Huelga de celo de los taxistas madrileños contra las multas

Entre el próximo 21 y 27 de julio los taxistas madrileños están llamados a la huelga, aunque de celo. Cansados de ser multados “excesivamente", a través de esta protesta se han comprometido a respetar escrupulosamente los límites de velocidad en la capital, con el consiguiente peligro de colapso.

Los taxistas de Madrid están cansados de que la ley se aplique "a pies juntillas" con ellos. Se quejan de que la policía municipal les está multando “excesivamente" por lo que uno de las asociaciones más importantes del sector, la Federación Profesional del Taxi, que cuenta con 5.000 afiliados, han amenazado con “huelgas de celo" mensuales. Los taxistas de Madrid están cansados de que la ley se aplique "a pies juntillas" con ellos. Se quejan de que la policía municipal les está multando “excesivamente" por lo que uno de las asociaciones más importantes del sector, la Federación Profesional del Taxi, que cuenta con 5.000 afiliados, han amenazado con “huelgas de celo" mensuales. Esta medida, que en teoría, deberá alegrar a las autoridades municipales, puede salirle cara al consistorio, ya que existe el peligro que los taxistas, con este exceso de celo, colapsen el tráfico en la capital de España.Miguel Ángel Pérez, vocal de la junta directiva de la Federación Profesional del Taxi, ha asegurado que esta medida responde a una presión injusta con fines recaudatorios de la Policía Municipal. Según Pérez, se colocan con radares, por ejemplo, a la entrada de la Castellana donde sancionan por circular a 70 u 80 kilómetros por hora, con el riesgo de retirada de carné.Desde esta organización se denuncia el agravio comparativo respecto a los autobuses de la EMT, los vehículos de emergencia o de la policía, que circulan a velocidades similares y no son sancionados de igual forma. Al mismo tiempo, se demanda algo de compresión: "Pasamos entre 12 y 14 horas al volante, y en ese tiempo es probable que las circunstancias del tráfico y la seguridad nos hagan ir más rápidos".Por eso piden que se levante la mano y se aplique “un cierto margen de tolerancia" hacia el colectivo respecto a los límites de velocidad “y también en el uso del cinturón de seguridad, que es obligatorio en la M-30, pero a veces puede permitir inmovilizar al conductor desde los asientos de atrás para robarle la recaudación".