Los distribuidores independientes de combustible denuncian a las grandes petroleras

Hace dos semanas anunciaron que lo harían y ayer lo llevaron a cabo. La Plataforma de Defensa de la Competencia, integrada por pequeñas petroleras, gasolineras independientes y distribuidores de gasóleo, ha presentado una denuncia ante el Servicio de Defensa de la Competencia acusando a las grandes operadoras de llevar a cabo prácticas comerciales ilegales.

Hace ya años que las gasolineras independientes, sobre todo las andaluzas que dirige Andrés Delgado, andan a la gresca con las grandes petroleras.
Ya habían presentado antes muchas denuncias contra contratos de abanderamiento que consideraban ilegales y otras prácticas del sector. Ahora, se han unido a pequeñas petroleras independientes con fama de aguerridas, como la catalana Meroil. También se ha sumado al frente Codigas, la Confederación de Distribuidores de Gasóleo y, por primera vez en mucho tiempo, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEES. Para sumar un punto de novedad a la agrupación, se han apuntado los hipermercados Bon Preu y Caprabo, otrora enemigos irreconciliables de las gasolineras convencionales.
Todos juntos agrupan a todo el sector de distribución de combustibles que está fuera de las marcas de Repsol, Cepsa y BP. Y se han enfrentado a ellas con toda la fuerza que les da una presión social casi desbordada y unos precios desconocidos en la historia.
Ayer formalizaron una denuncia ante el Servicio de Defensa de la Competencia acusando a las tres grandes compañías de llevar a cabo prácticas comerciales ilegales. La demanda se ha llevado también a la Comisión Nacional de la Energía.
Román Ruiz, presidente de Codigas y responsable de la Plataforma, ha informado que se ha presentado una denuncia por cada entidad integrante de la asociación, pues ésta no puede hacerlo por sí sola. Además, ha explicado que su principal acusación habla de "dumping", es decir, venta por debajo del precio de coste. Según los independientes, las grandes marcas mantienen precios artificialmente bajos para no alarmar en demasía a la sociedad. Como consecuencia de esa política de precios, el resto del sector pierde mucho dinero, puesto que no puede competir.
Las grandes operadoras se pueden permitir estas estrategias, ilegales, porque ganan mucho dinero con sus áreas de extracción y refino, actividades que el resto de empresas no realizan.
Ruiz insiste en reclamar del Gobierno una defensa real de la competencia.
En el próximo mes, la Comisión Nacional de la Energía deberá elaborar un informe con la documentación presentada por los denunciantes. Ese informe se estudiará en el Servicio de Defensa de la Competencia, que decidirá si eleva el caso a el Tribunal del ramo.

La Opep tranquiliza los mercados
Mientras los empresarios españoles piden en la práctica que se repercutan los precios del petróleo en sus tarifas, la diplomacia internacional lucha desesperadamente para que bajen y se calmen los mercados.
La situación es bastante grave, pues hace más de diez días que no hay bajadas clara y el precio se ha instalado por encima de los 32 dólares y ayer cerró a 33,73 dólares en Nueva York.
La Opep acaba de hacer público un comunicado en el que indica que hará funcionar su

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mecanismo de banda de precios si la cotización de su "cesta de precios" no baja de los 28 dólares. Esta medida debería tomarse a finales de esta semana. De momento, la noticia ha calmado un poco los ánimos, muy encrespados por la escalada bélica que vive Oriente Medio.
Los países occidentales temen que los exportadores árabes presionen a Estados Unidos a favor de Palestina. El arma que utilizarían en su presión sería el petróleo: cortar los envíos. Esta especie de asedio global llevaría los precios a límites insospechados.
Bill Richardson, secretario de Energía de Estados Unidos, ha vuelto a ponerse en campaña para tranquilizar los ánimos de los operadores. De momento, ha logrado el compromiso de la Opep para producir más.
Sería el cuarto aumento de las extracciones en lo que va de año. Las otras tres veces que la Opep ha incrementado el caudal de sus bombas, sólo se ha logrado blanquear los excesos de producción que se estaban produciendo en los países del cartel. El efecto buscado, bajar los precios, fue simplemente momentáneo en los tres casos.