La guerra de precios entre los fabricantes estadounidenses y los costes de la política de incentivos y las facilidades de financiación (para reactivar la demanda) siguen provocando estragos en los resultados de las marcas. DaimlerChrysler acaba de anunciar los suyos, que muestran un panorama en el que las señales de recuperación son prácticamente inexistentes: el constructor ha ganado 109 millones de dólares desde abril hasta junio, un 90 por ciento menos que en el mismo período de 2002.
El beneficio neto de la compañía durante el primer semestre fue de 607 millones de euros, lo que representa un descenso del 81 por ciento. El resultado operativo también cayó un 62 por ciento en el segundo trimestre (hasta los 641 millones de euros, una cifra que, aun así, supera las expectativas de los analistas) y un 57 por ciento en la primera mitad de 2003. El resto del balance ha seguido la misma tónica. El volumen de negocio de la marca germano-estadounidense llegó a los 68.025 millones de euros en el primer semestre del año, un 11 por ciento menos que durante el mismo período de 2002, mientras que la facturación correspondiente al segundo trimestre bajó un 13 por ciento, hasta los 34.328 millones de euros. Las ventas mundiales en los primeros seis meses de 2003 han alcanzado los 2,2 millones de unidades (un 7 por ciento menos) y la plantilla se redujo en un uno por ciento.El consorcio ha indicado que estos resultados “se enmarcan en una difícil situación económica global" y ha subrayado que las cuentas se han visto afectadas por la intensa competencia y la guerra de precios existente en Estados Unidos. Estos factores han sido los que más duramente han golpeado a su filial Chrysler, que –hasta junio- ha registrado unas pérdidas operativas de 796 millones de euros (frente al beneficio de 227 millones en el mismo período del año anterior). En el segundo trimestre, las pérdidas han llegado a los 948 millones de euros.
Esta evolución negativa también se debe a un descenso del 12 por ciento en las ventas y a la política de incentivos que aplican las marcas en Estados Unidos, lo que ha provocado que la facturación de la filial cayera un 24 por ciento durante la primera mitad del año. Chrysler ha sido una de las firmas más agresivas en la “guerra de precios" norteamericana. Ahora, ha anunciado que tendrá que enjugar estas pérdidas con reducciones de costes. A pesar de la caída de las cifras, DaimlerChrysler –que ve una “estabilización" en la demanda de vehículos- ha anunciado que espera que su beneficio operativo llegue a los 5.000 millones de euros este año. Sin embargo, también ha recordado que “hay riesgos sustanciales para conseguirlo, debido al desarrollo competitivo de Estados Unidos". Por otra parte, la división Mercedes-Benz (Mercedes, smart y Maybach) consiguió elevar su facturación un tres por ciento, gracias a la evolución positiva de las ventas. La compañía ha asegurado que las previsiones incluyen un comportamiento similar al de 2002.
Los malos resultados del fabricante estadounidense también han afectado a Mitsubishi, de la que posee el 37,7 por ciento. La automovilística japonesa ha revisado a la baja su previsión de beneficio para el año fiscal 2002-2003 hasta situarla en 80 millones, lo que supone dividir entre cuatro las estimaciones anteriores.