España todavía tiene que adaptarse a la nueva normativa europea sobre Vehículos Fuera de Uso (VFU), pero, según ha adelantado el director general de Política Tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Arturo González, nuestra legislación otorgará "la máxima flexibilidad a la industria para que se organice como quiera".
Así, la desaparición de los desguaces tradicionales, que deberán convertirse en CARD, es decir, Centros Autorizados de Recepción y Descontaminación, propiciará "nuevas líneas de negocio".
No hay que olvidar que, según González, en torno a un 40 por ciento de los 23 millones de vehículos del parque circulante español ya supera la década de existencia. La chatarra va, por tanto, a hacer sonar muchas cajas de caudales.
Uno de los primeros en apuntarse a este nuevo negocio es Cesvimap, filial de la empresa Mapfre. Como se ha adelantado en el seminario "Estrategias de Reciclado en el Automóvil" impartido en Barcelona, esta compañía va a edificar, a partir del próximo mes de marzo, un centro automatizado de tratamiento de VFU en Ávila, que manipulará anualmente entre 1.600 y 2.000 vehículos.
Además, Cevismap valorará las piezas recuperables, ya que Mapfre estudia utilizar recambios usados en la reparación de algunos siniestros.