Bajo la creencia de que "la seguridad y el dominio del coche al conducir empiezan en la mente de los conductores", la escuela de perfeccionamiento de conducción BMW lleva veinticinco años impartiendo sus particulares clases a lo largo de trece países.
Cuando empezaron - en 1977- se incluían hasta ejercicios gimnásticos, como el jogging, y a los conductores se les indicaba cómo combatir el estrés al volante e incluso qué alimentación es más adecuada mientras se conduce.
Ahora, en BMW apuestan más por impartir cursos individualizados, aptos para cada tipo de conductor. En la actualidad, ofrecen seis modalidades diferentes, desde la dedicada a principiantes y personas que vuelven a empezar a conducir hasta la destinada a aquellos que quieren dedicarse a la competición deportiva.
Las clases están a cargo de 80 instructores que atienden individualmente a los participantes para que aprendan a detectar, evitar y solucionar situaciones de peligro. Se les somete a situaciones límite, pero controladas, con el fin fundamental de que en un futuro puedan evitar un posible accidente.
Los cursos se imparten en recintos y circuitos cerrados. El más importante de estos centros se encuentra en el aeropuerto de Munich y tiene una superficie total de 63.000 metros cuadrados. Durante el año pasado, participaron 15.000 personas en un total de 1.100 cursos para coches y motos, un número que se aumentará en el futuro, ya que la firma estudia montar su escuela en otros siete nuevos países.
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BMW también organiza cursos de conducción todo terreno y de navegación con GPS al volante de un BMW X5, cursos especiales de invierno en Austria y en Laponia y cursos especiales de conducción económica, además de viajes turísticos especiales, como recorridos por África, la Toscana italiana o la Provence francesa.