Vuelve la diversión

Ya se ve el semáforo de salida. La Fórmula 1 arranca en Australia su campaña 2002. El aplastante dominio de Ferrari tiene por primera vez a dos oponentes capaces de superarlo: Williams y McLaren.

Los técnicos de Ferrari luchan para poner al día el nuevo coche y, casi con seguridad, lo tendrán listo para la segunda prueba del Mundial, Malasia. El F2002 se ha mostrado muy rápido en los entrenamientos, pero la falta de fiabilidad no permite arriesgar. Según ha trascendido, el coche incorpora un sofisticadísimo conjunto de motor y transmisión que no necesita embrague. La puesta a punto de este revolucionario mecanismo parece ser la causa de los retrasos. Ferrari seguirá confiando en los neumáticos Bridgestone, con lo que se queda como único equipo de cabeza que lleva estas gomas tras el paso de McLaren a Michelin. Habrá que estar muy atentos a este factor, pues puede suponer la victoria final. De todos modos, a la hora de la verdad, como siempre, las manos, los reflejos y la lucidez de los pilotos decidirán más que ordenadores, alerones, neumáticos y motores. Y es ahí, en el capital humano, donde Ferrari tiene su punto más fornido: Michael Schumacher. Piloto magistral en estado de gracia, el alemán sabe que, hoy por hoy, no tiene rival. Su compañero de equipo, Rubens Barrichello, también es un gran talento de la Fórmula 1 y ha empezado el año con un aviso: “me siento malvado". El brasileño se cansa de su papel de escudero y apunta alto. Cree que Schumacher es el mejor, “pero no es un marciano, es batible", apostilla. En McLaren, para su fortuna, se han quitado de encima estos problemas de liderazgo. La salida de Hakkinen ha dejado a David Coulthard como cabeza indiscutible de la escudería. Sin embargo, el año pasado ya corrió casi todo el tiempo como único hombre con posibilidades en McLaren y no fue capaz de plantar cara a Schumacher. Esto hace pensar a muchos que el escocés no es una apuesta de futuro para el equipo de Ron Dennis.
Quien sí lo es, o parece serlo, es el joven Kimi Raikkonen. Hace un año, todo el mundo se hacía cruces porque un piloto tan inexperto entrase en la parrilla de salida. Doce meses más tarde, el finlandés es una de las principales promesas de este deporte. Tiene la difícil tarea de hacer olvidar el nombre de Hakkinen, pero asegura que no le da miedo y está dispuesto a trabajar para Coulthard. El equipo británico se ha pasado a Michelin en una pirueta que ha sorprendido a muchos; de esta decisión depende gran parte de su temporada. El nuevo motor Mercedes se muestra más sólido que el del año pasado y los problemas de aerodinámica y electrónica que sufrieron también parecen haber desaparecido. McLaren tiene muy buenas cartas para esta partida, sin embargo, su as más seguro, Hakkinen, ya no está en la baraja. Como cada año, los neumáticos resultarán un factor fundamental en el desarrollo de las carreras. Ya desde la temporada pasada, Michelin ha vuelto a la competición y lo ha hecho con muy buenos resultados. Gracias a Williams lograron varias victorias y apenas se notaron las diferencias con Bridgestone, especialmente sobre terreno seco. La firma japonesa ha perdido este año a uno de sus grandes equipos, McLaren, con lo que seguramente se volcará con Ferrari. Esto hace pensar a muchos observadores que la escudería italiana tendrá claramente un trato de favor frente al resto de escuadras que monten las gomas Bridgestone. Por su parte, los que utilizan Michelin cuentan con equipos diferenciados de ingenieros. Esta circunstancia abrirá muchas diferencias entre los resultados de una marca y de otra, con lo que Bridgestone tiene que esforzarse al máximo para que Ferrari no pierda.
Por otra parte, los dos fabricantes mantienen su guerra particular con la FIA. El máximo organismo de la competición mantiene unas reglas sobre neumáticos muy vagas pero aplicadas de forma muy estricta. Esta normativa les impide avanzar en el desarrollo de nuevos dibujos para las cubiertas, principal frente de batalla de los diseñadores e ingenieros. El problema está en que la FIA pide que el dibujo sea uniforme en todo el neumático, y los fabricantes quieren cambiarlo. La discusión es tan fuerte que incluso podrían quedar expulsados de la carrera australiana si se empeñan en servir a las escuderías los nuevos dibujos.

El año pasado, Michael Schumacher no tuvo ningún problema para proclamarse campeón del mundo. Su participación en el Mundial 2001 fue un paseo militar y nadie se atrevió a poner en duda su dominio . La retirada, parece que temporal, de Mika Hakkinen es buena muestra de esa impotencia que genera la “apisonadora Schumacher". Sin embargo, no todo fue sumisión. En Williams brilla un ramillete de pilotos que amenaza con desmontar el imperio italiano a golpes de audacia y talento. Uno de estos hombres es hermano del campeonísimo y se llama Ralf. Otro es colombiano y atiende por Montoya. El tercero, de probador, es nuestro Marc Gené. En ellos depositan los aficionados todas las esperanzas para divertirse este año con la Fórmula 1, la competición más grande y espectacular del deporte mundial. Bueno, en ellos y en McLaren, claro, que no baja la guardia. Si algo nos hace pensar que estos bravos “David" tienen una oportunidad de plantar cara al “Goliat" de Maranello es la debilidad con la que el gigante se presenta en la primera parrilla de salida. Con todos sus millones y su poderío industrial, Ferrari no tiene un coche de nueva construcción disponible para empezar. La primera carrera, por lo menos, tendrán que hacerla Schumacher y Barrichello con el monoplaza del año pasado. No es mala montura, no, pero los rivales han mejorado mucho este invierno y van a aprovechar esa grieta para golpear primero.