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Ante momentos de duda, los automovilistas tienden a buscar ayuda en la pantalla, dejando de mirar la vía durante unos segundos. Además, si las indicaciones del navegador son muy seguidas y rápidas, el conductor intenta buscar el itinerario en la pantalla, desviando su vista de la vía. Del estudio de Autopista y el Instituto Mapfre también se desprende que, cuando las instrucciones son confusas, el conductor tiende a disminuir notablemente la percepción de la señalización. De hecho, 4 de los 14 conductores a los que se sometió a una prueba de campo con navegadores llegaron a entrar en una calle en dirección prohibida. Estas situaciones conflictivas tienen dos causas principales: instrucciones no fácilmente comprensibles, -como puede ocurrir en el caso de las rotondas o de cruces poco habituales-,e instrucciones verbales que muestran mensajes erróneos –producidas cuando la cartografía del aparato no se corresponda con la realidad por falta de actualización u obras-.El estudio también pone de manifiesto que es necesario un periodo de aprendizaje previo de uso para interpretar correctamente las instrucciones y no despistarse.
Y el trabajo va más allá: un uso correcto del navegador puede mejorar la seguridad del conductor porque su principal ventaja es la anticipación del navegador frente a la señalización indicadora. Si quieres saber más sobre este trabajo, no dejes de buscarlo en las páginas de Autopista. Se publica completo el próximo martes, 26 de diciembre. No te lo pierdas.