Toyota, a por la corona mundial

Nuevo orden mundial en el planeta de las cuatro ruedas. Toyota está a punto de desbancar a GM como el primer fabricante de coches del mundo. Además, mientras la japonesa gana y gana más dinero, la estadounidense continúa con duros recortes. Te contamos cómo una familia de hilanderos nipones se ha convertido en el nuevo “emperador" de la automoción.

Toyota, a por la corona mundial
Toyota, a por la corona mundial

El final del ejercicio podría ser histórico. El balance de los nueve primeros meses del año sitúa a Toyota a un paso de desbancar a General Motors. De enero a septiembre, la japonesa ha vendido en todo el mundo 6,61 millones de vehículos, frente a los 6,89 del gigante estadounidense. Además, Toyota ve cómo sus beneficios aumentan (ha crecido un 36 por ciento), mientras que GM se encuentra en pleno proceso de saneamiento (aunque ha logrado reducir sus pérdidas, todavía sigue en números rojos). La marca japonesa no sólo vende más, sino que produce con menos costes. Según la consultora Harbour-Relax, Toyota gana hasta más de 2.000 euros por vehículo que GM y otras empresas estadounidenses. Aunque Toyota es una empresa con más de un siglo de tradición (sus fundadores eran hilanderos), se dedica a la automoción sólo desde 1933, un tiempo que le ha valido para constituirse en uno de los grupos más importantes del mundo. Eso sí, este fabricante japonés no lo ha tenido nada fácil para convertirse en una gran multinacional: por un lado, la apreciación del yen penalizaba sobremanera sus exportaciones y, por otro, tuvo que enfrentarse a la política empresarial que todavía pervive en el país nipón. La economía japonesa se reguía por los "Keiretsus": redes corporativas o fuertes clanes de negocios, ningún comerciante debe vender fuera de ellos, ni adquirir componentes, ni participar en proyectos conjuntos. La racionalización del mercado fue ganando terreno a este tipo de lealtades. La familia Toyoda, propietaria de la compañía, se ha ido alejando de la dirección. El último miembro de este clan que asumió el puesto de presidente ejecutivo, Tatsuro Toyoda, tuvo que abandonar antes de que el estrés le convirtiera en una víctima más del temido "Karoshi" (muerte por excesiva tensión en el trabajo). Los altos cargos de la firma han quedado reservados para ejecutivos nipones que llegan a la presidencia cuando sus homólogos de otros países ya piensan en la jubilación. Esta política no es extraña si tenemos en cuenta que el propio Eiji Toyoda, como presidente honorífico de la firma, probaba él mismo los nuevos modelos a pesar de tener más de 80 años.