El director ejecutivo de Ford Motor, Jacques Nasser, asumió, el pasado miércoles, todas las responsabilidades por los problemas y las demoras producidas en los lanzamientos de las últimas generaciones de los todo terreno Explorer y Escape. En ningún momento hizo referencia a los accidentes en los que estuvo implicado el primero, ni a la ruptura de relaciones con Bridgestone/Firestone a la hora de dirimir culpas en estos siniestros.
En 2000, la comercialización del Ford Explorer tuvo que ser retrasada varios meses por la retirada de 6,5 millones de neumáticos Firestone montados en su antecesor. Además, los responsables de Ford no quisieron precipitarse con el Explorer, después de que el nuevo Escape hubiera sido llamado a examen en cinco ocasiones.
Previsto para el segundo semestre de 2000, finalmente fue lanzado en marzo de 2001. Incluso recibió dos nuevas llamadas a revisión tras su comercialización.
"Asumo la responsabilidad por estos lanzamientos, aunque tengo que decir que es atípico en nosotros".
De todos modos, en la que fue su primera comparecencia pública desde finales de julio, Nasser defendió sus decisiones y estrategias de mercado, porque, en conjunto, habían llevado a Ford a una mejora de calidad y a una mayor satisfacción del cliente.
"En resumen, no cambiaría mi lugar con nadie en la industria de la automoción", aseguró un Nasser convencido.