Doblete de Ferrari en Australia

Sólo nueve pilotos lograron terminar la primera carrera de la temporada 2000 de Fórmula 1. Los Ferrari de Schumacher y Barrichello se adjudicaron el primer y segundo puesto respectivamente en una accidentada carrera

Los McLaren de Hakkinen y Coulthard dominaban la carrera en el Albert Park de Melbourne cuando sus motores fallaron. Primero fue la válvula de presión del escocés, que tuvo que abandonar en la duodécima vuelta. Su compañero, el vigente campeón del mundo, sólo resistió seis giros más. Con su retirada, el camino quedó expedito para los Ferrari, que si bien no fueron los más rápidos, sí demostraron ser los mas sólidos. En tercera posición se clasificó un impresionante Ralf Schumacher, que logró llevar a su BMW-Williams al podio en su debú. Casi más asombroso fue el cuarto puesto de Villenuve con su BAR, logrando los primeros puntos para esta escudería.
La parrilla de salida había estado dominada por los McLaren, seguidos de los Ferrari y los Jordan, pero al final, la mecánica se cebó con todos menos con la escudería italiana, que suma ya 16 puntos en el Mundial de Constructores, mientras que McLaren y Jordan, dos de los equipos más importantes, mantienen su casillero a cero. Igual que los Jaguar, que no pudieron tener peor estreno en la Fórmula tras salirse sus dos monoplazas. Hay que destacar también el gran comportamiento de los BAR, un coche a priori limitado que logró llegar al final cuidando mucho la mecánica.
Y más meritoria es, si cabe, la octava plaza de Marc Gené. El catalán había partido en la decimonovena posición de la parrilla y supo superar incluso una avería en uno de los brazos de la dirección. Los mecánicos lo cambiaron en un tiempo récord y Gené pudo recuperarse hasta rozar los puntos. El piloto de Minardi asegura que está encantado con el comportamiento de su coche, mucho más rápido de lo esperado. Peor suerte corrió Pedro Martínez de la Rosa, que se salió en una curva tras romper la suspensión, lo que le obligó a abandonar la carrera después de haber logrado una interesante duodécima posición en la parrilla de salida.
El Gran Premio de Australia se ha desarrollado tal y como estaba previsto. Los grandes han evidenciado carencias en su puesta a punto y aún tardarán unas jornadas en rendir al máximo nivel. Sólo se ha salvado de la quema Ferrari, que ya parecía el equipo más rocoso en la pretemporada. Su nuevo motor no es tan rápido como el V10 de Mercedes-McLaren, pero éste está lejos de rendir al máximo. Schumacher ha dado primero y eso, en una competición que vive al límite, es dar más de dos veces. La debilidad de los equipos punteros ha dejado huecos para los de media tabla, como BAR, Minarid y Williams, que cuentan con coches menos competitivos pero muy trabajados y resistentes. La prueba es Gené, que con uno de los peores y más antiguos motores del circuito logró meterse en las primeras posiciones a base de exprimir un propulsor muy sólido.