Nos sentimos trotamundos y, como tales, con la meta de descubrir países más allá de nuestras fronteras. Todos los países que podamos, entre el 7 de marzo y el 2 de julio en nuestro caso. Es el tiempo que tenemos para descubrir nuevos mundos que llenen nuestra vida trashumante. Pero ello no implica que no lo podamos hacer cómodamente. Y es que nuestro viaje lo hacemos con la compañía Gehocab, especializada en cabinas tipo caravana. Creada por Ulrich Gehrke-Hoog hace ya tres años, este tiempo le ha servido para adquirir la experiencia necesaria para adaptar este espacio móvil para cada tipo de viaje. Y así encontramos nuestra “casa de viaje”, para luego fijarla sobre el bastidor de todo un Volkswagen Amarok Canyon.
VW Amarok Canyon: afinado confort
Pick-ups que se llevan su casa a cuestas se pueden encontrar muchas, o para los viajeros de larga distancia está el Mercedes Unimog. Pero la cabina Kora que montamos sobre el VW Amarok se muestra robusta para todo y se adapta perfectamente a cualquier tipo de ruta. Siempre con un permanente nivel de confort por recorridos atravesando el desierto o por aquellas rutas en las que nos vemos obligados a atravesar ríos.
El apartamento sobre este VW Amarok está amueblado con un toque de distinción, dotado de una amplia cama mullida en una alcoba de agradable atmósfera, una completa cocina, una acogedora sala de estar/comedor y un baño con lavabo y ducha plegable, además de su sanitario que incluye una bomba de drenaje. Todo lo que puede desear alguien al que le gusta hacer camping. Nos recuerda a la cabina de un yate, con una arquitectura semejante y muchas ideas sacadas de la misma. Aprovecha al máximo cada centímetro, ofreciendo una increíble cantidad de espacio para dos personas; hay cerca de dos metros cuadrados de espacio de almacenamiento: armarios, guanteras y sitio para objetos repartidos por todo el interior. Incluso en la parte inferior dispone de una pequeña bodega.
Y además de espaciosa, la cabina de este Volkswagen Amarok Canyon se siente sólida, siendo sin embargo muy ligera gracias a la utilización de fibra de carbono en su armazón. Pesa sólo 660 kg, midiendo 4,85 metros de largo, 2,26 metros de altura y 2,14 metros de ancho. Por ello no interfiere en la capacidad todoterreno del Amarok, mostrando un conjunto muy compacto y adaptado. Lo que sí implica dado lo que sobresale hacia atrás la cabina es que hay que acostumbrase a trazar las curvas, pero en seguida se acostumbra uno y no supone ningún problema siempre que lo tengamos en cuenta.
En este VW Amarok Canyon se ha modificado el eje trasero para asumir el peso y mantener el confort, adoptando una suspensión neumática. Porque hay que tener en cuenta que, además del peso del conjunto, hay que sumar los 140 litros de agua que caben en el tanque.
Entramos en “el apartamento”, llenamos la nevera -los cajones están completos con su cubertería y también disponemos de toda la vajilla necesaria- y colocamos la ropa de cama. A continuación nos subimos en la parte delantera del VW Amarok, nuestra unidad dotada del motor 2.0 TDI biturbo de 180 CV asociado a un cambio automático de 8 velocidades. Al ponernos en marcha, los primeros kilómetros los realizamos con sumo cuidado mientras nos acostumbramos a las dimensiones -sobre todo a la altura, con los 2,89 metros que mide la cabina que se extiende por encima del capó-.
El espacio existente entre el techo y la cabina va sellado por un labio de goma gruesa comprimido que filtra con absoluta efectividad las vibraciones. Además se ayuda en este aspecto de amortiguadores de vibración que reducen el movimiento de la cabina, controlando las inercias. Cuando circulamos por autopista el silencio de marcha es notable, sin ruidos aerodinámicos ostensibles. Circular a 120 km/h es realmente relajado. Si bien en superficies irregulares al eje trasero se le acumula el trabajo y se hacen sentir los movimientos verticales del conjunto, pero que controla con eficacia para ofrecer un andar seguro. Se nota una pisada firme, con un fácil control de los movimientos.
Este VW Amarok Canyon con la casa a cuestas es capaz de llevarte por cualquier parte, a los rincones más bellos en los que no te encontrarás a nadie. Para cuando estemos parados “nuestro apartamento” dispone de un generador de electricidad Tarker, un depósito de agua y su propio sistema de calefacción. El Amarok puede subir por desniveles muy pronunciados cuando nos alejamos del asfalto, contando con tracción integral y bloqueo de diferencial en el eje trasero. Los neumáticos de uso mixto permiten moverse por pistas y terrenos irregulares sin perder la trayectoria mientras surcamos los caminos empedrados.
La siguiente parada: La soledad. En la soledad de la cima de la montaña se va asentando la noche. Mientras tanto se enfría la parrilla donde hemos cocinado; almacenamos las sillas plegables, recogemos el toldo y entramos en la cabina para mirar a través de las grandes ventanas cómo el sol se va poniendo mientras al otro lado del globo el universo regala un nuevo día a Australia. Todavía leeremos unas cuantas páginas más de nuestro libro antes de apagar la luz. Es de noche en la cabina. Terminó el día. Nos encontramos en lo alto de la montaña para disfrutar de la soledad que aquí respiramos. Al día siguiente el sol sale por el Este y podremos disfrutarlo desde un lugar privilegiado. Será un momento único.
Esta transformación para el VW Amarok tiene un precio de 133.280 euros, sin contar lo que cuesta la pick-up que tenemos debajo. Pero sin duda, si buscas aventuras, podrás vivir pocas experiencias más gratificantes que las que te puede proporcionar esta transformación del VW Amarok Canyon para moverte por el mundo en un vehículo. Porque, para terminar con palabras del famoso explorador Roald Amundsen: "Aventuras no son sino el resultado de una mala planificación".
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