La OMS insiste en que el 90 por ciento de estas defunciones se registran en países con ingresos bajos o medios, donde la tasa de mortalidad duplica la de los países desarrollados. Del mismo modo, el informe muestra cómo la mitad de las muertes son peatones, ciclistas y motoristas, lo que refleja la necesidad de adoptar políticas de seguridad vial con "una perspectiva amplia de todo lo que sucede en las carreteras".
Entre diversas propuestas, la organización aboga por que las nuevas infraestructuras pueden separar a los usuarios motorizados y no motorizados, que actualmente comparten espacio vial. También sugiere una mayor inversión en transportes públicos para reducir el riesgo entre los usuarios vulnerables, y estrategias que fomenten los desplazamientos a pie y en bicicleta. Dos alternativas que son ya las principales modalidades de transporte en algunos países de ingresos bajos y medios.
El informe muestra algunas tendencias sorprendentes de la mortalidad en varios países de ingresos medios que han pasado por una fase de rápida urbanización y motorización. Esto lleva a pensar que muchos países que aún tienen que realizar esa transición podrían ver aumentada su mortalidad por accidentes de tráfico, a menos que emprendan de inmediato iniciativas para implementar varias medidas de seguridad vial.