metros de alto- que aporta el dinamismo estético que habíamos criticado al más señorial Audi A8 cuando se lanzó hace un año. En este caso, se apuesta por un línea coupé y un portón trasero que aporta practicidad y un maletero de 535 litros que pueden subir hasta 1.390 litros si abatimos los asientos.
Su arranque mecánico se producirá con cuatro motores V6, dos gasolina y dos Diesel, con una gama de potencias para el Audi A7 que se sitúa entre 204 y 300 CV, y siempre con start&stop y sistema de recuperación de energía. En el lado de los FSi –gasolinas- encontramos un 2.8 con 204 CV a 5.250 rpm que genera 28,5 mkg de par. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanza 235 km/h de velocidad punta con un conumo medio de 8 litros cada 100 kilómetros -187 g/km de CO2-. El gasolina más potente del A7 es el 3.0 TFSI con compresor y 300 CV de potencia asociados a un par de 44,8 mkg entre 2.900 y 4.500 rpm. 5,6 segundos necesita para alcanzar los 100 km/h y su velocidad máxima se autolimita electrónicamente a 250 km/h. 8,2 litros cada 100 kilómetros para la versión más potente de la gama.
En el lado Diesel, dos variantes 3.0 TDI: la menos tragona con 204 CV y 5,3 litros de consumo medio para emitir 139 g/km de CO2. Sus prestaciones, tampoco son desdeñables con 7,6 segundos en el 0-100 y una velocidad máxima de 235 km/h. Por encima, una vuelta de tuerca a este motor aumenta la potencia hasta 245 CV con 51 mkg de par motor y 6,5 segundos en el 0-100 km/h con una velocidad máxima regulada electrónicamente de 250 km/h con seis litros de consumo medio cada 100 km, o, lo que es lo mismo, 158 g/km de CO2.
En el capítulo de la transmisión, dos opciones con dos tecnologías diferentes para el nuevo Audi A7, en ambos casos dejando que mande el coche o que seamos nosotros los que accionemos el pomo del cambio o las levas tras el volante: multitronic que envía la fuerza a las ruedas delanteras –ocho relaciones también menejables manualmente y con modo deportivo- y el S Tronic de siete velocidades que se combina con la tracción integral permanente quattro que recibe su última actualización estrenada recientemente en el todopoderoso Audi RS5 –en los dos casos vemos un spoiler que se despliega al alcanzar los 130 km/h y se retrae cuando la velocidad baja a los 80 km/h-. En configuración estándar el reparto de fuerza se sitúa en 40:60 para el eje delantero y trasero, respectivamente, mientras que en caso de necesidad puede lanzar hasta el 70 por ciento delante y hasta el 85 por ciento detrás.
Un coche que