“Los conductores españoles suspenden respecto a los límites de velocidad". El Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) y el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (Intras) no pueden ser más rotundos. Según un estudio basado en el análisis del comportamiento de 4.500 conductores, conducir por encima de la velocidad que marca la ley es algo muy común entre los conductores españoles. Los expertos del Intras aseguran no tener muy claro el por qué de esta actitud. Para el responsable de este instituto, Luis Montoro, la velocidad es un valor social muy difícil de abordar. Los expertos del Intras aseguran no tener muy claro el por qué de esta actitud. Para el responsable de este instituto, Luis Montoro, la velocidad es un valor social muy difícil de abordar. Las conclusiones definitivas se darán a conocer en otoño, pero ya han esbozado lo que podríamos denominar los 10 pecados capitales de los conductores españoles. Los tres primeros están relacionados estrechamente con la velocidad. 1. No se hace caso de los límites de velocidad en la autopista.
2. Se pasa por alto los límites de velocidad a fin de seguir el flujo del tráfico.
3. Al mirar el velocímetro se descubre, sin darse cuenta, que se está viajando a una velocidad superior al límite legal.
4. Se realizan estacionamientos breves en zonas que están prohibidas con el fin de hacer un recado o gestión.
5. Se planifican mal los viajes o trayectos y, como consecuencia, no se evitan los atascos.
6. Se conduce a más velocidad de la permitida a altas horas de la noche o de madrugada.
7. En las intersecciones no reguladas se cede el paso a vehículos que proceden de la izquierda cuando no tienen preferencia.
8. Nos equivocamos en la salida de las rotondas por no leer correctamente la señalización.
9. Se abusa de la bocina para expresar el enfado.
10. Nos olvidamos con frecuencia del lugar donde hemos dejado estacionado el coche. Bajo el lema, "aunque usted pueda, España no puede", nuestro país adoptaba en 1973 los límites de velocidad en las carreteras. Los conductores debían adaptar su marcha a la de la economía (la crisis del petróleo azotaba Occidente y el Gobierno quería racionalizar el uso de combustible). Con la llegada de las autopistas -en 1980-, se permitió los 120 km/h para dichas vías (y, 12 años después, se instauraba también esta velocidad en las autovías). Desde entonces, España sigue a piñón fijo rodando a 120 km/h. En ese tiempo, los coches han cambiado vertiginosamente y las carreteras también, pero la DGT ha decidido mantener los límites. ¿Por qué?
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