Los votos de la carretera

El próximo 14 de marzo, los españoles tenemos que decidir quién queremos que nos gobierne. En los últimos tiempos, el mundo del motor, la seguridad vial y las infraestructuras se han colado en la campaña electoral con mucha fuerza.

Los votos de la carretera
Los votos de la carretera

Pocas veces una campaña electoral ha tenido tan en cuenta a los usuarios de las carreteras, a los peatones, a los ciclistas… Casi nunca se había tratado de ganar un voto prometiendo cosas a los conductores. Pero esta campaña de las elecciones generales de 2004, además de ser la primera de la era “post – Aznar", será recordada entre los aficionados por el énfasis que han puesto los políticos en acercarse a los problemas de los que cada día utilizamos las carreteras o viajamos en coche.Y es que no es para menos. En los últimos meses se ha producido un importante debate público sobre la seguridad vial y sobre el escalofriante número de personas que cada año mueren en España en accidentes de tráfico. La maquinaria de los partidos se ha puesto a trabajar y ha decidido capitalizar esta preocupación. Un aluvión de propuestas y medidas de todo tipo se aprestan a tranquilizar a la opinión pública. Se trata de convencer a los votantes de que su voto servirá para hacer unas carreteras más seguras.

Se trata también de trasladar a la sociedad un compromiso con el futuro que se plasme en nuevas y más capaces infraestructuras, con carreteras modernas y seguras.
Además, hay que dar una imagen de desarrollo técnico, de apuesta por la ecología, de respeto hacia el medio ambiente. Y, de paso, conjugar todo esto con un decidido respaldo hacia la industria del motor, asegurando a sus poderosos patrones que recibirán más apoyo económico, más facilidades, más subvenciones... Como suele suceder en estos casos, el partido gobernante utiliza las infraestructuras para hacerse un poco de publicidad en las campañas electorales. Así, en las últimas semanas, han menudeado las inauguraciones de tramos de autovía y de nuevas autopistas, como la R3 de Madrid.

Además, se han utilizado como argumento problemas laborales, como el de Santana, que ha sido arrojado de un partido a otro desde que se filtró en los medios que la empresa estudia una reducción de empleo. En el PP se han apresurado a ofrecer su apoyo a la firma andaluza, enclavada en un feudo tradicionalmente socialista. Todas estas razones han colocado a los coches, a los conductores y a todo este “mundillo" en el centro de la batalla electoral. Los implicados en este tira y afloja se han aprovechado de la situación y han decidido intervenir en la puja. Que se lo digan a los fabricantes de coches, agrupados en Aniacam, la patronal de los importadores, que ha calificado de “muy positivas" las ideas recogidas en el programa electoral del Partido Popular.Lo mismo han hecho algunos dirigentes de marcas, como Juan José Sanz, presidente de Opel España, que ha ofrecido unas interesantes declaraciones diciendo que un “resultado conflictivo podría resultar negativo para la industria española". Las palabras de Sanz se prestan a muchas interpretaciones, pero, desde luego, queda claro que sus preferencias no pasan por gobiernos de coalición ni pactos.
Sanz también se encargó de recordar a los candidatos que el gobierno que salga de las urnas debe "mimar" al sector y ofrecer “un interlocutor definido" para que las empresas tengan un referente claro en la Administración. Las asociaciones de conductores también han terciado en la pugna y han pedido que se refuercen las medidas de seguridad en las carreteras y que, al tiempo, se respeten los derechos de los automovilistas, que no deben ser considerados como “asesinos" en potencia.Con tanto interés en juego, los programas electorales se han abierto al mundo del motor. En este reportaje te explicamos claramente qué ofrecen los cuatro partidos con mayor representación en el Parlamento. No dejes de leerlo si quieres tenerlo claro a la hora de votar.La automoción es, tras el turismo, la industria más potente de España. Aporta más de 20.000 millones de euros a las arcas públicas, da trabajo al 10,9 por ciento de la población activa y supone un 5,7 del Producto Interior Bruto.Un repaso somero a los programas deja claro que hay varios temas coincidentes, como el carné por puntos y la educación vial, que se repiten en todos los programas. Otras ideas, como el respeto por el medio ambiente, resultan más creíbles en unos programas que en otros, pero todos las reproducen.