Pagar por circular por el centro de Londres, peajes para camiones en las autopistas alemanas, un puente de pago sobre el estrecho de Mesina... Durante los últimos meses, no hay ninguna noticia sobre la construcción de una nueva infraestructura completamente gratis para el conductor.
La Unión Europea planea renovar completamente su amplia red de carreteras de alta capacidad: ya están en marcha nuevos kilómetros, pero también nuevas formas de gestión. La Europa unida será principalmente una Europa de peajes.
El principal motivo es el alto coste de las nuevas construcciones, que no puede ser asumido por los diversos estados. Además, las empresas públicas dedicadas a esta tarea están pasando a manos del sector privado: Francia ya ha vendido la mitad de ASE, Italia se ha deshecho de Autostrade y España pronto privatizará ENA (Empresa Nacional de Autopistas).
También pesan motivos ecológicos: la UE, alarmada por el aumento gigantesco del tráfico rodado en su territorio, recomienda que "los costes ligados a los accidentes, la polución atmosférica, el ruido y la congestión" recaiga en mayor medida en los conductores.
Así, no es de extrañar que las empresas concesionarias coticen a la alta en las bolsas del Viejo Continente. En España, 1.800 kilómetros de autopistas ya están en su poder. Si quieres saber cómo funciona este suculento negocio, no te pierdas este