- Evitar, en la medida de lo posible, los desplazamientos por zonas con nieve.
- Disponer de cadenas, guantes, linterna, calzado adecuado y ropa de abrigo, por si tenemos que instalarlas.
- Atender a las indicaciones de los paneles luminosos en la carretera y escuchar la radio para mantenerse informado durante todo el trayecto.
- Mantener la distancia de seguridad con el vehículo precedente y no adelantar salvo que se vea la situación muy clara.
- Ir previstos de teléfono móvil (con una batería de repuesto) y con el depósito lleno de combustible.
- Si alguien se queda atrapado en la nieve, se recomienda permanecer en el coche, con la calefacción puesta, renovando el aire cada cierto tiempo y vigilando que el tubo de escape no esté obstruido para evitar que los gases penetren en el interior del vehículo.
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Si pisas una, lo primero que tenemos que hacer es reducir la velocidad y mantener una distancia de seguridad suplementaria con el vehículo que nos precede para disponer de más espacio en caso de apuro. Si no has pasado el test, puedes empezar a mejorar tus aptitudes para salir bien parado de una placa de hielo.
Si pisas una, lo primero que tenemos que hacer es reducir la velocidad y mantener una distancia de seguridad suplementaria con el vehículo que nos precede para disponer de más espacio en caso de apuro.
Como medida de precaución, procuraremos no ceñirnos demasiado al interior de las curvas, pues es en estas zonas donde se suele situar una mayor concentración de hielo, ya que no hay rodadas de otros vehículos y suelen estar al resguardo del sol.
Si nos encontramos repentinamente con una placa de hielo tenemos que actuar con rapidez, pero con mucha serenidad. Lo más importante es no frenar bruscamente ni provocar violentos movimientos del volante, pues la notable diferencia de adherencia puede provocar un patinazo. Es importante marcar la trayectoria de forma muy suave y limpia, ayudando a salir de la curva abriendo ligeramente la trazada hacia el exterior, de forma natural.
Procuraremos llevar engranadas las marchas largas que permitan circular entre 1.500 y 2.500 rpm para que los movimientos se transmitan con la máxima suavidad.
Si necesitamos frenar, pisaremos con muchísima suavidad el pedal del freno. El ABS ayuda, pero no es un remedio infalible ante el hielo. Si en un vehículo equipado con este elemento detectamos que el pedal del freno tiembla al pisarlo, podemos apretar con firmeza, pues es señal de que está funcionando correctamente.
Si el coche sobrevira, es decir, la parte trasera trata de adelantarnos, deberemos girar el volante en sentido contrario. En una curva a derechas, lo más normal es que la parte trasera se vaya hacia el exterior de la curva, por lo que giraremos el volante hacia la izquierda hasta que el coche se coloque correctamente. Una vez hayamos recuperado la trayectoria, enderezaremos el volante y aceleraremos levemente para recuperar el control.
En caso de que subvire o se nos vaya de la parte delantera, es decir, el coche trate de seguir recto en las curvas, lo más sencillo es levantar el pie del acelerador y abrir un poco la dirección para facilitar la recuperación de adherencia. Una vez corregido, podemos volver a dar gas suavemente.