Túneles de carretera, el miedo subterráneo

Suiza e Italia viven estos días bajo la conmoción y el miedo. Los accidentes de los túneles alpinos de San Gotardo y San Bernardino han puesto en estado de sitio sus sistemas circulatorios. Mientras se rescatan los cuerpos de los muertos, todo el mundo se pregunta qué falla en la seguridad de estas colosales infraestructuras.

Los pasos subterráneos de nuestro país no son precisamente de los mejores de Europa, aunque tampoco resultan tan malos. “Su estado es muy variado", dice Manuel Romana, “algunos son muy antiguos, como el de Viella, en Lérida, que no se puede cortar. Otros, como el de Somport, que se está terminando, se han construido a la última".
El RACE publicó en primavera de este año un exhaustivo informe en el que se evaluaban 13 túneles europeos, entre ellos, tres españoles. Este estudio fue continuación de otro publicado un año antes en el que se señaló al túnel de Viella como el peor de todos . Tras aquella denuncia se desarrolló un plan de seguridad para esta infraestructura.

En su informe de 2001, el Race señalaba que hace falta más coordinación entre las administraciones responsables de la gestión y seguridad de los túneles. En esta tarea se involucran la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, la DGT y Protección Civil. En el RACE consideran que es preciso unificar la responsabilidad y los recursos en un único órgano. A su juicio, esta medida agilizaría la gestión y el mantenimiento diario, además de la toma de decisiones en caso de emergencia.

Entre los tres túneles analizados en España, (Guadarrama en Madrid, N-VI; el Negrón en Asturias, A-66; y el de Monrepós, en la oscense N-330), el mejor parado fue el del Negrón, mientras que el de Monrepós resultó el peor. Esto no quiere decir que sea inseguro, sino que su estado está lejos de la media europea. Aun así, el Race considera “muy bueno" el trabajo que hacen los encargados de dicha infraestructura. En general, el informe concluye que el estado de las galerías mejora cada vez más.

Mantener y, sobre todo, construir un túnel seguro es realmente caro. Manuel Romana cree que en España se dedica el suficiente dinero a este apartado. “Se hace el gasto de lo que se sabe", matiza, “porque en los últimos tres años se han revolucionado los conocimientos sobre seguridad". De todos modos, Romana ve preciso aclarar que siempre hay que plantearse las necesidades del tráfico en la zona y ajustar los presupuestos a esas necesidades. “En España el gasto es razonable en el 80 por ciento de los casos", sentencia. En junio de 2000, el Ministerio de Fomento aprobó una partida de 5.000 millones de pesetas para mejorar el equipamiento de estos complicados pasos de carretera. El RACE considera totalmente justificado ese gasto. Para mejorar la seguridad, los técnicos del RACE proponen que se controle mejor el paso de mercancías peligrosas en los túneles. La legislación española dice que esto transportes usen siempre la vía más segura que, en montaña, es la galería subterránea, con lo que debe mejorarse su control. También piden que se mejoren los sistemas de comunicación con los automovilistas una vez dentro del túnel, que se reubiquen los postes de socorro y los extintores en cabinas o recintos aislados de ruido y suciedad. Otra mejora propuesta es la instalación de sistemas antirrobo para que nadie se lleve los extintores. Además de todos esto, los especialistas del RACE inciden en la necesidad de intensificar la formación de los conductores para que sepan actuar ante una emergencia. Para lograrlo, ofrecen un sencillo panel de normas y procedimientos que no conviene olvidar.